Andrés Manuel López Obrador dice que la política es confrontación y polémica. El presidente cierra su sexenio con una inédita huelga en el Poder Judicial. México vive un abierto pleito entre el gobierno federal con ministros, jueces, magistrados y trabajadores judiciales, cuyas consecuencias agregan una capa de incertidumbre innecesaria al final del sexenio.

Para tener la conciencia tranquila de que hizo todo lo que estuvo en sus manos para transformar este país, Andrés Manuel López Obrador quiere, antes de irse, promulgar la reforma al Poder Judicial, cuya manzana de la discordia es la elección popular de ministros, jueces y magistrados.

Al estallar el paro indefinido, los integrantes del poder judicial pusieron sobre la mesa que la reforma del presidente no pase, que se congele, como condición para volver a sus funciones.

El que avisa no traiciona. Desde 2021, López Obrador puso sobre la mesa la reforma al Poder Judicial, misma que el 2 de junio fue legitimada en las urnas por una votación contundente.

Claudia Sheinbaum asumió la propuesta del presidente, la incorporó a su programa de gobierno, la votó a mano alzada en muchos de sus mítines, la defendió en entrevistas y la subió a sus redes sociales. Ya como presidenta, encargó a Ignacio Mier y a Ricardo Monreal difundirla y socializarla, como ocurrió durante dos meses y medio.

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El dictamen que presentó la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados incorporó en el predictamen más de cien cambios a la propuesta de López Obrador; sin embargo, se mantiene y se expresa con mayor contundencia la elección popular de los integrantes del Poder Judicial y los tiempos para hacerlo: la mitad en junio de 2025 y la otra mitad en 2027.

Por votación, los jueces federales decidieron iniciar un paro indefinido hasta que López Obrador desista de su propuesta. Cuarenta y ocho horas antes, los trabajadores del Poder Judicial se le adelantaron en 20 estados y la CDMX.

El paro de los integrantes del Poder Judicial es constitucional, legítimo y pacífico. Es el derecho de los trabajadores, jueces y magistrados de expresar su opinión y defender, por medio de las herramientas de la política, su fuente de trabajo y su trayectoria profesional.

La disputa está clara: ¿Aprobar o no aprobar la elección popular de integrantes del Poder Judicial? ¿Qué significa la huelga de jueces? ¿Es un movimiento de paleros o manipulados, como lo ha calificado el presidente de la República? ¿Cuáles serán sus impactos en la impartición de justicia? ¿Cómo los ciudadanos padeceremos este conflicto? ¿Los jueces lograrán su objetivo de detener la reforma de Andrés Manuel López Obrador? ¿Hasta cuándo extenderán su paro, hasta septiembre o lo prolongarán después del 1º de octubre?

Si para que haya acuerdo, antes debe haber pleito. Pues el pleito ya está instalado. Ahora falta saber hasta dónde se extenderá y tensará la cuerda. Eso pienso yo, ¿usted qué opina? La política es de bronce.

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