La pandemia del COVID-19 ha mostrado las debilidades de la sociedad mexicana.
Hay retos profundos que debemos atender. Estamos frente a una crisis intergeneracional. El presidente López Obrador critica al neoliberalismo y a los políticos del pasado. Y tiene razón. Pero la realidad es que él también forma parte de una generación que creó un sistema socioeconómico que recompensó de manera desproporcionada a unos pocos, que no financió la seguridad social, ni la infraestructura y que puso en riesgo la viabilidad del planeta.
Esa generación nos brindó prosperidad y democracia, pero también provocó desigualdad, polarización social y cambio climático. Los jóvenes tienen razón. Están preocupados y enojados. Ven que la situación empeora: desempleo masivo, cierre de escuelas, distanciamiento social, agitación socioeconómica. En suma, vivimos en un país enmascarado, temeroso, que no aprovecha las oportunidades para crecer y construir un mejor futuro.
Los que somos padres de familia esperamos que nuestros hijos disfruten un mejor nivel de vida que nosotros. Debemos reconstruir, con rapidez, la economía y la sociedad de manera diferente después de COVID-19. Los jóvenes mexicanos son los que tienen las ideas y la energía más innovadoras para lograrlo.
¿Qué está ocurriendo en otras partes del mundo?
Veamos un ejemplo: la Comunidad “Global Shapers” del Foro Económico Mundial lanzó la iniciativa “Davos Lab” para comprender mejor las opiniones y expectativas cambiantes de la próxima generación sobre la sociedad, el gobierno y las empresas.
La Comunidad Global Shapers es una red de personas, de 20 a 30 años, que se informa mutuamente sobre los desafíos locales y globales, que se apoyan entre ellos para abordarlos. Están activos en más de 450 ciudades en 150 países de todo el mundo.
Global Shapers organizó diálogos del Davos Lab en 146 ciudades sobre los 10 temas clave que identificaron como los más urgentes. Generaron 40 recomendaciones de políticas para poner fin a la injusticia intergeneracional y construir una mejor sociedad para el mañana. Están convencidos de que la transparencia, la responsabilidad, la confianza son indispensables para cumplir con las ambiciones y expectativas de esta generación.
¿Qué cambios duraderos prevén los jóvenes de entre 20 y 30 años después de la pandemia de COVID-19? ¿Qué harían de manera diferente los “millennials” y la “generación z” si estuvieran al mando de la sociedad?
Hay 10 pilares en el informe que moldearán la vida de las nuevas generaciones: consumo consciente, acceso digital, alfabetización digital, futuro de la política, empleos inclusivos, salud mental, cero neto (emisiones de carbono), ESG de próxima generación (factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo), salud pública, seguridad pública.
Los puntos que más me llamaron la atención del informe son:
1. Los jóvenes no se sienten suficientemente capacitados para tener acceso a los empleos que quisieran. Ven muy frágil al mercado laboral.
2. Tienen miedo de endeudarse o perder sus ahorros si se enfrentan a un gasto médico inesperado. Les preocupa un sistema de seguridad social casi en bancarrota.
3. Quieren opciones para financiar redes de seguridad más resilientes y gestionar el alarmante aumento de la desigualdad de la riqueza.
4. Les gustaría detener de inmediato toda nueva exploración y desarrollo de carbón, petróleo y gas para limitar el calentamiento global a 1.5 °C.
5. Hacen un llamado a las instituciones financieras para que eviten financiar a empresas que buscan iniciar la exploración y el desarrollo de nuevos combustibles fósiles.
6. Están en contra de los líderes empresariales y gubernamentales que no están dispuestos a reducir los combustibles fósiles o la transición a fuentes de energía más limpias.
7. Defienden una Internet abierta para cerca de la mitad de la población mundial que carece de acceso a la web y para aquéllos que luchan contra los apagones de Internet.
8. Quieren un plan de acceso digital para cubrir esta brecha, al igual que un plan para disminuir los costos de datos y sancionar a los estados que recurren a cortes de Internet.
9. Les preocupa que algún gobierno implemente tecnología de vigilancia para restringir el activismo juvenil. La seguridad física, personal, es una de las mayores preocupaciones entre los jóvenes.
10. Saben que hay un problema de polarización política subyacente. Se preocupan por la corrupción, austeridad y por los rancios, anticuados y obsoletos liderazgos políticos.
