Antes de lanzar un nuevo producto, es importante investigar cuál es la opinión y cuáles son las necesidades de los consumidores, qué quieren., para satisfacer sus necesidades, se necesita además, realizar encuestas para asegurar que el nuevo producto será bien recibido.

Este costoso y laborioso procedimiento se lo habrá ahorrado la oposición ahora que lanzaron la campaña X de Xóchitl Gálvez. Admirable la persistencia de la “alianza” que sigue y sigue después de innumerables fracasos, pocos o pocas personas les quedan para poder promocionar y lanzar a su candidato o candidata para contender para las elecciones presidenciales.

Habrán pensado mucho tal vez, o se acordaron de Gálvez por haber mencionado que su objetivo era ser la jefa de gobierno de la Ciudad de México. Los meros jefes de la “alianza” se decidieron por Xóchitl Gálvez porque posee algunas de las características que podrían, según su desesperado criterio, funcionar…

Es mujer. Indígena por “decisión”, con experiencia política; fue jefa delegacional de la ahora alcaldía Miguel Hidalgo, y hoy se desempeña como senadora, además de ser una exitosa empresaria. Una mujer con experiencia, sin duda, pero lo que hay que hacerle ver a la gente, lo que hay que transmitir, son sus orígenes, cómo tuvo la audacia, la fuerza, la voluntad para salir adelante, y llegar hasta donde ahora está, en la cima de la montaña erigida por su tocayo X y el jefe, el mero jefe de todos, quien ahora le pone números con muchos ceros para que la campaña de Gálvez funcione, aprovechar que es multifacética con la finalidad de llegar con diferentes formatos, colores, toques, estilos -eso sí todos con el sello indígena- a cualquier consumidor que esté en contra de la Cuarta Transformación y sobre todo bajar de un jalón a quien encabeza todas las encuestas: Claudia Sheinbaum quien posee una personalidad definida, seria, comprometida y coherente.

La “alianza” vende la imagen de una Xóchitl como una mujer que ha luchado desde su tierna adolescencia; que tenía que trasladarse de su natal Tepatepec hacia otro pueblo Mixquiahuala para poder asistir a la secundaria, para solventar el diario y cansado viaje, la niña Xóchitl decidió vender gelatinas en el mercado del pueblo. Para darle toque único, su madre le aconsejó que les pusiera nueces a sus coloridos postres, el éxito según Xóchitl, fue rotundo.

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Después de terminar la preparatoria, se trasladó al Distrito Federal. Rentó un cuarto de azotea en Iztapalapa para estudiar Ingeniería en Computación en la UNAM. Para poder vivir, trabajó como telefonista, después estuvo como pasante en el INEGI.

De ahí tuvo varios empleos. Fue programadora y después jefa de departamento en el Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Desde el año 2000 Gálvez ha participado en la política. En el sexenio de Vicente Fox estuvo a cargo de la Oficina para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, -el uso del huipil le ha traído buenos resultados-.

Perdió las elecciones estatales de Hidalgo en 2010 contendiendo como candidata por la “Coalición Hidalgo nos Une” que estaba formada por el Partido Acción Nacional (PAN), el Partido de la Revolución Democrática (PRD), el Partido del Trabajo (PT) y Convergencia. Gálvez, no convenció, perdió la elección.

Triunfó, sin embargo en las elecciones para jefa delegacional en la Miguel Hidalgo por el Partido Acción Nacional; ganando con el 32% de los votos. Ejerció el cargo del 1 de octubre hasta marzo de 2018.

La hoy senadora Gálvez, está en la cumbre, vislumbrando desde las alturas el colorido de todas las banderas partidistas que la han encumbrado. Arriba, ahora en la incierta cima, está mirando hacia un lado; un aire puro le acaricia el cabello, lo revolotea ordenado, las luces adelgazan su rostro, lo embellecen, dándole sombras justo donde las necesita, sonríe, los rayos luminosos del sol le perfilan el rostro, la rejuvenecen, dándole el aire majestuoso de una empresaria-indígena-luchadora

Cuando mira hacia el otro lado, cuando las luces y los efectos le dan la espalda, cuando la realidad de exitosa empresaria sale a la luz y se queda sola en la sombra con su huipil, su risa y desparpajo se han esfumado. Como es su costumbre, demandó al presidente López Obrador por haber sacado a relucir los nombres rimbombantes de sus numerosas empresas que fueron beneficiadas por contratos de gobiernos anteriores.

Mientras la cima se derrumba, mientras Gálvez cae con su ondulado huipil, su contrincante Claudia Sheinbaum sigue haciendo su trabajo sin necesidad de aspavientos, con un curriculum y una travesía congruente, sigue con tranquilidad y seguridad defendiéndose contundente de inmerecidos ataques y cuestionamientos, sigue y seguirá su camino…

La campaña “X” de Xóchitl Gálvez no cuajará, por más pasas, nueces con que la quieran adornar y embellecer; su historia de vida, su lucha queda en amplia duda, pero su enriquecimiento no…