Ricardo Anaya parte rumbo al exilio.
Así lo anunció ayer luego de compartir en otro video, que había recibido un citatorio por parte de la Fiscalía para presentarse a declarar en el Reclusorio Norte por cargos contra él que podrían sumar hasta 30 años de cárcel.
¿Hace bien Anaya en huir? Muchos críticos del panista han criticado la decisión del queretano pues aseguran que “quien nada debe nada teme”. Este célebre refrán mexicano sonaría espléndidamente en un país donde existe un sistema de justicia penal justo, por medio del cual son procesados, encausados y encarcelados todos los que violan la ley, cometen atropellos, son corruptos, o que simplemente, quebrantan el Estado de Derecho.
Desafortunadamente no es el caso de nuestro país. Quiérase o no, Ricardo Anaya sí que representa un problema para AMLO y su gobierno. No únicamente fue su principal adversario en 2018 (ciertamente quedó en un lejano segundo lugar) quien le recordó sus fallas durante su gestión al frente del antes Distrito Federal, le hizo ver como un candidato con “ideas viejas y desfasadas” y quien le mostró como un hombre sin el menor conocimiento de las relaciones internacionales.
Luego, ante la grisura de los candidatos de PAN rumbo a 2018, Anaya va consolidándose como un contendiente fuerte para su lanzamiento en 2022.
La huída de Anaya responde, en consecuencia, a su temor de ser procesado no como un delincuente sino como un opositor político que incomoda a AMLO y a la fracasada narrativa de la 4T; fracasada en tanto que que la corrupción permea, la pobreza ha aumentado, el país no doma la pandemia y el crimen organizado hace y deshace a diestra y siniestra.
Al día de hoy, desconocemos si Ricardo Anaya es culpable. Sin embargo, lo que sí que sabemos es que el gobierno de AMLO ha fracasado en todas las materias de la agenda pública, y que en consecuencia, el presidente monta circos dirigidos a distraer la atención, trátese de declaraciones absurdas sobre la Conquista de México, música en las mañaneras o alegar “otros datos”.
En suma, Ricardo Anaya sí que tiene motivos para ausentarse del país. Sin embargo, confiemos (insisto, confiemos) en que la Fiscalia General de la República y su titular Alejandro Gertz Manero rescatarán algo de la autonomía que les fue otorgada. Tarea difícil sin duda, pero no imposible. La libertad de los mexicanos, la legitimidad de las instituciones y la salud del sistema de justicia lo merecen.
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