Sin debates en las primarias, con un desastre económico, político, social y médico (miles, o decenas de miles de personas muriendo de Covid cada mes) que se busca ocultar, con deficiencias cognitivas severas y un periodo “presidencial” que concluiría a los 86 años de edad, así anunció Joe Biden, en redes sociales, su intención de buscar la reelección para la presidencia de los Estados Unidos de “América”.
Mientras que la alianza entre la República Popular de China y la Federación Rusa eclipsa al bloque neoliberal en aspectos económicos, tecnológicos, militares y hasta en población, EU seguirá al borde de la parálisis o de un conflicto social mayor dentro de su propio territorio ante la inoperancia de una oligarquía que tiene a dos terceras partes de su población viviendo al día, incluyendo millones de niños con pobreza alimentaria y con cientos de miles de personas (en las estimaciones más bajas) viviendo en las calles aún contando con empleos, mientras se siguen mandando miles de millones de dólares al régimen ucraniano.
A estas alturas, cualquier “analista” o político mexicano que siga insistiendo en sostener el fallido modelo neoliberal está completamente descalificado. Aún más si toman cómo ejemplo un país atomizado y en aparente proceso de desintegración cómo Estados Unidos. Los mexicanos creíamos que nada podía ser que Trump, pero Biden, o los neoconservadores que lo rodean, resultaron ser peores: bélicos, agresivos, supremacistas y capaces de poner al mundo al borde de la tercera guerra mundial por el conflicto en Ucrania, un país que la mayoría de los estadounidenses no podrían encontrar en el mapa. Pobre planeta.