11. Muchos jóvenes tienen más fe en el gobierno a cargo de un sistema de inteligencia artificial que por un ser humano. Para reducir el problema, los jóvenes están pidiendo a los donantes filantrópicos que dirijan mayores inversiones a programas que ayuden a las voces jóvenes progresistas a unirse al gobierno y convertirse en actores políticos.
12. Quieren minimizar la propagación de información falsa, tanto en línea como a través de los medios tradicionales. Exigen redes sociales reguladas para combatir las noticias falsas y las opiniones extremistas. La desinformación hace que tengan una mayor desconfianza en las instituciones.
13. Quieren reconstruir la confianza en los sistemas de salud, y están pidiendo a las naciones del G7 y a las organizaciones internacionales que salvaguarden la equidad de las vacunas ante el inicio de futuras crisis de salud.
14. La crisis de salud mental, provocada por los encierros, es algo serio. Representa una epidemia existencial y silenciosa que requiere una inversión masiva para prevenir y abordar el estigma asociado con ella. Los jóvenes están preocupados por otra ola de problemas de salud mental cuando se les pida a los trabajadores que regresen a sus lugares de trabajo.
15. Quieren idear una nueva forma madura de activismo juvenil. Por eso diseñaron principios para guiar a los jóvenes en su defensa de un período post-COVID más inclusivo.
Los jóvenes de Global Shapers Community publicaron un “manifiesto” muy interesante de 6 puntos que a continuación transcribo
1. Crearemos espacio para diálogo intergeneracional.
Nos escucharemos y aprenderemos unos de otros: pasado, presente y futuro. Respetaremos el contexto global y que todas las partes del mundo coexistan. Compartiremos los aprendizajes para evitar la replicación. Probaremos, iteraremos y mejoraremos nuestro enfoque para convertirnos en mejores líderes y ancestros.
2. Haremos grandes preguntas para avanzar con soluciones audaces.
Nos tomaremos un tiempo para aprender por qué las estructuras son
cómo son y conocer la historia de nuestras comunidades, antes de actuar. Reconoceremos que la cocreación comienza con la consulta para comprender los sistemas. Haremos que la información sobre la toma de decisiones sea accesible para que sea verdaderamente inclusiva.
3. Buscaremos el cambio de sistemas y la acción colectiva.
Construiremos puentes dentro y entre las comunidades para fortalecer las estructuras que funcionan y desmantelar las que no. Estableceremos metas ambiciosas y pasaremos de la palabra a la acción. Nos centraremos en los cambios locales que pueden conducir a transformaciones globales y celebraremos nuestro progreso.
4. Haremos espacio para diversas experiencias vividas.
Construiremos relaciones auténticas con las comunidades más afectadas por las desigualdades e injusticias. Reconoceremos por qué nos preocupan los problemas y quiénes somos en relación con ellos. Uniremos fuerzas, compartiremos el poder y tomaremos decisiones de manera abierta y transparente.
5. Aceptaremos conversaciones incómodas.
Renunciaremos a nuestro privilegio y daremos a todos un asiento a la mesa. Nos comprometeremos a escuchar, comprender y co-crear soluciones. Crearemos espacios valientes para que las ideas sean escuchadas, cuestionadas y desafiadas. Reconoceremos la compleja interseccionalidad del cambio social.
6. Cuidaremos de nosotros mismos, de los demás y de nuestro ecosistema.
Seremos amables y considerados. Practicaremos el autocuidado y el cuidado comunitario. Salvaguardaremos la salud mental y el bienestar. Encontraremos el equilibrio entre la paciencia y la impaciencia. Seremos auténticos, vulnerables y radicalmente inclusivos. Protegeremos nuestro planeta y nuestro futuro común.
Los políticos y las instituciones que buscan simplemente volver a la normalidad de antes se toparán con el liderazgo de los jóvenes. Es una generación mucho más organizada de votantes, consumidores e inversionistas que se están movilizando detrás de causas muy claras: justicia climática, fiscal y social. Es una gran oportunidad que podamos contar con ellos. Tienen puntos de vista, ideas y temores, que se están traduciendo en opiniones prácticas y recomendaciones para quienes toman decisiones en las empresas y en el gobierno.
Mi Twitter: @javier_trevino