Marcelo Ebrard tomó la decisión de rifar su bicicleta roja. Roja, en efecto, no morena. Roja para que no se note lo azul, es decir, el color no tan de izquierda de la camiseta con la que compite.
No exagero: su principal oferta política —así la entienden sus aliados en los medios y en el sector empresarial— es la de prometer que girará hacia el centro a la muy izquierdista 4T. Puede funcionarle a Marcelo, lo que sea de cada quien.
La bicicleta de Ebrard la ganará la persona que envíe a Facebook, Instagram y TikTok “las fotos más populares que muestren su participación en al menos 5 años en el paseo ciclista” de cada domingo en el centro de la Ciudad de México.
Si Alberto Contador anunciara en Twitter que rifará la bici con la que ganó el Tour de Francia, decenas de miles de personas se interesarían, pero ¿la bicicleta de Ebrard?
Antes de continuar diré que resulta lamentable que las transmisiones que se ven en México de las grandes vueltas ciclistas no sean las de Eurosport —propiedad, me parece, de Warner Bros. Discovery, Inc.—. Valen mucho la pena, sobre todo por los comentarios del mencionado Contador y la narración del periodista español Javier Ares. En nuestro país da cierta pena un locutor argentino con vocación de comediante, que es el experto de ESPN; en fin, entre las empresas televisivas a las que tenemos acceso esta es la que más se ocupa del ciclismo.
El hecho es que Ebrard se disfrazó de ciclista. Hizo lo correcto ya que la sucesión presidencial en México es una competencia de gran desgaste, de larguísima duración y en la que ganar es muy difícil. Mucha gente la compara con una carrera de maratón, pero es más que eso: se trata de una vuelta de tres semanas, como el Tour de Francia, el Giro de Italia y la Vuelta a España.
El deporte verdaderamente extremo es una vuelta ciclista. Wikipedia informa sobre el Tour de Francia: “Los 3460 kilómetros de recorrido que comprenden las 21 etapas de la carrera están divididos en dos contrarreloj, ocho etapas para velocistas, cinco etapas de media montaña y seis etapas de alta montaña de las cuales cinco son finales en alto”.
Para ganar se necesita preparación, suerte, un buen equipo y carácter para superar el mal día que todos los ciclistas tienen.
La líder en la carrera sucesoria, Claudia Sheinbaum, pasa ahora mismo por su peor momento. Se le está atacando por algo que no hizo —de hecho, lo hizo Ebrard—, que es el desastre criminal de la Línea 12 del metro capitalino.
Lo que sea de cada quien, Marcelo es hábil: no ha pagado costos mayores por la más lamentable obra pública en la historia de México. Ha eludido los costos políticos, económicos y hasta judiciales de un proyecto de alrededor de 17 mil millones de pesos que nunca ha funcionado adecuadamente y que, por sus deficiencias de construcción, se derrumbó causando la muerte de 26 personas.
Marcelo Ebrard ha logrado que sea Claudia Sheinbaum quien pague los costos políticos de lo que él hizo, gracias a que el canciller cuenta con un poderoso equipo, en el que participan los principales medios de comunicaron y empresarios muy importantes que lo ven como la opción para que la 4T gire al centro a partir de las elecciones de 2024.
Claudia ha resistido sin desplomarse, pero no ha salido de la crisis. No sé si tenga equipo para recuperarse. Es decir, desde luego lo tiene, pero no conozco ni a su estratega ni a sus compañeros y compañeras para dar la batalla y defender el proyecto de izquierda en su bicicleta morena.
¿Quiénes están con Sheinbaum? Supongo que gente muy identificada con la izquierda mexicana. ¿Aparecerán ya para respaldar a la líder en problemas? ¿La dejarán sola ante el ataque brutal de la escuadra mediática y empresarial que respalda a Ebrard?
Son tiempos de definiciones y veo paralizada a la izquierda. Se equivocan quienes piensan que lo mejor para la continuidad del proyecto de AMLO es mantener la cursi unidad, que en este caso significa dejar indefensa a la más izquierdista de quienes aspiran a la presidencia en 2024.
Hay un tercer competidor, Adán Augusto López Hernández. En las encuestas no destaca —o todavía no—, pero es fuerte. Podría dar la sorpresa; también compite con bici morena.
Como estamos hablando de ciclismo, el físico cuenta. Claudia se ve en forma: su peso es el de la minoría en México que no ha engordado. Marcelo y Adán Augusto se ven gorditos y aun gordotes—más el canciller que el secretario de Gobernación—, así que se les recomienda que hagan ejercicio en serio y cierren la boca, al menos un poquito, en las comilonas políticas.
El exceso de peso no es un impedimento para ganar una vuelta ciclista. Miguel Indurain engordaba bastante cuando terminaba la temporada, pero con trabajo disciplinado volvía su peso cuando de nuevo empezaban las competencia y le iba muy bien.
No sé si sea el mejor trabajo de precampaña rifar gratuitamente una bici que no es la gran cosa. De hecho, en Twitter —a juzgar por los comentarios al anuncio de Marcelo—, no le fue del todo bien. Hasta lo compararon con Chabelo, el del programa infantil de TV tan famoso que regalaba toda clase de tonterías para mantener el rating.
Ya se verá lo que son capaces de ofrecer la líder Claudia y el cada día más fuerte Adán para mantener sus posibilidades de victoria. Ojalá no se chabelicen, pero si les da por regalar algo, con o sin rifa, por favor que sí valga la pena. Porque la bici de Ebrard es una vacilada. Para la otra una eléctrica de buena marca, de perdido, aunque deba don Marcelo invertirle unos 5 mil dólares. Digo, si quiere comprar voluntades, pues que le gaste; pobre no es y podrá hacerlo.
Por cierto, al canciller le quedaba chica la bici de la que quiere desprenderse, seguramente porque no se sentía seguro al usarla y quería evitar una caída. O sea, algo así como la ropa de niño del viejo Chabelo. Hay que entrenar para no andar con tamaños papelones.
Lo que sea, será interesante observar cómo le va a ir al canciller cuando tenga su mal momento, que lo tendrá. Por lo pronto, no ha aprovechado del todo la crisis de Claudia, quien ahí sigue defendiendo su posición de liderazgo en las encuestas, como la de MetricsMx para SDPNoticias.