Los vaivenes de la política son impredecibles, y algún día, AMLO será expresidente
La consulta popular tendrá lugar, finalmente, el próximo 1 de agosto. Con ello, se satisfacerá la ocurrencia de AMLO de exponer ante la ciudadanía a sus grandes enemigos históricos, entre ellos, a Vicente Fox “el traidor a la democracia " y a Felipe Calderón “el usurpador”.
¿Par qué someter a consulta popular lo que dicta la Ley? Si efectivamente la Fiscalía General de la República, en coordinación con el resto de las autoridades competentes, es capaz de armar un expediente contra alguno o algunos de los ex mandatarios, adelante, que proceda de acuerdo a a ley y que presente el caso frente a un juez. Recordemos, en este tenor, que los expresidentes no gozan de fuero.
¿Qué pretende AMLO con llevar al cadalso público a sus antecesores?
Pues lo de siempre. Distraer de la opinión pública los grandes problemas nacionales, tales como la inseguridad, el desabasto de medicamentos, la inacción del gobierno federal ante el potencial arribo de la variante Delta, la exacerbación de la pobreza y los pendientes en materia de corrupción como el caso Lozoya.
En este sentido, AMLO es el maestro de la distracción y de la comunicación. Por eso está allí, siempre, cada mañana, en ese espacio televisivo en el que expresa lo que viene en gana; la mayor parte de las veces ocurrencias sin sentido. Sea contra las clases medias, contra la prensa “conservadora” o para exponer a personajes olvidados como Gabriel Quadri, AMLO utiliza sus mañaneras como un espacio para cultivar el culto a su personalidad y para dictar diariamente el contenido de la agenda nacional.
En caso de que la consulta popular arroje el “sí” como respuesta mayoritaria.
¿Procederán AMLO y la Fiscalía contra alguno de los ex presidentes?
Lo dudo. AMLO es un presidente, al igual que sus antecesores, envuelto en la vorágine de los acontecimientos políticos y difícilmente tendrá la voluntad de sentar un precedente que podría revertirse en su contra una vez que haya dejado la silla presidencial.
Con lo anterior, no es mi intención insinuar que AMLO, en lo individual, haya cometido algún acto de corrupción. Al día de hoy, y para ser justos con la verdad, no existe evidencia alguna para suponerlo. Sin embargo, los vaivenes de la política son impredecibles, y algún día, AMLO será expresidente.
En suma, la consulta popular en torno al enjuiciamiento a expresidentes es tendenciosa, ociosa y forma parte del arsenal favorito de distractores del presidente. Es una pena, principalmente ante tantos problemas que nos aquejan y ante la ausencia de buenas políticas públicas.