Ayer me enviaron a mi Whatsapp un video de un importante empresario de Monterrey. Sorprendentemente, respalda pública y abiertamente a uno de los candidatos a Presidente Municipal de Monterrey. Y creo que lo hace por las razones incorrectas.

El mensaje me sorprendió por la referencia despectiva que hace a la inexperiencia. Me recordó un artículo que leí en septiembre de 2015 en Harvard Business Review. Los consultores Jack Zenger y Joseph Folkman escriben sobre lo que los líderes más jóvenes deben saber sobre cómo se les percibe.

La pregunta inicial es: a medida que los nuevos líderes llenan las vacantes creadas por los boomers que se jubilan, ¿cómo se comparan sus habilidades con las de los más experimentados que reemplazan?

Los autores, tal y como lo piensa el empresario regiomontano, hicieron sus supuestos: “Naturalmente, asumimos que los gerentes veteranos serían más efectivos en casi todos los frentes. Para probar esto, exploramos los datos que hemos acumulado sobre más de 65,000 líderes. Nos enfocamos en gerentes de 30 años o menos (455 líderes) y los comparamos con líderes mayores de 45 años (4,298) para determinar las características distintivas de cada grupo”.

Los investigadores utilizaron un instrumento de retroalimentación de 360 grados que recopila datos sobre 49 comportamientos de liderazgo. Cuando compararon las puntuaciones de los dos grupos en estas 49 características, el grupo más joven obtuvo una puntuación más positiva en cada rasgo.

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Creo que el empresario regiomontano debería estar de acuerdo en que ésta es una excelente noticia, porque indica que hay líderes jóvenes talentosos en nuestra comunidad que serán capaces de asumir roles clave.

Es cierto que los autores también identificaron un grupo de comportamientos y percepciones que desafían a los líderes más jóvenes. Veamos:

1. No se confía plenamente en las ideas y opiniones de líderes más jóvenes y menos experimentados. Se les cuestiona su juicio con frecuencia. Los hombres mayores se sienten incómodos con los jóvenes.

2. Se les cuestiona su falta de experiencia y conocimiento profundo de algunos temas. Aunque los líderes más jóvenes suelen tener conocimientos y capacitación más actuales, su falta de experiencia lleva a que otros los cuestionen. Es lógico, la juventud es un problema que se soluciona con el tiempo. Si un joven ha tenido una vida más corta, no tiene el “conocimiento profundo” que poseen otros más viejos o experimentados.

3. Tal vez los líderes más jóvenes no son percibidos por los viejos como un modelo a seguir. Para los líderes más jóvenes, el camino hacia el éxito a menudo ha sido rápido, lo que les dificulta identificarse con las luchas de los demás, que supuestamente han ascendido por etapas.

4. Algunos creen que los líderes jóvenes son insensibles a las necesidades de los demás. Es cierto que, por su edad, se han enfrentado a menos desafíos en la vida o en sus carreras. Por eso mismo, los líderes más jóvenes luchan por equilibrar la necesidad de resultados con la preocupación adecuada por las necesidades de los demás. Los líderes jóvenes trabajan incansablemente; no les preocupa la necesidad de trabajar 80 horas a la semana y no pueden entender por qué otros se quejan. Tienden a mirar más allá de estos problemas en lugar de detenerse para reflexionar y responder a las ansiedades de los demás.

5. Muchos creen que un líder joven no es capaz de representar a la organización o a la comunidad. Quieren a alguien que se vea y se sienta como la marca de la organización y que pueda responder las preguntas difíciles. Los líderes más jóvenes son menos propensos a ser considerados capaces de desempeñar ese papel.

6. Según sus críticos, a los líderes jóvenes les falta perspectiva estratégica. La perspectiva estratégica tiende a alinearse con la experiencia, los resultados y las etapas, como argumenta el empresario de Monterrey. La capacidad de mirar hacia el futuro se ve reforzada por la perspectiva que viene del pasado. Los líderes más jóvenes son percibidos como más miopes y menos estratégicos que sus homólogos veteranos. Se centran más en las decisiones del día a día y ponen menos énfasis en la visión a largo plazo.

Hasta aquí lo malo, que coincide con la visión del empresario regiomontano del video que vi ayer en Whatsapp.

Sin embargo, los investigadores de este estudio también encontraron varias dimensiones en las que los líderes más jóvenes tienen una ventaja significativa. Aquí es donde sobresalieron los líderes más jóvenes:

1. Dan la bienvenida al cambio. Los líderes más jóvenes aceptaron el cambio y demostraron grandes habilidades para comunicar e implementar sus nuevas ideas. Tienen el coraje de hacer cambios difíciles, posiblemente porque su falta de experiencia les hace ser más optimistas sobre sus propuestas de cambio. Están más dispuestos que ¨los más experimentados” a ser los campeones del cambio.

2. Son inspiradores. Los líderes más jóvenes saben cómo hacer que los demás se llenen de energía y entusiasmo para lograr los objetivos. Pueden inspirar a otros para que logren altos niveles de esfuerzo y producción en un grado aún mayor que sus contrapartes más experimentadas. Sus colegas mayores tienden a liderar “empujando” mientras que los más jóvenes lideran “tirando”.

3. Son receptivos a la retroalimentación. Están extremadamente abiertos a la retroalimentación. Piden retroalimentación sobre su desempeño con más frecuencia y buscan formas de digerir e implementar la retroalimentación. Los líderes de mayor edad, por el contrario, tienden a estar menos dispuestos a pedir y responder a los comentarios de sus colegas.

4. Están dedicados a la mejora continua. Esto puede ser el resultado de haber invertido menos en el pasado, pero los líderes más jóvenes están más dispuestos a desafiar el status quo. Buscan constantemente formas innovadoras de realizar el trabajo de manera más eficiente y con mayor calidad.

5. Se centran intensamente en los resultados. Tienen una gran necesidad de logros, de construir historias de éxito y ponen toda su energía en hacer realidad sus objetivos. Por el contrario, cuando alguien ha estado en una organización durante un largo período de tiempo, es fácil que se vuelva complaciente y que considere que el statu quo es suficiente.

6. Son buenos para establecer metas ambiciosas. Los líderes más jóvenes estaban más dispuestos a comprometerse con metas ambiciosas. Algunos líderes de mayor edad y “más experimentados” han aprendido las mañas para no tener que trabajar tan duro ni correr el riesgo de quedarse cortos. Los líderes más jóvenes son más propensos a establecer metas ambiciosas e inspirar a su equipo a lograr tareas difíciles.

Monterrey merece un nuevo liderazgo. Nuestra ciudad necesita un líder joven para lograr el cambio. Debemos jubilar la vieja política, comprender las fortalezas de este grupo más joven, aprovechar la oportunidad para una mayor productividad.

No estoy de acuerdo con la visión del empresario del video. Yo he visto cualidades en Luis Donaldo Colosio que lo hace tener una ventaja significativa sobre sus contrapartes mayores o “más experimentados”. Es honesto, es un campeón del cambio, inspirador, receptivo a la retroalimentación, enfocado en la mejora continua, centrado intensamente en los resultados, siempre establece metas ambiciosas.

Puede ser que Colosio no tenga toda la experiencia, pero eso se soluciona con su talento, su habilidad y decisión para conformar el mejor equipo de trabajo, experimentado, de mujeres y hombres honestos, con las mejores mentes y los mejores perfiles.

Twitter: @javier_trevino