Mientras se analiza una desafortunada reforma a la industria eléctrica, que pondrá en riesgo la viabilidad de México en el tránsito hacia energías limpias y renovables, AMLO y su gobierno no contemplan una verdadera reforma fiscal. En este sentido, el paquete económico 2022 apenas prevé una miscelánea fiscal y no un cambio que facilite un auténtico cambio de régimen.
Según datos de la OCDE, México recauda menos del 20% en relación con el PIB, lo que le sitúa por debajo de muchos países de América Latina, y aún, muy por debajo del promedio de los países miembros de la organización internacional. Esto se ha traducido históricamente en insuficientes presupuestos destinados a materias fundamentales para el desarrollo del país, tales como salud, seguridad y educación.
De igual manera, la baja recaudación se traduce irremediablemente en la concentración de capitales en unas cuantas manos, lo que conlleva al aumento de la desigualdad y a la injusticia social, dos puntos tan frecuentemente abordados por AMLO en su narrativa discursiva. Desafortunadamente, todo ha quedado, al día de hoy, en ello: una narrativa política.
AMLO navega contra los consensos internacionales. Mientras el gobierno de Joe Biden librará una importante batalla en el Congreso para implementar una reforma fiscal que incremente la tasa impositiva para aquellos ciudadanos que perciban más de 400,000 dólares anuales, AMLO y su administración gastan su arsenal político en reformas innecesarias y desfasadas que no harán más que hacernos retroceder a aquellas épocas del nacionalismo revolucionario.
En materia fiscal, en adición a los comentarios previos, existe la perjudicial evasión. En este tenor, recomiendo ampliamente la lectura de la columna intitulada ¡Qué bonita familia lopezobradorista! autoría de mi colega Verónica Malo Guzmán.
En ella, la politóloga nos narra sobre un informe coordinado por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, conocido como el Pandora Papers, el cual ofrece información sobre una supuesta evasión fiscal por parte de 14 multimillonarios de México y de algunos miembros del gobierno de AMLO. Esta situación pone de manifiesto, una vez más, la urgencia de una coordinación internacional en materia fiscal.
En suma, la exacerbación de la desigualdad en tanto que problemática estructural de nuestro país, aunado a la crisis provocada por la pandemia del Covid-19, obliga al gobierno a realizar una auténtica reforma fiscal que ofrezca a nuestro país una viabilidad en el mediano plazo.
Desafortunadamente, AMLO y los suyos tienen la prioridad equivocada.