Ante la decadencia que vive la oposición y los malos manejos que han impactado directamente en el manejo económico de muchos rubros— Tamaulipas vivirá la transición en las elecciones del 2022. El destino, irá a parar de acuerdo con todos los estudios de opinión a manos de Morena que, con una proyección de más del 44%, ganaría sin ningún contratiempo el ejercicio según las evaluaciones de confianza.
A pesar de que faltan prácticamente 10 meses para la elección— la coyuntura está más que cantada: Morena pasará por encima de la hegemonía del PRI y PAN que, en los últimos cinco años, ha confirmado la inexperiencia e inoperancia de lo que hoy lo atribuimos como fracaso ante una escasez o más bien nula gobernabilidad.
De hecho, todos han cuestionado el quehacer de Francisco García Cabeza de Vaca. Ese impacto negativo, tomó una ruta legislativa con una severa pero justa sanción de desafuero, sin embargo, resultó insuficiente hasta ahora— porque, el congreso local, con mayoría, protegió la resolución y evitó su curso con mecanismos legales para dar validez y, con ello, blindar cualquier recurso.
Y eso no es todo: hace unos días la actual legislatura aprobó una reforma para dotar de superpoderes al Fiscal General del Estado.
En general, se corrigió la forma que habría de someterse la elección en caso de concluir o, por decisión del congreso Local, sea removido si así se decide, única y estrictamente— sería por mayoría calificada y no simple.
En otras palabras, el contenido tiene una intención de fondo para cubrir, en un determinado momento, las acciones antisociales en medio del amparo de las decisiones de una mayoría de diputados panistas que, hace unos días, dieron luz verde al proyecto. Entonces, esas serían las razones lógicas de Francisco García Cabeza de Vaca que ejerció una campaña subyugante.
Desde una perspectiva más reflexiva, se actuó conforme a los intereses del gobernador acusado y señalado de delitos graves. No puedo entender otra postura de los diputados más que la expresión de sepultar cualquier intento legal que vaya despejando el tránsito para actuar conforme a derecho constitucional.
A pesar de que la acción se consumó, hay una ventana abierta luego de que en las pasadas elección el gran triunfador fue Morena que, muy pronto, tendrá el control del congreso en aquella entidad.
Para esos fines, la expresión guinda que será mayoría en el congreso local de Tamaulipas, podrá trabajar aceleradamente mecanismos legales a propósito del estupor que se cometió de manos de los actuales diputados del PAN. Ese enorme reto recaerá en la gestión del gran número de congresistas provenientes de Regeneración Nacional.
Siendo que el escenario está puesto, es importante que los legisladores trabajen en consenso. Reconocen la importancia de los hechos y, es ahí, donde debe aflorar la capacidad y los objetivos para desterrar los actos ominosos de corrupción.
Para ello, se prevé que la nueva legislatura que entrará el primero de octubre, lleve la consigna de modificar el marco constitucional siendo, en principio, una de las metas de la fracción de Morena.
Tanto esa enorme columna de legisladores locales y el compromiso de las distintas cámaras a nivel federal, han externado el uso de mecanismos constitucionales en base a la demanda social y colectiva, aunque, también, la atención a las preponderancias de carácter social que, eso sí, es un tema que se enfocará la fracción de Morena, al menos, esa lectura se ha podido percibir luego de enumerar las prioridades inmediatas.
En palabras más concretas, tendrán como objetivo un nivel de trabajo mayúsculo.
En principio, eso habla de la congruencia legislativa y, sobre todo, del compromiso para desterrar la degradación social, el clientelismo y la corrupción.
Con esa estrategia, las condiciones están dadas para que— el nuevo periodo legislativo— sea el terreno perfecto que sirva como base de transparencia ante la opacidad.
A pocos días de que se acerca la nueva fase legislativa, hay una fe depositada en las elecciones del siguiente año donde, Morena, partirá como favorito. Mientras el tiempo se acorta, da la sensación que, el próximo ejercicio, está prácticamente cantado para que la 4T llegue a Tamaulipas.
Dado que el escenario es propicio para la transición, los perfiles de los posibles abanderados comienzan a asomarse al terreno público. Actualmente, el nombre que más suena para abanderar al proyecto de Morena en aquella entidad, es el titular de la Dirección General de Radio y Televisión (RTC), Rodolfo Gonzáles Valderrama a quien, en aquel territorio, lo asocian con el gran respaldo de los grupos al interior de Regeneración Nacional entre militantes y simpatizantes de la expresión.
Así que, si todo sigue su curso, Tamaulipas pasará a manos de Morena que, en casi la totalidad del país, se ha consagrado como el partido del pueblo. Si algo está completamente cantado, es la transición que vivirá el estado.
De entrada, hay una lógica que indica lo inminente: más del 44% de la población da señales claras de cambio; en ese sentido, es muy difícil imaginar que de nueva cuenta el PAN logre dominar la elección.
La oportunidad que tiene Morena es inmejorable. Los demuestran los números, aunque, también, los hechos de una demanda colectiva que clama cambio y justicia.