Cecilia Monzón fue mucho más que una simple abogada defensora. Fue activista de tiempo completo en el ejercicio de su profesión. Aguerrida como solamente una madre, sobreviviente y feminista puede serlo. Fue asesinada en plena luz del día, como si se tratara de un acto normal y habitual. Sorprendentemente, no había policía en el Periférico de la zona en Puebla donde una motocicleta con dos hombres a bordo la sorprendieron para acribillarla con más de 6 impactos. No hubo detenidos. Simplemente sonó un estruendo, un rechinido de frenos, una madre asesinada, un feminicidio más.
Un menor niño perdió a su madre, muchas mujeres enfrentando divorcios, demandando pensión alimenticia para sus hijos, tratando de recuperar a menores sustraídos, combatientes de violencia vicaria y víctimas perdieron a su abogada defensora. El feminismo nacional que tenía la lucha de Cecilia en agrupaciones como Insurrectas Kybernus y 33 mujeres perdieron a una activista. Puebla perdió a su abogada más comprometida. México perdió una mujer más.
No alcanzan las palabras para definir el feminicidio de una defensora que además de luchar por otras mujeres, luchaba por su propio hijo y por la verdad de su historia. Cecilia Monzón fue sobreviviente de violencia política de género por parte de Manlio López Contreras. Se encontraba demandando pensión alimenticia por parte del ex secretario de Gobernación de Mario Marín Torres, Javier López “Z”, con quien tuvo un hijo que el deudor amenazó con quitarle en múltiples ocasiones.
Un día antes de la emboscada, Cecilia había visitado la Fiscalía de Género topándose con que su carpeta de investigación no se había judicializado aun cuando contaba ya con todos los elementos de ley para hacerlo. Denunció y hoy fue ejecutada a sangre fría. Algunos medios les llamaron “sicarios” aunque no del narco, si es que existe un sicariato más peligroso, es el del patriarcado.
El gobernador Miguel Barbosa Huerta tiene que actuar. Mientras los que matan sepan que nada les puede pasar, la propia impunidad será motor asesino para las activistas y feministas. Alejandro Encinas tiene que actuar. Cecilia Monzón era activista bajo amenaza sin activación de protocolo protector, le falló la Fiscalía, le falló la policía, le falló Cholula, le falló el poder judicial, le fallaron todos.
Dice PÁGINA NEGRA informó que el feminicidio de Cecilia Monzón sucedió esta mañana a las 10 de la mañana frente al fraccionamiento La Riviera, en la calle Camino Real a Momoxpan. Un día antes publicaba “Tu deber es luchar por el derecho; pero el día en que encuentres en conflicto el derecho con la justicia, lucha por la justicia.”
Esa palabra, tan prostituida como ignorada, no cabe en la ley. No tiene lugar. La justicia está llorando por las calles porque nos falta Cecilia Monzón y porque siempre nos volverá a faltar.
Descanse en paz.