En este espacio hemos abordado principalmente a la aviación comercial, pero es momento de hablar de la aviación privada. Y es que en nuestro país este modelo de negocio ha tenido un importante crecimiento.

Primero por el estatus que se obtiene al volar en una aeronave privada. Se puede llegar en automóvil directamente al hangar, y no se está sujeto a horarios y slots preestablecidos, sino que se tiene la libertad de volar cuando la persona así lo requiera.

Otro plus es que dependiendo de la duración del vuelo se pueden solicitar ciertos servicios extras, como un catering especial y atención totalmente personalizada desde que se llega a las instalaciones; no habrá filas para la entrega del equipaje y tampoco para migración o aduana.

Sin duda alguna la pandemia de covid-19 fue un gran detonante, pues se llegó a tener incluso un incremento del 100%, en viajes de placer y de negocios. Justo en el momento en que la aviación comercial pasaba por una de sus peores crisis, la aviación privada veía crecer sus operaciones de manera repentina y considerable.

Y es que no es lo mismo ir encerrado por un par de horas en un avión lleno de desconocidos, que ir en un avión privado con tu familia o amigos. Ahora, a pesar de este crecimiento, no debemos “irnos con la finta”, porque es evidente que no todos pueden costear un servicio privado.

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Pongamos el caso de la compañía “Aerolíneas Ejecutivas”; según dijo su director, Alejandro Alonso al diario El Excélsior, durante el 2023 creció un 4% y tiene proyectado crecer entre un 8% y un 10% en este 2024.

Aunque le ha ido muy bien y tienen planes de crecimiento con el regreso de la categoría 1, estaremos de acuerdo que no toda la gente puede darse el lujo de viajar en la aviación privada.

Sin embargo, la élite de nuestro país sí que puede, y lo seguirá haciendo, ya sea a través de este tipo de empresas privadas, o si tiene sus propios aviones. La aviación privada es una importante actividad dentro de la industria aeronáutica, pero no está exenta de seguir las mismas reglas que la aviación comercial.

Así que hablemos del tema de sostenibilidad. La aviación comercial se ha comprometido a reducir su huella de carbono, y busca que para el año 2050, se tenga cero emisiones de Co2 a la atmósfera, igual que la aviación privada.

En la actualidad cuando se adquiere un boleto, las compañías aeronáuticas nos informan cuántas emisiones de Co2 se está ahorrando en el vuelo, porque cada vez más aerolíneas tienen el compromiso de ir usando combustible sostenible (SAF por sus siglas en inglés).

Sin embargo, actualmente en las compañías de vuelos privados, estos datos no son transparentes y generalmente sus usuarios le dan más importancia al “lujo, confort y exclusividad”, que al compromiso sustentable y ecológico.

Si nos vamos a datos globales, solamente el 1% de la población vuela por la aviación privada, sin embargo, son responsables del 50% de las emisiones por vuelos a nivel global de Co2 o gases de efecto invernadero a la atmósfera.

Según informa GreenPeace en España, este tipo de aviación contamina más que los vuelos comerciales, de 5 a 14 veces más por pasajero. La declaración la hace esta organización ecológica después de que los líderes mundiales arribaron a la última Conferencia del Clima de las Naciones Unidas (COP 28) en Dubái en vuelos privados. Sí, en esa misma conferencia donde se habló del cambio climático y la importancia de alcanzar las metas trazadas para el 2050 con cero emisiones de Co2, paradójico ¿no creen?

En México, y viendo el boom que este tipo de aviación está teniendo, me pregunto ¿es momento de voltear a verlos y solicitarles “no crecer tan rápido”? para poder ir a la par de la implementación del SAF en nuestro país.

Airbus vino a México a sumar empresas que quieran involucrarse en el desarrollo de este combustible sostenible. Ya en años pasados la armadora francesa ha llegado a estas tierras con ese fin y han sumado instituciones a la causa, como el Instituto Politécnico Nacional (IPN) de la Ciudad de México, el CIATEC de León, Guanajuato y el Centro de Investigación Científica de Yucatán.

Es por eso que ahora se han sumado empresas como Volaris, pero también lo han hecho la Cámara Nacional de Aerotransportes (CANAERO), el Consejo Mexicano de Educación Aeroespacial (COMEA), Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), Aeroméxico, la Iniciativa para los Combustibles Sostenibles de Aviación en México (ICSA), VivaAerobus y por supuesto la Federación Mexicana de la Industria Aeroespacial (FEMIA).

Juntos lanzaron una convocatoria, que estará abierta a partir del 15 de marzo y lo proyectos que resulten ganadores, serán dados a conocer durante la Feria Aeroespacial México (FAMEX) que se llevará a cabo en el mes de abril.

Las grandes ausentes son las empresas de aviación privada, y en México hay muchas que bien pudieran sumarse a este esfuerzo por descarbonizar la industria aeronáutica, de la cual forman parte.

La aviación debe crecer de manera responsable, de la mano de estrategias que ayuden al medio ambiente. No solamente es responsabilidad de los dueños de estas compañías de vuelos privados, seamos serios; también es responsabilidad de la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) poner orden en ese sector.

Y hacer caso a reclamos de dueños responsables, que se quejan de que a lo largo de la historia empresas “hechizas” terminan afectándoles el negocio, como esas que traen aviones de matrícula norteamericana, sin el mantenimiento adecuado y con tripulaciones no certificadas, que trabajan de manera ilegal en el país.

En una entrevista otorgada al medio A21 Guillermo Morales, de Patriot Aviation declaró:

“Estos aviones son de desecho, que se pueden adquirir a precios muy baratos en los Estados Unidos. Los traen acá para hacer operaciones nacionales e internacionales, y muchos tienen mantenimientos vencidos y tripulaciones no capacitadas. Desgraciadamente, hemos tenido accidentes fatales con matrículas norteamericanas como el de la cantante Jenny Rivera o el de la familia que regresaba de Las Vegas, luego de ver una pelea del Canelo.

Estas aeronaves son un verdadero peligro porque, al no tener mantenimiento, al no pagar impuestos, ofrecen tarifas más económicas. Desgraciadamente, en nuestra cultura, muchas veces nos vamos por lo más barato, pero en la aviación ejecutiva, los ahorros no deberían ser tomados en cuenta, porque entonces se arriesga la integridad física de uno, de la familia y de terceros. Es un tema muy importante”.

Guillermo Morales

Y no solamente es el tema de la aviación privada, muchas veces les he expuesto los “porqués” de los costos de la aviación comercial; volar es caro, pero se ha abaratado por agresivos métodos que terminan sacrificando la seguridad. El caso reciente de Boeing es el mejor ejemplo, que en aras de obtener más ganancias, dejó a un lado la seguridad.

Aprovechando que se está llevando a cabo la auditoria por parte de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), sería bueno discutir el papel de la aviación privada en nuestro país: qué elementos necesita para un crecimiento responsable y sostenible; debe revisarse su nivel de compromiso y trabajo conjunto con la AFAC, verificando que cumplan con todas las normativas, los mantenimientos y el personal con las certificaciones vigentes.

Como país tenemos un excelente potencial para crecer; la aviación privada debe ser como la comercial, segura para los pasajeros, sostenible y amigable con el medio ambiente. Tributaria con las arcas del país, y observadora de todos y cada uno de los ordenamientos legales que existen.