En los últimos días ha habido demoras y cancelaciones de vuelos, tanto en nuestro país como en los Estados Unidos. La mayoría debidas a tormentas invernales y neblina. Sin embargo, a pesar de que las reglas están escritas desde que se adquiere un boleto de avión, los usuarios siguen pasando por alto a qué tienen derecho y a que no. Y eso también sucede en nuestro país, y en los Estados Unidos.
He aprovechado la tranquilidad de estos días, en los que “no hay escuelas” para ver interminables hilos en Twitter y videos de TikTok, en los que los pasajeros hacen gala de su enojo y frustración, ya sea porque les cancelaron sus vuelos o porque se demoraron. No lo sé, tal vez algún día tenga que contarle todo esto a un terapeuta, pero esta vez va por ustedes, mis fieles lectores; evítense el suplicio, yo me encargo de narrarles lo que está sucediendo.
Aquí en nuestro país el principal villano ha sido Volaris; pasajeros en Cancún quejándose que es la única aerolínea que no había despegado, creando desde su óptica una demora falsa. Lo que no contemplan estos pasajeros enojados, es que la gran mayoría de las operaciones de Volaris salen del aeropuerto de Tijuana, el cual estuvo cerrado por neblina.
Aquí quiero aprovechar para decirles a todos los usuarios del transporte aéreo: No, señores, los seres humanos todavía no controlamos el clima, por lo que estamos a merced de él. Pueden ustedes mismos constatar todos los vuelos que en últimas fechas han padecido cancelaciones y demoras.
Créanme, los que más odiamos los retrasos somos los trabajadores de las aerolíneas, porque todo lo que estaba programado se va al traste, y hay que trabajar a marchas forzadas para ver de dónde se sacan los equipos y tripulantes necesarios para operar y tratar de acortar las demoras.
Todos los años es lo mismo; a veces pareciera que viajar en avión es de lo más simple, sencillo y normal, pero la verdad es que hacerlo es algo extraordinario; planear operaciones 100 por ciento seguras no es nada fácil, y menos cuando se tiene que hacer reingeniería bajo presión para modificar y rescatar una programación de vuelos hecha desde un año anterior.
En uno de los videos se puede ver a una mujer tomando el micrófono del mostrador y exigir un avión, amagando con bajar y “tomar” las pistas para que cumplan sus exigencias. En el mismo video podemos ver a la gente aglutinada en la sala, haciendo eco a su propuesta, ¿sabrá esta pasajera que tomar una pista en un aeropuerto es un delito federal?
Todo por la desesperación de no llegar a su destino. En la aviación comercial - y hay que resaltarlo y repetirlo hasta la náusea- es importante que siempre lean las condiciones que aceptan al adquirir un boleto de avión. Y que tengan claro que en caso de que la demora o cancelación sea imputable al clima, señores, no hay nada que hacer, ese es uno de los riesgos que se tienen al volar.
Pero no crean que esto solo ocurre en nuestros aeropuertos nacionales y con nuestras aerolíneas. En el aeropuerto de San Diego, Estados Unidos, se cancelaron y demoraron más de 130 vuelos. La aerolínea de bajo costo Southwest Airlines, canceló más de 2,900 de los 4 mil vuelos el lunes pasado, de acuerdo con lo registrado en el sitio web FlightAware.
El martes, las cancelaciones en Estados Unidos fueron de 2,800 vuelos, calculando una cifra similar el miércoles, aunque esperan que dichas cancelaciones vayan disminuyendo en el transcurso de la semana.
Volaris canceló cerca de 200 vuelos, teniendo afectaciones en aeropuertos como Toluca, Puebla y Cancún, y también hubo cancelaciones y demoras por parte de Aeroméxico, VivaAerobus y TAR. Todo por el clima, en el caso de nuestro país por una densa neblina, y con nuestros vecinos del norte por una tormenta invernal implacable, que incluso ya ha dejado varios muertos, al menos 50 según el último conteo.
La aviación por su propia naturaleza está a expensas del clima, yo sé que parece cansino que lo repita, pero nada mejor que la paciencia para volar en temporadas altas, y sí de plano no soporta las aglomeraciones, las cancelaciones y/o retrasos en las líneas aéreas, la solución está en sus manos: no vuele en estas fechas, quédese en casa.
Las cancelaciones y demoras no se van a acabar, y menos si se generan por el clima, eso deben tenerlo siempre en mente. Son por demás impactantes las escenas donde los pasajeros pierden los estribos y terminan agrediendo al personal de las aerolíneas, como sí ellos fueran los responsables de dicha situación, y en realidad esos trabajadores están tratando de darles una solución, dependiendo de las herramientas que cada empresa de aviación tenga.
Antes de enojarse, piense que no será la misma respuesta que ofrezca una aerolínea de bajo costo y una tradicional. Por eso siempre les invito a leer muy bien las condiciones que tiene su viaje, para que puedan solicitar reembolsos, cambio de vuelo sin costo, e incluso recibir bebidas y alimentos en caso de una demora.
Un pasajero informado es un buen viajero, porque además sabe que las quejas las debe dirigir a los cargos de dirección de la compañía aérea. El mal clima se irá, pero el mal sabor de boca perdurará, eso nadie se los quita.
Cuando planeen un viaje, siempre contemplen que existen los contratiempos, y que es muy probable que se encuentren alguno. Si van mentalizados a lo inesperado, a lo que está fuera de su agenda, padecerán menos.
No olviden las sabias palabras de Charles Darwin: no sobrevive el más fuerte, sino el que más rápido se adapta. Y con los cambios de clima, hay que adaptarse, sobre todo en la aviación.