El oficialismo ha engañado a millones de mexiquenses. Es mentira que únicamente la candidata oficialista a la gubernatura del Estado de México ofrezca alternancia.
Lo cierto es que la aliancista, Alejandra del Moral, por encabezar el primer proyecto de gobierno de coalición genuino, también encarna una opción que traería consigo al gobierno del Edomex la alternancia democrática.
Hoy en día es un hecho que la coalición conformada por el PRI, PAN, PRD y PANAL simboliza una convergencia de fuerzas políticas, amplia, plural e incluyente. La candidatura de del Moral Vela representa concordancia de ideologías. Pero, sobre todo, la sincronía política contra la propagación de un régimen autoritario con miras a un neo-totalitarismo.
Para variar, la manipulación mediática e impulsada desde el poder presidencial ha servido para confundir al electorado del Estado de México. Se ha logrado insertar una paradoja en el imaginario de los simpatizantes del oficialismo: creen que, castigando al pasado con su voto, se garantizan un mejor futuro. Ni Alejandra de Moral representa al pasado ni Delfina Gómez al futuro.
Es el falso contrafactual que se ha venido promoviendo desde el inicio del régimen lopezobradorista. Se procura convencer a la gente que cualquier realidad alterna sería peor. Con esto inculcan consuelo y fatalismo en los mexicanos. Por eso les resulta tan fácil adueñarse de millones de voluntades.
El problema recae en la falta de información. En que los opositores no han logrado transmitir el mensaje que votar por Alejandra del Moral no significa votar por la continuidad de la hegemonía priista en el Estado de México. Al contrario, la eventual instauración de un gobierno de coalición formal y legalmente consolidado, tendría como consecuencia ineludible la desaparición de dicha hegemonía de antaño.
Por su parte, el oficialismo, consciente que la candidatura postulada no ofrece nada, se ha enfocado en dirigir la atención a la entelequia tricolor como antagonista del pueblo mexiquense.
Nadie votará por Delfina Gómez por lo que ella representa, sino por lo que engloba a su candidatura.
En cambio, nadie sufragará por Alejandra del Moral anteponiendo simpatías partidistas, sino por dos convencimientos sólidos: que ella como mujer es mejor alternativa que Delfina; y que cualquier disyuntiva con Morena como opción, se resuelve eligiendo la alternativa contraria.
Entiendo que el tema de los gobiernos de coalición pueda resultar complejo y poco atractivo para la ciudadanía. Sin embargo, si se hubiera encontrado la fórmula de persuadir a electores anti-priistas con el argumento de la alternancia partidista, los aliancistas hubieran capitalizado un mayor número de potenciales votantes indecisos.