(Anoche, Javier Quijano Baz, uno de los abogados más talentosos y cultos que conozco, compartió por WhatsApp un mensaje sobre la reforma al poder judicial. Por la relevancia de su autor lo transcribo enseguida).

Pretender que todos los jueces, magistrados y ministros sean electos por el voto popular, es un error.

Pretender destituir a todos los ministros, jueces y magistrados actualmente en funciones para dar paso a los que se elijan por el voto popular, es otro error aún más grave, pues conlleva una injusticia.

Pretender que no se exija a los nuevos jueces y magistrados ninguna experiencia profesional y a cambio se les ofrezcan lapsos más cortos y sueldos más bajos, es un despropósito.

Pretender que todo ello se haga de golpe en el plazo de seis meses, es agregar la inconsecuencia a los errores y la injusticia. La mayoría podrá equivocarse, pero no actuar de mala fe.

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Quienes prepararon para la presidencia de la república la iniciativa de reformas se equivocaron. Quienes debieron intervenir, se abstuvieron.

Ni aun con el alegado beneficio de la mayoría podrían cancelarse los puestos de trabajo y el futuro profesional de los ministros, magistrados y jueces.

La elección popular supone la cancelación en los hechos del servicio civil de carrera en el poder judicial.

Una judicatura apta, competente, capaz, experimentada, fuerte, autónoma e independiente es esencial para la convivencia humana en lo político.

Javier Quijano Baz. Abogado