El presidente AMLO, a pesar del revés sufrido el domingo pasado, insiste nuevamente en su despropósito de solicitar al INE la organización de un referendo sobre la revocación de mandato. Sin embargo, para nuestro infortunio, no se trata de un arrebato presidencial, sino de un despropósito consagrado en la Constitución.

¿Convocará AMLO el referendo? Quizá, pues ello le brindará espacios interminables para hacer campaña desde los cuarteles de Palacio Nacional contra la oposición.

En ese momento, AMLO echará mano del artículo 35 constitucional para “legitimar” su continuidad en la presidencia, como si no le hubiese bastado ganar con mayoría absoluta en los comicios de 2018.

Sin embargo, como es bien conocido, AMLO es un especialista en el arte de utilizar la letra constitucional cuando esta favorece sus intereses, mientras que la desecha ( o culpa a terceros actores, como el INE) cuando contraviene sus ambiciones políticas.

En un sencillo ejercicio imaginativo, supongamos que el referendo es convocado para marzo de 2022. Si el resultado arroja que AMLO debe continuar, el presidente celebrará el éxito de la democracia mexicana. Si por el contrario, el resultado le es desfavorable, se lanzará contra los organizadores y anunciará fraude perpetrado por los conservadores.

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Como buen líder carismático característico de la región Latinoamericana, AMLO se alza por encima de las instituciones del Estado cuando la Constitución o las leyes no encajan en sus proyectos políticos.

¿Riesgos incuantificables?

Por otro lado, si bien considero que el gobierno de AMLO ha sido perjudicial para México en cada arista de la agenda pública (échese un vistazo a los índices de seguridad, pobreza, corrupción, relaciones internacionales, gobernanza democrática, entre otros) la hipotética revocación de su mandato conllevaría riesgos incuantificables. Primero, el mensaje a los mercados luego de la incertidumbre provocada por el desconocimiento del nombre de su sucesor, y luego, ante el peligro de que algún legislador radical fuese votado por el Congreso. Como reza el célebre refrán mexicano “más vale malo conocido”.

En suma, la letra del artículo 35 constitucional, luego de su reforma en 2019, servirá como un simple instrumento jurídico para justificar una acción política. Nos queda claro, luego de conocer el talante del presidente de AMLO, que la política está por encima de la Ley, a menos, desde luego, que ésta le favorezca.