La captura “el Mayo” Zambada da para verter ríos de tinta, sin embargo, ese tipo de operativos tan delicados se hacen sólo dando a conocer las autoridades a la opinión pública, en este caso de dos países, simplemente lo que les da la gana. Es casi seguro que la versión real nunca se conozca, máxime luego del antecedente del “culiacanazo”, en el marco de un operativo fallido contra uno de los hijos de”el Chapo” Guzmán, que sembró el terror en Sinaloa dejando no pocos heridos, desaparecidos y fallecidos. No obstante, resulta muy poco creíble que todo se derive de una colaboración binacional.

Pero bien, vayamos a lo que a la hoy oposición, antes gobierno y, esto no es una opinión, son hechos, como el que prácticamente todo el que fue el gabinete de seguridad de Felipe Calderón se encuentra preso, en cárceles tanto de México como de los Estados Unidos: Los opositores en cuestión, increíblemente, siguen sin entender nada de nada, aún siendo una ínfima minoría, son ruidosos, y han vuelto a caer en los mismos “argumentos” estériles y absurdos estereotipos que ya cumplen sus buenos años: que si la foto de la madre de “el Chapo” con AMLO (una anciana ya fallecida no lejos de los cien años de edad al momento del famoso e irrelevante saludo), que si Anabel Hernández y sus fantasías, que si los costosísimos y falsos hashtags en la red social X como los “#AMLONARCOPRESIDENTE” y/o “#ClaudiaNarcoCandidata” y toda esa serie de gastadas y lastimosas muletillas.

Increíble repito, sí, porque al parecer a esa gente (llenos de complejos sus pobrísimos espíritus y mentes) parece no haberse dado cuenta de que en las urnas fueron borrados del mapa y aún así continúan tan extraviados como para afirmar enunciados tan absurdos respecto a la citada detención del capo de las drogas tipo “tiembla AMLO”, “tiembla Claudia” u otros más del mismo tono. Vamos, con esa captura, que sin duda viene desde la investigación que posibilitó el encarcelamiento y juicio de Genaro García Luna, los únicos que realmente TIEMBLAN, son Felipe Calderón Hinojosa y sus secuaces aún sin ser procesados judicialmente, pero ya muchos tirados a perder o en un muy poco práctico exilio dorado, como el del propio Calderón en Madrid, España.

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