El Senado estadounidense confirmó el pasado miércoles, luego de su nominación por el presidente Joe Biden, a Ken Salazar como el próximo embajador de los Estados Unidos en México, en sustitución de Christopher Landau. Como el primer senador de origen hispano desde la década de los setenta, Ken Salazar representa la gran diversidad étnica, lingüística y cultural que enriquece a nuestro vecino del norte.

Ken Salazar , miembro del Partido Demócrata, fungió como ministro del interior durante el primer gobierno del expresidente de Estados Unidos Barack Obama, luego de haber servido en la Cámara Alta como representante de Colorado.

Entre sus acciones principales destaca su apoyo a la malograda reforma migratoria impulsada por un puñado de senadores estadounidenses, y que contó, a la vez, con el espaldarazo del presidente Obama. Sin embargo, derivado de las prioridades políticas existentes tanto en la Casa Blanca como en Capitol Hill, la reforma migratoria fue aplazada.

Las responsabilidades de Salazar descansarán principalmente en la consolidación de una relación bileteral anclada en la colaboración en materia migratoria y de seguridad. Según un buen número de especialistas (entre ellos el ex canciller mexicano Jorge Castañeda) las prioridades del gobierno de Biden vís-a-vís México residen en que nuestro país detenga el arribo de migrantes centroamericanos hacia la frontera norte.

Ello resulta fundamental para las elecciones intermedias de 2022, pues el Partido Demócrata deberá dar la cara frente a los votantes que se oponen al arribo de nuevos migrantes, pero a la vez, conservar a la base electoral que votó en contra de las políticas racistas y xenófobas de Donald Trump.

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Washington, en respuesta (si mantenemos la línea de pensamiento de algunos) mirará hacia otro lado ante la ausencia de gobernabilidad en México, el ataque a las instituciones democráticas, frente a los coqueteos de AMLO con los régimenes populistas latinoamericanos y ante los desprósitos del presidente mexicano de proponer la desaparición de organismos internacionales como la OEA.

En este tenor, las duplas Blinken-Salazar y Ebrard-Moctezuma serán responsables de conducir una política bilateral basada en el interés común. Conviene señalar, empero, que el involucramiento de la vicepresidenta Kamala Harris en materia migratoria podría eclipsar la labor del recientemente nombrado embajador o del mismo Secretario de Estado. Sin embargo, el presidente Biden se ha distinguido por la selección de profesionales en cada una de las materias de la agenda pública.

AMLO y su gobierno deberán, por su parte, negociar astutamente frente a funcionarios profesionales, que conocen su labor, y que no cejarán en su empeño de velar por los intereses estadounidenses.