Sea quien sea el sucesor de Andrés Manuel López Obrador recibirá al país lleno de minas. El presidente recibió un país que entraba poco a poco a la modernidad y se había inscrito a la transición energética con posibilidades de llegar a ser una potencia, pero las cosas cambiaron.

Durante 18 años aseguró que el país estaba en ruinas y que él pondría orden, pero ni el país estaba como decía ni hizo nada por mejorar las cosas, al contrario, las empeoró.

Falta de visión

Sin planificación, canceló todo lo que se le ocurrió, el abasto de medicinas, las subastas eléctricas, la exploración y rondas petroleras, la inversión en transmisión eléctrica y en los primeros tres años, se fue en contra de los transportistas de gas natural, por lo que CFE decidió generar electricidad con carbón y combustóleo, caro, contaminante e ineficiente.

Durante tres años la CRE no dio permisos en temas de electricidad, gas o gasolineras cancelando el desarrollo del sector.

Incertidumbre

Empresas como Total y Shell terminaron por salir del país y las que han subsistido en los ramos eléctricos y de gas natural, ha sido gracias a las posiciones que alcanzaron antes de la llegada de Andrés.

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Poco más de 200 parques solares y eólicos que quedaron parados se pudren esperando la autorización para operar de CFE y la CRE mientras la demanda de energías limpias y más baratas crece por el nearshoring.

México no podrá aprovechar las ventajas geopolíticas y comerciales que posee mientras no pueda cubrir dicha demanda ¿la razón? La CFE que dirige el impresentable Manuel Barttlet con dos peones como Miguel Reyes de CFE Energía y Mario Morales Vielmas, solamente canalizan autorizaciones para empresas amigas como Carso, IENova y TC Energy.

Bartlett “ahorcó” el norte del país al detener los desarrollos de gas y electricidad, incluyendo el de Puerto Peñasco que no podrá entrar en operación porque no existen líneas de distribución y transmisión; en el sureste detuvieron el proyecto de las dos centrales de ciclo combinado en Yucatán, que iniciaron dos años tarde su construcción; no liberan el tema de la ampliación del ducto Mayakan y, para hacer llegar el gas al sureste, se “sacaron de la manga” el proyecto Puerta del Sureste, con valor de 4 MMDD, una extensión del ducto submarino que llegó a Tuxpan y que originalmente se interconectaría a un ducto de Pemex para llevar el gas.

En pocas palabras dispendio, corrupción y fracaso

Primero canceló el NAIM que llevó al menos 15 años de planeación y de estudios de factibilidad; luego de eliminar las Zonas Económicas Especiales, echó a andar el transístmico otro sin sentido en lo económico y social, caro y complicado.

Sin energía, los parques industriales dicen se instalarán en la zona, no podrán funcionar, eso sin hablar del transporte de carga caro e ineficiente, cero coordinación estatal, una militarización que entorpece el comercio exterior, una nula inversión en infraestructura y la competencia de Texas y de centro y Sudamérica por barco.

Es simple, las industrias no irán a los corredores intermodales que diseñaron en el sur del país, porque carecen de una lógica en cadenas de suministro de ida y vuelta y el costo de maniobras le quitará competitividad.

Perder el nearshoring

Asia compite por el nearshoring y se mueve de China a Vietnam, Bangladesh, Tailandia y Camboya, si México no genera la energía limpia suficiente y las condiciones de certidumbre jurídica y de seguridad, las inversiones empezarán a salir en menos de un año como ya se comienzan a ir a Texas.

Antes de que concluya el sexenio tienen que hacerse cambios. Como lo señalé en este espacio, en la medida que Morena crece en gobiernos locales la inseguridad también avanza, si sumamos la falta de un Estado de derecho que es violado por las autoridades de todos los niveles, empezando por AMLO que no atiende el mandato constitucional y rechaza cualquier ley, estatuto o norma que impida o cuestione sus caprichos, no solo no atraeremos la inversión, sino quienes están, buscarán mejores opciones en el corto plazo.

El reto para los aspirantes a la presidencia será romper con las improvisaciones de AMLO, aceptar que, si no se hace algo y pronto, la crisis les reventará. Ya no queda tiempo para esperar “señales”, se tiene que empezar antes del cambio de administración.

Twitter: @diaz_manuel