Sabemos cómo se las gasta el periódico de circulación nacional Reforma. No es la primera vez, ni mucho menos será la última. Muy a menudo lanza calumnias y difamaciones como la que vivió en carne propia el líder de los senadores de Morena, Eduardo Ramírez. De hecho, de viva voz el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, desmintió las acusaciones sin fundamento y, de paso, aclaró lo que circuló en la prensa.
Es verdad, vive en el inmueble que citó Reforma, pero en calidad de arrendatario. O sea, paga los servicios de una renta. Con ello, queda claro que, la calumnia, desnudó nuevamente a Reforma. La muestra de ello fue, ni más ni menos, la postura que fijó Eduardo Ramírez. De hecho, seguramente pensaron que la reacción provocaría una noticia de mucho impacto político, aunque, la manipulación mediática, no tuvo la inercia que esperaban porque, de entrada, sabemos que el propósito es intentar debilitar la aspiración legítima de Ramírez, en busca de la candidatura de Chiapas.
Eduardo Ramírez, conocido como el Jaguar, lidera todas las preferencias en el proceso interno de Morena para la gubernatura de Chiapas. Eso explica los mecanismos perniciosos y el manejo de información manipulada. Es la guerra sucia. Son actos con dedicatoria especial. No hay que ser tan ingenuos para saber que, lo que pasó, es no solo el fuego amigo, sino la andanada clásica en vísperas de un proceso que pinta, de acuerdo con las encuestadoras de mayor prestigio, a favor de la causa de Ramírez.
En este espacio de opinión hemos fundamentado que Morena ganará la elección presidencial, lo mismo que siete de nueve gubernaturas que estarán en disputa. Chiapas, por supuesto, con una gran ventaja a favor del lopezobradorismo. O sea, son fechas en que la efervescencia política sube, pero también donde se desnuda la politiquería de quienes han sido rebasados por falta de apoyo popular. Basta con observar los actos públicos de Eduardo Ramírez. Está convertido, no hay duda de ello, en un fenómeno social en la entidad enclavada en el sur del país.
A raíz de esto, buscan llegar al extremo de la maquinación, cosa que, a la postre, será innecesaria porque, la hostilidad, ha dejado de ser un instrumento del que muchos se valen para manipular. Las redes sociales, por ejemplo, son un mecanismo donde la verdad fluye, pese a que también reine la difamación. Sin embargo, sabemos los alcances que cada medio de comunicación tiene. Dicho en otras palabras, lo que a veces vende Reforma carece de fundamento.
Pese a ello, no puede evitar el ascenso que vive Eduardo Ramírez en las encuestas de opinión pública. De hecho, ayer mismo se publicó una encuesta y, con una diferencia abismal, el Jaguar, como popularmente lo conocen, lleva la delantera, lo que, a estas alturas, tiene preocupados a sus rivales. Dicho en otras palabras, ni la propia guerra sucia ha podido impedir el crecimiento del líder de los senadores de Morena en la Cámara Alta.
Todo apunta, conforme a la lógica, que el presidente de la Junta de Coordinación Política se convierta en candidato de Morena y, con esas condiciones a su favor, en el próximo gobernador constitucional del estado de Chiapas. Eso ha dado pie a que los ataques se intensifiquen, empero, nada puede evitar lo que consideramos un hecho inminente como el momento estelar que vive Eduardo Ramírez, eso sí, con puros recorridos territoriales y sin espectaculares en las calles. Eso sí que es arrastre.