¿Qué sabemos de la visita de Jake Sullivan a México? Sólo lo que nos dijeron AMLO y Ebrard.

a) Que la visita siguió a una llamada telefónica entre la vicepresidenta Kamala Harris y el presidente López Obrador, el 9 de agosto.

b) Que brindó la oportunidad de discutir las prioridades económicas como la competitividad, nuestra frontera compartida, la recuperación del COVID-19, la cooperación en seguridad y el desarrollo en el sur de México y en Centroamérica.

c) Que analizaron “los más recientes datos de los flujos migratorios irregulares en la región”.

d) Que van a “ampliar la cooperación a fin de gestionar flujos migratorios ordenados, seguros y regulares, con respeto a los derechos humanos de las personas migrantes y solicitantes de asilo”.

e) Que se debe “invertir en políticas públicas específicas que generen empleo en los países del norte de Centroamérica, en el corto plazo”.

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f) Que se relanzará el “Diálogo Económico de Alto Nivel (DEAN), el 9 de septiembre, para fortalecer y acelerar la recuperación económica de México, Estados Unidos y América del Norte”.

g) Que habrá un “diálogo de alto nivel en materia de seguridad”.

h) Que además se reunió con Julio Scherer y Lázaro Cárdenas Batel y hablaron del combate a la corrupción y de un modelo de desarrollo económico más justo e igualitario.

i) Que también se reunió con el fiscal general de la República Alejandro Gertz Manero y con el secretario de Hacienda Ramírez de la O.

Jake Sullivan es el Consejero de Seguridad Nacional del presidente Biden.

Además vinieron con él: Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad Nacional; Juan Gonzalez, director para el Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional; Stephanie Syptak-Ramnath, encargada de Negocios de la Embajada de Estados Unidos en México; Julissa Reynoso, jefa de gabinete de la Primera Dama de Estados Unidos; Nancy McEldowny, asesora de la Vicepresidenta en Seguridad Nacional; Uzra Zeya, subsecretaria de Seguridad Civil, Democracia y Derechos Humanos del Departamento de Estado; Ricardo Zúñiga, enviado especial para el Triángulo del Norte de Centroamérica; y David Shahoulian, secretario adjunto del Departamento de Seguridad Nacional.

Andrés Manuel López Obrador, presidente de México dijo ayer que “es muy buena la relación con el gobierno de Estados Unidos, con el presidente Biden”. “Estuvimos platicando con el señor Sullivan más de dos horas, fue una conversación amplia” añadió.

AMLO invitó a Biden para que visite México a finales de septiembre y destacó:

“La reunión de ayer también fue muy provechosa, muy buena para los dos países; la llamada de antier con la vicepresidenta Kamala Harris lo mismo. Se está buscando tener un plan conjunto, integral, que incluya el crecimiento económico de América del Norte, yo he hecho un planteamiento en ese sentido, de cómo fortalecer América del Norte y toda América ante el crecimiento económico y comercial de Asia, cómo complementarnos los países, integrarnos en lo económico, respetando las soberanías de cada nación. Ese fue el tema ayer”.

Hasta aquí la información oficial, los textos de los comunicados, las declaraciones, lo público de la visita.

La verdad es que Jake Sullivan es un personaje más relevante que lo que muchos imaginan. Y tenemos que entender mejor lo que significa una visita de este colaborador directo del presidente Biden a nuestro país.

Jake Sullivan estudió en Yale y en Oxford. Trabajó con Hillary Clinton y Barack Obama. Está reformulando la seguridad nacional de Estados Unidos para abordar las necesidades internas. A sus 44 años, es el Consejero de Seguridad Nacional más joven en casi 60 años. Su talento y madurez le permiten ser el líder del pensamiento estratégico sobre política exterior. Cuando Biden presentó a Sullivan como el designado para liderar el Consejo de Seguridad Nacional, lo llamó un “intelecto único en una generación”.

