El Partido Acción Nacional fue fundado en 1939 con el propósito de proponer a los mexicanos una alternativa política frente al todo poderoso PRI (antes PNR y PRM) Los ideales del PAN se anclaron originalmente en el combate de algunos de lo principios nacidos de la Revolución mexicana abanderados por el partido oficial.
El PAN en sus orígenes, fue un partido condenado a vivir en los confines del espectro político, pues el PRI, con su maquinaria partidista cobijada por el presidente en turno y por los poderes del Estado, reunía en torno a sí a la inmensa mayoría de las opiniones políticas, desde los sindicatos hasta el empresariado.
Por estos motivos, el PAN quedó limitado a una parte muy reducida de la sociedad mexicana, distinguida por su conservadurismo ideológico, su cercanía con la Iglesia católica y por el rechazo a los principios revolucionarios.
Sin embargo, con el paso de las décadas, el PAN fue capaz de abrirse espacios políticos hasta convertirse en la principal oposición al PRI durante el siglo XX. No obstante esta transformación en ciernes, el Revolucionario Institucional lo era todo, y el PAN era incapaz de representar una opción política viable. Más tarde, todo cambiaría con el triunfo de Ernesto Ruffo en Baja California en 1989, la pérdida por parte del PRI de la mayoría en la Cámara de Diputados en 1997 y el triunfo de Vicente Fox en 2000.
La reciente alianza del PAN con Vox en el contexto de la firma de la Carta de Madrid, parece indicar que algunos miembros del PAN olvidan los esfuerzos de partido para contar con una pequeña -pero creciente- base electoral. En otras palabras, estos legisladores mexicanos, ajenos en conciencia y pensamiento a las duras batallas políticas del PAN durante el siglo XX, parecen desear volver a aquel PAN del pasado que carecía de una base electoral sólida que le permitiese cosechar triunfos.
¿Un error?
La alianza con la extrema derecha española y su descrédito ante los mexicanos ha sido un craso error del partido, pues representa una traición a su historia moderna. Adicionalmente, y para fortuna de AMLO y sus correligionarios, este error monumental del PAN será explotado con la finalidad de destruir la credibilidad del único partido de oposición capaz de hacer sombra al discurso populista del presidente y de la autoproclamada cuarta transformación.
En suma, el PAN exige a gritos un verdadero liderazgo que tenga visión política y que sea capaz de ofrecer al partido una alternativa de rumbo, con el objetivo de reproducir los triunfos del panismo de 2000 y 2006; un liderazgo que sepa rescatar los principios del partido, pero a la vez, reivindicar los esfuerzos de transformación que tuvieron lugar en las postrimerías del nacionalismo revolucionario.