Al perder la mayoría calificada en la Cámara de Diputados federales, como apuntamos ayer, también MORENA pierde control sobre importantes decisiones políticas.
El partido gobernante ya no podrá realizar modificaciones a la ley electoral vigente, tampoco tendrá facilidades para eliminar organismos autónomos y estará obligado a negociar con el bloque opositor (PAN-PRI-MC) los presupuestos de egresos de la federación.
La correlación de fuerzas políticas dio un giro importante.
MORENA sigue siendo el partido más votado. Pero los opositores se acercaron hasta el grado de muchos consideran que, sin los diputados del Partido Verde, algo que puede ocurrir en las primeras horas del miércoles si en San Luis Potosí no respetan el triunfo a la gubernatura de su candidato Ricardo Gallardo, se pueden detener proyectos emblemáticos de la 4T como la refinería de Dos Bocas o el Tren Maya.
En el 2018 al lograr los votos suficientes para tener una mayoría calificada, se llegó a considerar que el presidente podría alentar una reelección o una ampliación de mandato.
Hoy la composición que se prefigura para la Cámara de Diputados y la presencia en el congreso permanente de entidades opositoras como Jalisco y Nuevo León, en manos de Movimiento Ciudadano, obliga al partido gobernante a replantear el escenario de reelección o de ampliación de mandato como un objetivo prácticamente imposible de lograr.
Jalisco, NL y la CDMX, a partir del 1 de septiembre serán los creadores de nuevos equilibrios políticos nacionales.
No llegarán a San Lázaro representantes de los partidos que aspiraban a un registro. Ni el PES, Fuerza por México y Redes Sociales Progresistas alcanzaron el 3% de la votación según las cifras del PREP.
Las prospectivas de la mayoría de los analistas políticos de los principales medios de comunicación, son las de una Cámara de Diputados en abierta igualdad de posibilidades para lograr acuerdos vía el consenso y la negociación.
De los 30 millones de votos del 2028 a los 16 millones de sufragios obtenidos el pasado domingo 6 de julio, obligan a MORENA a un comportamiento totalmente diferente al que ha tenido hasta la fecha en los principales debates ocurridos en San Lázaro.