Joe Rogan es el conductor de podcasts más famoso del mundo. Con más de 10 millones de descargas por programa, Rogan tiene una mayor audiencia que los principales programas de noticias de Estados Unidos y otras partes del mundo.

El caso de Rogan es bastante singular, ya que su trasfondo no es en la conducción o comunicación. Primero fue comediante de stand-up, luego salió en comedias televisivas y posteriormente en reality shows y como comentarista de peleas de artes marciales mixtas (MMA).

Al tiempo que se desempeñaba en el deporte del “vale todo” y en “realitys”, Rogan fue pionero en el contenido en audio y video mediante internet, con su programa “The Joe Rogan Experience”, en donde lo mismo entrevista actores, que atletas, políticos o figuras de extrema derecha.

El trasfondo es importante porque Rogan no es un experto en comunicación, ni mucho menos periodista, ni nada por el estilo, sino un tipo de ideología con tendencias al conservadurismo y al libertarianismo, que entrevista a personas de distintas ideologías y rara vez los confronta pese a que en algunos casos tienen ideologías extremas.

En recientes fechas, el programa ha dado voz a personas del ámbito médico que tienen una postura disidente respecto al covid, que aunque no son antivacunas, sí han mostrado su oposición a las posturas de la administración Biden y del pésimo Dr. Anthony Fauci.

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Esto le ha valido a Rogan una campaña bien orquestada en medios para ser expulsado de Spotify, por la acusación de compartir “desinformación” respecto a la pandemia; artistas como Neil Young, incluso, han retirado su música de la plataforma (que por otro lado, paga una miseria a los músicos) con la exigencia de que se censure al conductor del podcast para el que fue contratado con un pago de cientos de millones de dólares.

Poco se puede exigir a un personaje improvisado, aunque popular como Rogan en la conducción de su programa de entretenimiento. Sin embargo, el ataque coordinado en medios en su contra se trata de otro caso más de la censura corporativa cada vez más prevalente en la otrora “tierra de la libertad” (sic), los Estados Unidos de “América”.