Por El Pordiosero
José Medel es el famoso nombre del boxeador despreciado en su país por haberle ganado en dos ocasiones a José “Toluco” López, arrebatándole el campeonato nacional gallo, conformándose con ser ídolo en Japón. Su homónimo de apellido materno Ibarra, tiene fama por haber sido destituido de la dirección sindical de los trabajadores de la Ciudad de México acusado de corrupción.
Dos personas, un mismo nombre. Dos historias forjadas en distintas épocas y con distintas circunstancias. Dos apodos: “huitlacoche” del ex boxeador, y “mil máscaras” del ex dirigente sindical.
El ex boxeador fue dueño de una izquierda impecable con la que pudo acabar con sus adversarios de un sólo golpe. Aun así no le logró convertirse en campeón mundial, al ser derrotado en las dos ocasiones en que disputó el título.
Es uno de los grandes del deporte de las orejas de coliflor nacidos en el llamado barrio bravo de Tepito. El mayor de sus pecados fue haberle ganado en dos ocasiones al “Toluco” López, un albañil convertido en el gran ídolo al que su público le perdonaba sus excesivas fiestas. Ni derrotándolo por nocaut la segunda ocasión le mereció el reconocimiento popular.
El ex dirigente sindical se transformó en comerciante tras una mediocre carrera política que le alcanzo para ser diputado local en la CDMX en 2003 -con el decidido apoyo de Roberto Madrazo, presidente nacional del PRI- que le permitió sortear un enfrentamiento con el jefe de gobierno de la ciudad, Andrés Manuel López Obrador.
Medel, el ex dirigente sindical antes de transformarse en comerciante, coqueteó con varios partidos políticos en busca de fortuna. Con Felipe Calderón estuvo un mes antes de las cuestionadas elecciones de 2006 cuya derrota López Obrador y los suyos nunca han reconocido. Cuando le convenía ofertaba al PRD integrarse como un militante más. No renunció al PRI.
“¡Los de enfrente tienen piel de señorita!”, gritó apostado a las afueras de las oficinas del jefe de gobierno López Obrador, en uno de los tres días de marchas que encabezó en mayo de 2003 para denunciar que las autoridades del Distrito Federal les negaba a los trabajadores el pago de salarios que merecían.
Una revuelta de secciones del Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno del Distrito Federal (SUTGDF), lo exhibió públicamente lanzándole huevos a un vehículo donde anteriormente lo habían subido. Más tarde renunciaría a la dirigencia frente a denuncias de malversación de cuotas sindicales en la compra de un equipo de fútbol.
Antes fue crítico de Joel Ayala Almeida, presidente de la central FSTSE y promotor de la creación de la Federación Democrática de Sindicatos de Servidores Públicos (FEDESSP) de la mano de la maestra Elba Esther Gordillo.
Cercano a Obdulio Ávila Mayo -actual director general jurídico y de gobierno en la Alcaldía Coyoacán- y Mariana Gómez del Campo -sobrina política del ex presidente Calderón-, intentaron sobrevivir en la política a través del PAN.
Más tarde incursionó en el periodismo, con financiamiento de un empresario hidalguense, dueño de empresas de proveeduría de ropa para trabajadores, incluida la zapatera Tenería de Pachuca.
El triunfo de Morena en las elecciones presidenciales de 2018 con López Obrador como candidato, quien iba a imaginarlo, le abriría la puerta a los grandes negocios en la Ciudad de México, de la mano de Berta Gómez Castro, la poderosa subsecretaria de egresos en la Secretaría de Administración y Finanzas en el gobierno de la doctora Claudia Sheinbaum.
La subsecretaria Gómez Castro impulsó a uno de los suyos, Sergio Antonio López Montecino, a la estratégica Subsecretaria de Capital Humano -más tarde degradada a Dirección General de Administración de Personal y Desarrollo Administrativo-, quien había sido director de recursos humanos en una actual Alcaldía de Tlalpan. Desde esa posición incrustó a un buen número de sus parientes y conocidos que, al igual que él, llegaron de Chile a nuestro país en busca de mejores oportunidades.
Una de las primeras acciones de López Montecino, fue una visita a las oficinas que Medel Ibarra, el ex dirigente sindical, tiene en la Colonia Santa Anita, en Iztacalco.
A partir de entonces, empresas del socio del ex dirigente sindical destituido ganaron contratos en las licitaciones para vender uniformes y ropa de trabajo en el gobierno de la CDMX, mientras este rescataba su empresa, Manufacturas Serka Continentales, S.A. de C.V., la que había creado durante su paso como secretario de vestuario del SUTGDF, años atrás.
López Montecino y Medel el ex dirigente sindical, coincidieron en torpedear el contundente triunfo que obtuvo Hugo Alonso Ortiz, en enero de 2020, por la presidencia del Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno de la Ciudad de México (SUTGCDMX), por apoyo de Armando Bautista.
El ex dirigente sindical olvidó las ofensas que le había endilgado al presidente de la FSTSE, para adularlo desde la revista a que dirigía.
En enero de este año, la revista quincenal de corte sindical que Medel dirigía cerró. Semanas más tarde se autoinvitó a un festival que Hugo Alonso Ortiz, secretario general de la sección 1 “Limpia y transportes” del SUTGCDMX, organizó a mujeres, desviviéndose por saludarlo. Olvidó las ofensas que le publicó.
Un par de meses después, esto es el 24 de abril, el Gobierno de la CDMX dio a conocer el fallo de la Licitación Pública Nacional No. SAF-DGRMSG-LP-02-23 “Para la Adquisición Consolidada de Calzado Operativo, Vestuario Operativo, Equipo de Lluvia y Equipo de Protección correspondiente, al ejercicio fiscal 2023″. Entre los ganadores están las empresas del ex dirigente sindical y su socio.
A la firma Jera Industrias, S.A. de C.V. -, le entregaron 12 partidas por un total de 149,6 millones de pesos.
Y a Manufacturas Serka Continentales, S.A. de C.V., le concedieron 4 partidas por un total de 47.7 millones de pesos.
José Medel, un nombre para dos historias: a uno la suerte le fue adversa pese a su disciplinada y ordenada vida; al otro le sonríe en el gobierno del presidente López Obrador al que combatió ferozmente cuando fue jefe de gobierno en la CDMX.
Al ex boxeador lo llamaron “Huitlacoche” por el color azulado de su piel, y al ex dirigente sindical transformado en comerciante hay quien le dice “mil máscaras” por cambiar de lealtades conforme lo hacen sus intereses económicos.
Colaboración especial para SDPnoticias de agendapropia.mx, portal especializado en asuntos sindicales