Activo y con idea, pero de carácter mesurado. Así describiría en un primer momento al joven alcalde de Culiacán. Sin embargo, quise escribir estas líneas y contarle a usted que Juan de Dios Gámez Mendívil sabe alzar la voz cuando es necesario.
El pasado viernes tuve la oportunidad de escucharlo en una entrevista en radio y la versión que nos regaló debería llegar para quedarse.
Antes que todo, hay que decir que el presidente culichi es digno representante de los jóvenes de la nueva izquierda, esa izquierda moderada, novedosa, alejada del “comunismo” y más ligada al “capitalismo humano” en sus ideas. Una izquierda que encarna a la perfección los valores de la 4T.
A su corta edad, es experimentado pues se ha desarrollado en el servicio público ya de años. Lleva la política y la lucha en la sangre; heredado de su padre. Es el alcalde más joven en la historia de la capital sinaloense y en el contexto actual, de lo más cercanos al gobernador. En mi opinión, es el abanderado del “rochismo” en la entidad. Apostar por él, es apostar al relevo generacional de toda una hornada de jóvenes con proyección en Sinaloa y México.
Volviendo a la entrevista que le escuché. Advertí a un alcalde fuerte, con argumentos sólidos para enviar un mensaje a sus críticos y detractores. Con orgullo presume su ambicioso programa de pavimentación en Culiacán con más de 90 km lineales acumulados. Habría que remontarnos al trienio de Jesús Vizcarra Calderón -otro extraordinario político- para hallar un precedente que se parezca un poco.
¿A quién le incomoda un alcalde trabajador? A quienes le ven futuro político y a quienes critican sistemáticamente la administración. Solamente a un sector de la oposición que hace política de muy bajo nivel.
Juan de Dios llegó a Palacio Municipal con la encomienda de trabajar duro, salir a la calle, escuchar a la gente y resolver. Ha vuelto simple lo complicado.
Pero Gámez Mendívil ha ido de menos a más. Debo decirlo, ha hecho ajustes en su gabinete, tal vez más de los que a él mismo le habrían gustado. La curva de aprendizaje era cortísima y debía rendir resultados de inmediato. Me parece que lo ha logrado. Enfrascado en esa tarea, tal vez había sido más introvertido de lo que un alcalde capitalino debería de ser.
Me parece que el joven alcalde culichi lo ha hecho muy bien. Ha cumplido con nota su encomienda, y como político, ha crecido a pasos agigantados. Hoy comunica mejor, lo hace fiel a su estilo y sin perder su esencia. Conecta con su gente e inspira confianza hasta en los más pequeñitos quienes incluso le escriben cartas para pedirle una barda perimetral en el kínder Emilia García de la Rocha, en la sindicatura de Tepuche.
Creo que vendrán más “relojes florales” o ese tipo de obras para embellecer la ciudad, y tengo claro también que habrá más calles pavimentadas, mejor servicio de agua potable, más drenajes, más luminarias, más limpieza y más soluciones para la capital. Porque no me parece que Juan de Dios le regatee nada al pueblo culichi.
Al presidente de Culiacán me gustó escucharlo defenderse de sus detractores con un discurso decidido. Creo que más allá de ese carácter afable, está también el joven que puede liderar una generación y encabezar el proyecto de la 4T en Sinaloa. Su nombre está en el despacho de la Dra. Claudia Sheinbuam, quien conoce a la perfección la clase política en el estado de los once ríos.
El regreso de Estrada Ferreiro -que creo que no será-
Este fin de semana estaba alegre el mitote, como dice la canción. Corrió como reguero de pólvora la versión de que el ex alcalde Jesús Estrada Ferreiro regresaría a la presidencia capitalina.
Entre algunos aprontados de la oposición, dieron por hecho el proyecto que será sometido a discusión el próximo 20 de septiembre. Con qué poquito tienen para comenzar toda una campaña de desinformación.
Recordemos que el caso ya se rechazó una vez en la propia sala superior del Tribunal Federal Electoral. Mientras sea “proyecto”, nada está dicho, y las partes no deberían cantar victoria, sino hasta el resultado del próximo miércoles.
Ahora bien, soy sinaloense y vivo en Culiacán. En mi opinión, no me parece que un alcalde acusado gravemente de misógino y corrupto, deba regresar a la presidencia municipal. Mejor, así como estamos, y ya el próximo año los culichis tendremos la oportunidad de elegir nuevamente presidente.
Vanessa Félix: @vanessafelixmx