El PRI y el PAN ( ni siquiera menciono al PRD por apenas figurar en la vida política mexicana) brillan por la grisura de sus personajes políticos y por la ausencia de liderazgos. Mismo si buscamos en los estados, en las Cámaras o en gobiernos pasados difícilmente encontraremos un puñado de individuos que pudiesen hacer sombra a cualquier hombre o mujer de Morena.

Sin embargo, y si no consideramos al polémico Diego Fernández de Cevallos o algún otro cuyo nombre se me escape, el único que sería capaz -hasta ahora- de tener alguna oportunidad política en 2024 sería Ricardo Anaya Cortés, el joven queretano relegado a un lejano segundo lugar en las elecciones de 2018.

A pesar de su estrepitosa derrota, y aun más considerando que fue postulado por la coalición PAN-PRD-MC, Ricardo Anaya se ha posicionado nuevamente en el espectro político y es ampliamente conocido a lo largo de todo el país. Algunos podrán criticarle, y otros sentirse atraídos por la frescura y la juventud del personaje, pero sí que es fácilmente identificable en cualquier región. Esto es el primer paso para ganar una elección. Basta con echar un vistazo a la carrera política de AMLO.

Sus vídeos colgados en las redes semanalmente son fuente de memes y críticas, pero bien que parecen penetrar en el imaginario colectivo. Desafortunadamente para Ricardo Anaya, no ha sido capaz de conectar con el grueso de la población. He allí su principal tarea con miras a 2024.

En otras palabras, Ricardo Anaya es el único panista ( o priista) capaz de arrebatar a Morena, al día de hoy, las elecciones de 2024. Se ha enzarzado en un intercambio de declaraciones con AMLO que le han colocado nuevamente al centro de la opinión pública. El lector recordará que el queretano concedió permiso al presidente para que éste se bebiese su caguama Pacífico, mientras él brindaría con otra marca de cerveza en el poniente de la Ciudad de México. El intercambio fue chusco y oportuno para Ricardo Anaya, pero desafortunado para AMLO, pues éste debería dedicar su tiempo a gobernar y a solucionar las problemáticas que aquejan al país.

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¿Será Ricardo Anaya el candidato de la alianza PRI-PAN-PRD?

Difícil de vaticinar, pues los priistas difícilmente olvidarán las acusaciones del panista contra el presidente Peña Nieto, así como los reiterados señalamientos de corrupción contra el PRI. Por otro lado, Ricardo Anaya tendrá igualmente ante sí la gran tarea de reconciliar a las fuerzas políticas al interior del PAN. De lo contrario, podríamos atestiguar una escisión partidista como lo vimos luego de su combate contra Margarita Zavala.

Todo resulta, en este momento, especulativo. Sin embargo, dos afirmaciones son bien ciertas: Ricardo Anaya es hoy el mejor personaje de la oposición para enfrentar a Morena en 2024, es un hombre culto, preparado, con propuestas de vanguardia que seguramente gobernaría con una mayor visión de Estado que cualquier morenista.

Veremos.