No cabe duda que la maestra Delfina Gómez es uno de los pilares del presidente Obrador. La titular de la Secretaría de Educación es, ahora, una de las favoritas para abanderar a Morena en 2023 en las elecciones del Estado de México. Eso no se desprendió del mensaje que lanzó el mandatario en la mañanera en relación con la sanción impuesta a la funcionaria por el organismo electoral del INE, sino, es una lógica política natural.
Es decir, Delfina Gómez fue, en su momento, el parteaguas de consagración de Morena. Hay que recordar que– la elección de Estado de México– se dio a mitad de año del 2017, por ende, fue un buen sinodal para medir la capacidad de un partido nuevo bajo la tutela de Andrés Manuel López Obrador. En otras palabras, esa elección– sirvió para sentar las bases del éxodo– que experimentó Regeneración Nacional.
Algo que, de hecho, sorprendió a propios y extraños. Recordemos que ese territorio, es ampliamente dominado por el PRI. Allí tiene su bastión y su laboratorio en padrón electoral; nunca ha gobernado otro partido que no sea el Revolucionario Institucional. Si nos ponemos a pensar de manera reflexiva, el papel que hizo Delfina Gómez en aquella elección, fue porcentualmente efectivo.
Quedó en segundo lugar. El margen de diferencia fue de menos de 3%. Realmente efectivo y competitivo. Puso contra las cuerdas al propio ex presidente, Enrique Peña Nieto. Tuvo una adversaria a la que solo pudo vencer con artimañas y esa pedagogía que funciona operativamente en la elección con el acarreo y la compra de votos.
Si esto hubiera funcionado en un proceso transparente y democrático, ciertamente hubiera ganado la ahora titular de la dependencia de Educación.
Por ello, estoy convencido de que, Delfina Gómez , es una de las favoritas para quedarse con la candidatura. Quizá tenga el visto bueno del presidente que, en algún momento, es indispensable, aunque, sus credenciales de aquel proceso 2017, son políticamente muy buenas. Ya demostró un buen ejercicio y, si Morena sigue conservando ese paso arrollador, en una de esas le arrebata al PRI uno de sus últimos epicentros. De hecho, en estos momentos, Regeneración Nacional partiría como favorito.
Por más historia y consagración histórica que haya tenido el PRI, puede perderlo. Así, con esa premisa pueden comprometer ese territorio. Pasó en Sinaloa, Zacatecas, Tlaxcala y Sonora. Llegó la alternancia. Es cuestión de tiempo para que eso suceda en el Estado de México.
Y, a pesar de que gobierna el PRI, eso no es garantía de nada. Pese a eso, ni Alfredo del Mazo podrá evitar eso. Él, como los cuadros del Revolucionario Institucional, tiene que remar contracorriente ya que, tradicionalmente, no han dado progreso y estabilidad gubernamental al territorio. Hay crisis de gobernabilidad y, sobre todo, de inseguridad.
Hasta el día de hoy gobierna el PRI, aunque, en 2023, los vientos soplan a favor de Morena y, si la lógica sigue su curso, veremos a Delfina Gómez competir porque, hasta ahora, ha mantenido constancia y, en proyección, aparece en los reflectores. Falta. Me parece que es prematuro y el terreno es fértil. Los grupos al interior del partido quizá disputen con toda la postulación.
Aunque, lo más inquietante puede ser esa encuesta, a la que muchos, ha dejado inconforme.
Por lo pronto, veremos si Delfina Gómez es capaz de mantenerse en la primera línea de batalla. Quedándose allí, apuntan a la titular de la SEP para la elección del 2023.