En columnas anteriores hemos ido desmenuzando lo que pasa al interior de la fabricante norteamericana de aviones Boeing, y hemos dado seguimiento al actuar de la Agencia Federal de Aviación del vecino país del norte (FAA por sus siglas en inglés). La última vez, los dejamos barajeando la posibilidad de otorgarle una prórroga a Boeing para que entregara el informe de seguridad que estaba pendiente.
En medios especializados en aviación se empezó a filtrar que la FAA estaba dispuesta a otorgar 90 días más, con la finalidad de que la armadora tuviese más tiempo de elaborar un plan “viable” para ejecutar en sus líneas de producción, en materia de seguridad aérea.
Un plan que deben ejecutar tanto Boeing como las empresas que le maquilan piezas de aviones, como es el caso de Spirit AeroSystem. Por otro lado el CEO de Boeing, Dave Calhoun se reunió el jueves de la semana pasada con la FAA, donde estuvo presente Mike Whitaker, quien es la cabeza de dicha dependencia gubernamental.
Fue justamente en esta reunión donde se manejó la posibilidad de otorgarle a Boeing la prórroga para entregar su informe sobre sus procesos de seguridad aérea en la fabricación de sus aeronaves.
Por otra parte Whitaker tendrá que rendir un informe a los integrantes de la Cámara de Representantes, precisamente el próximo martes que participan en el Comité de Transporte e Infraestructura. Según lo recopilado por varios medios, Whitaker dijo a la prensa: “Boeing ha trazado su hoja de ruta y ahora necesita ejecutarla”.
A su vez el CEO de Boeing, Calhoun, quien se supone dejará las riendas de la armadora de aviones, ha manifestado también a diversos medios que durante todo este tiempo ha estado recibiendo cerca de 30 mil ideas por parte del personal que tiene a cargo sobre cómo puede mejorar Boeing.
Lo último que sabemos es que Whitaker ha convocado a conferencia de prensa para hablar de los avances en materia de seguridad que ha realizado Boeing. Y aquí es donde el asunto se vuelve “bipolar”.
Ya se que supone le iban a dar a Boeing una prórroga de 90 días, pero “que dice el mandamás” de la FAA que siempre no. Por lo tanto, Boeing tendrá que rendir cuentas sobre cuáles han sido los cambios que ha implementado para mejorar la seguridad en la fabricación de sus aeronaves.
Desconocemos hasta el momento, por qué el cambio de planes, cuando todo se veía encarrilado, tal y como el medio ABC News nos informaba “Esta es una guía para una nueva forma en que Boeing hace negocios… Ahora necesitan ejecutarla. Boeing ha trazado una hoja de ruta”, dijo Whitaker después de reunirse el jueves con el director ejecutivo de Boeing, David Calhoun, y otros altos líderes de la compañía.
Hasta donde nos hemos podido informar, todo indica a que la ahora negativa a darle una prórroga a Boeing es derivado que la fabricante podría exponerse a un proceso penal, ya que el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, más o menos hace dos semanas hizo público que Boeing había violentado los términos de un acuerdo firmado previamente en el año 2021.
Por supuesto, los familiares de los fallecidos en los dos terribles accidentes en aviones modelo B737MAX, no cejan en su lucha y no descansarán hasta que Boeing pague por la omisión tan grave sobre un nuevo sistema, del cual los pilotos no tenían conocimiento.
La acusación penal que podría darse versa en que Boeing engañó básicamente a la FAA, al no reportar que sobre el MCAS, Sistema de Aumento de Características de Maniobra cuya finalidad era la de “estabilizar” la aeronave al momento del despegue por el tema del alargamiento de fuselaje y la recolocación de los motores, software que terminó con cientos de vidas, y que sin informar, se colocó en los B737MAX 8 y 9, con la única finalidad de “abaratar” costos.
No podemos pasar por alto que este equipo fue “auto certificado” por Boeing, mientras la FAA miraba hacia otro lado. Es por esta razón la posibilidad de que proceda la demanda penal contra Boeing que por el momento sigue sorteando las aguas turbulentas.
En el plan que tendrá que presentar Boeing, debe mostrar cuales son los resultados de la auditoría que llevó a cabo la FAA y ver cuáles fueron los hallazgos y si estos ya fueron debidamente subsanados. Por ahora ese informe todavía no ha sido publicado.
En las reuniones que la FAA y Boeing sostuvieron a lo largo de la auditoría, ambas partes coinciden en que ven este escollo como una oportunidad para que la fabricante recobre su pasado lustroso y vuelva a sacar al mercado aeronáutico aviones seguros.
Y concluimos que además de todo lo anterior, la semana pasada el director financiero de Boeing, Brian West aseguró a la prensa durante una conferencia de prensa:
“los cambios habían resultado en mejores procesos de fábrica, menos retrabajo, mejor tiempo de flujo y menos trabajo viajado. Y aunque las investigaciones sobre el incidente del tapón de la puerta continúan y la posibilidad de un juicio penal se cierne sobre Boeing, la compañía tendrá un nuevo plan para abordar los problemas de seguridad y calidad.
Este plan cubrirá el tratamiento de los hallazgos de la auditoría y del panel de expertos, y la integración en la práctica de las políticas de garantía de seguridad y calidad.”
Brian West, financiero de Boeing
La FAA debe dejar de jugar este doble juego: “te escudriño, pero nomás tantito”, porque parece que quiere echarle la mano a Boeing y luego se acuerda que lo tiene que llevar al banquillo de los acusados; por eso me llama la atención la bipolaridad con la que actúa la agencia gubernamental encargada de la seguridad aérea del vecino país.
Como siempre, esperemos que pronto se den a conocer los resultados de la auditoría realizada a Boeing, y sepamos cuáles fueron los hallazgos, y lo más importante, si ya fueron subsanados, todo en aras de tener una aviación más segura.
Porque a diferencia de auditar a una línea aérea, aquí estamos hablando de una fabricante de aviones, que hoy por hoy tiene miles de equipos surcando los cielos en cientos de aerolíneas, por todo el mundo.