No creo que haya sido difícil para Sullivan sentarse con los funcionarios mexicanos. Estuvo hace unos días en Brasil y Argentina. Ya se enfrentó a los combativos funcionarios chinos, ha visto golpes de estado, hackeos de empresas estadounidenses y agencias federales por parte de Rusia y una prueba de misiles balísticos de Corea del Norte. Sullivan ha tenido que iniciar el retiro de las tropas estadounidenses de Afganistán y reiniciar las conversaciones nucleares con Irán. Ha enfrentado una pandemia, vientos económicos en contra, la reactivación, una crisis climática y una división política en casa.

Sullivan soluciona problemas. Tiene el poder intelectual y la habilidad de tratar con todo tipo de personas. Es un diplomático. Escucha, trabaja con individuos y elabora estrategias para lograr sus objetivos. Es originario de Minnesota, del medio oeste de Estados Unidos. Asistió a una escuela pública y creció en una familia católica irlandesa muy unida. Su esposa es Maggie Goodlander, abogada y exasesora de los senadores Joe Lieberman y John McCain. Combina inteligencia y amabilidad.

Es inteligente y humilde a la vez. Habla sobre temas complejos en términos sencillos, para que la gente pueda identificarse. Es el socio ideal de una negociación: incansable, imperturbable y atento a los detalles. Es un intermediario honesto. Siempre maneja una amplia gama de ideas, de la más alta calidad. Las opciones que presenta al presidente siempre están sustentadas.

Sabe alinear las políticas nacionales, económicas y de seguridad nacional en un todo más amplio y sin fisuras. Logra plena colaboración entre el Consejo de Seguridad Nacional, el Consejo Económico Nacional, y el Consejo de Política Interna.

Su visión es que el paquete de recuperación económica de 3 billones de dólares, la inversión en nueva infraestructura y sectores como la energía renovable y los semiconductores, pondrá en orden la casa y reforzará la capacidad de Estados Unidos para competir en el escenario mundial. Sullivan está convencido de que va a ejecutar una “política exterior para la clase media”. Sabe que puede fusionar las acciones de política exterior de Estados Unidos con la política interna.

“Todo lo que hacemos en nuestra política exterior y seguridad nacional se medirá con una métrica básica”, dijo Sullivan recientemente. “¿Hará la vida mejor, más segura y más fácil para las familias trabajadoras?” Espero que Ebrard y AMLO hayan leído bien ese mensaje, porque tiene grandes implicaciones para la implementación del TMEC y la política bilateral.

Biden y Sullivan van a elevar el poder de la clase media en su país, van a enfrentar a China en la arena económica y geopolítica global y van a mantener el papel de Estados Unidos como nación indispensable.

Sullivan sabe que la diplomacia comercial, la creación de empleos y la inversión extranjera, son importantes motores de la política exterior. En 2017, participó en el Carnegie Endowment en un grupo de trabajo bipartidista para hacer que la política exterior de Estados Unidos funcione mejor para la clase media. Argumentaba que la globalización no había beneficiado a los trabajadores estadounidenses y recomendaba un conjunto de nuevas prioridades de política exterior para beneficiar a la clase media, incluida una mayor atención a la igualdad de ingresos, un debate más amplio sobre el comercio y una política exterior “menos ambiciosa” que pusiera fin a guerras largas y costosas.

Después de los años de Trump, el trabajo de un consejero de seguridad nacional es, esencialmente, convertir el caos diario en opciones prácticas para el presidente, restaurar la regularidad, la calidad y el rigor del proceso de toma de decisiones de política exterior, abordar las amenazas transnacionales desatendidas: ciberseguridad, tecnologías emergentes, salud global, democracia, corrupción y cleptocracias.

La visita de Jake Sullivan fue más importante que lo que muchos miembros de la 4T podrían imaginar. Y pronto llegará el nuevo embajador Ken Salazar, que ayer fue confirmado por el Senado. Se acabó el recreo. Es hora de ponernos a trabajar, con estrategia y disciplina, en la relación bilateral México-Estados Unidos.

Mi Twitter I @javier_trevino