Tengo otros datos
La secretaria de Energía de Estados Unidos, Jennifer Granholm, expresó en un comunicado de hace unos días “preocupaciones reales de la Administración Biden-Harris con respecto al posible impacto negativo de las reformas energéticas propuestas por el gobierno de México en la inversión privada estadounidense”, sobre todo en lo que se refiere a las energías renovables.
La funcionaria estadounidense, que se había entrevistado con el presidente Andrés Manuel López Obrador, agregó que “la reforma propuesta también podría obstaculizar los esfuerzos conjuntos de Estados Unidos y México en materia de energía limpia y clima”. Al parecer los datos que tiene Granholm sobre las modificaciones propuestas por el Gobierno de la 4T a la Ley Eléctrica son equivocados, ya que no se contempla en ningún lado que se detenga la inversión privada en energía limpia, además de que el problema de generación de energía sucia es en los Estados Unidos y no en México.
Jennifer Granhom se ostenta como una persona obsesionada con resolver el cambio climático y crear empleos de energía limpia y bien pagados, pero lo que parece olvidar la exgobernadora de Michigan es que, en la actualidad, China es el país que más contamina, con 10,64 kilotones de CO2 emitidos a la atmósfera, seguido de Estados Unidos con 5,17, según la Base de Datos de Emisiones para la Investigación Atmosférica Global (EDGAR, por sus siglas en inglés).
En lo que respecta a la emisión CO2 per cápita, la nación de las barras y las estrellas se lleva el primer lugar en el mundo. Cada norteamericano genera 17.5 toneladas métricas, mientras que cada mexicano solo genera 3.5, lo que representa una diferencia abismal.
Otra cosa que desconoce la funcionaria norteamericana es que México solo cuenta con 3 centrales carboeléctricas, mientras en el territorio estadounidense hay 258 plantas que usan carbón para producir energía eléctrica.
La Comisión Federal de Electricidad (CFE), que es la empresa del Estado Mexicano para abastecer de electricidad a los consumidores mexicanos, cuenta para este fin con 157 centrales eléctricas y de éstas 69 generan energía limpia con fuentes renovables (hidroeléctricas, solares, eólicas), significando el 47% del total que produce la compañía; tiene además 20 de ciclo combinado a base de gas natural, 19 termoeléctricas y de éstas 14 son duales, es decir que funcionan con combustóleo o gas natural y 5 generan energía solamente con combustóleo y 3 generadoras de energía con carbón, de éstas dos últimas que se puede considerar energía sucia, solamente representa el 6% del total.
Otra cosa que desconoce la secretaria de Energía estadounidense, es que la CFE anunció el pasado mes de julio que invertirá mil millones de dólares para renovar 14 centrales hidroeléctricas del país.
La hoy empresa productiva del Estado señaló que la modernización de dichas plantas generadoras se realizará a través de un novedoso mecanismo financiero que permitirá a la paraestatal acceder a financiamiento de tasas preferenciales.
La meta de la actual administración federal es incrementar la generación anual en mil 860 gigavatios-hora (GWh). El plan es que estas plantas hidroeléctricas estén listas en el primer trimestre de 2024.
La generación de energía adicional derivada de la modernización de estás hidroeléctricas equivale a 6 parques eólicos u ocho parques fotovoltaicos de 100 MW.
Las hidroeléctricas no son la única alternativa que tiene la administración de Andrés Manuel López Obrador para la generación de electricidad limpia, ya que este gobierno está invirtiendo en energía solar.
El gobernador de Sonora, Alfonso Durazo Montaño, prometió como candidato impulsar en su estado la generación de electricidad a través de plantas solares, pero sin firmar contratos leoninos con empresas privadas como se hacía en pasadas administraciones. El mandatario sonorense ratificó no estar en contra de las energías limpias, pero si está en desacuerdo con el abuso de las generadoras privadas y por ello creará una empresa estatal para la producción de electricidad, y se cuenta con el recurso del sol que en esa región del país es uno de los mayores en intensidad de todo el mundo.
El mandatario del estado norteño informó el pasado mes de julio de una inversión por mil 685 millones de dólares, con lo que se construirá una planta de energía solar en Puerto Peñasco, la cual dará servicio a cuatro millones de habitantes de ese estado, así como a los de Baja California.
De acuerdo con Durazo, la planta de generación de energía se convertiría en la octava más grande del mundo y funcionará al 100% en diciembre de 2023, con una capacidad de mil mega watts, lo que beneficiará a más de cuatro millones de habitantes de Sonora y Baja California.
La narrativa de la oposición de que el gobierno del presidente López Obrador está en contra de la inversión privada y de las energías limpias de bajo costo, no es tan cierta ya que la 4T está invirtiendo en la generación de energías limpias y la modificación a la Ley no restriegue la entrada a la inversión privada en el sector eléctrico, pero sí la regula.
Estaría bien que la secretaria de Energía Jennifer Granholm conociera mejor la propuesta del gobierno de México en materia eléctrica y no se dejara llevar por el discurso de la oposición.