La palabra “catafixia” la popularizó Javier López Chabelo en su programa En Familia, donde, domingo a domingo los concursantes tenían la oportunidad de cambiar sus regalos por uno escondido detrás de unas cortinas, el riesgo era que el regalo podía ser mucho menor al que ya habían obtenido, un albur que, la mayoría de las veces era en demerito del regalo que ya habían obtenido.
Una espantosa X
Pues bien, la 4T de AMLO fue toda una catafixia, un riesgo, por el que la ciudadanía decidió jugársela, sin embargo, como en el juego original, el resultado fue perder lo que ya se tenía y, en este caso, tantos años de lucha, había costado.
Catafixio Educación por ignorancia
AMLO destruyó una reforma en materia de educación que empezaba a generar resultados, para catafixiarla por adoctrinamiento y culto a su persona. Los libros de texto actualmente incluyen mensajes ideologizados y se han eliminado elementos gramaticales y otros más, para que todos hablen como él.
Desde su arribo a la presidencia AMLO ha despreciado a quienes estudiaron hasta obtener algún grado, desde licenciatura hasta especialidad, los ha llamado corruptos y “aspiracionistas”. La cultura y el desarrollo intelectual le son incómodos, por eso dice: “Yo dedico mi trabajo a convencer a la gente que tiene una mente más en blanco”.
Catafixió Democracia por tiranía
Con la aprobación en 1996 de la reforma político electoral del presidente Zedillo se sentaron las bases para la ciudadanización y autonomía del órgano electoral y se creó un Tribunal encargado de calificar las elecciones, gracias a lo cual se permitió alcanzar una “normalidad democrática”, donde la alternancia dio paso a la desaparición del “partido hegemónico”.
AMLO aseguraba en ese entonces:
“El logro más importante es el de la autonomía del Consejo del IFE. La forma en cómo se llegó a tener consejeros independientes, eso fue una negociación política importante, porque no pudieron tener ellos el control, es decir, ya no tienen ellos la mayoría en el Consejo del IFE, no solo dejo el IFE de depender de gobernación, se cortó el umbilical, sino que ya el órgano de dirección del IFE se formó tomando en consideración la opinión de los partidos de oposición”.
Andrés Manuel López Obrador
Sin embargo, el “regalo” que ya tenía en sus manos la ciudadanía fue catafixiado, y AMLO destapó su Plan B con la imposición de sus correligionarios e incondicionales, tal cual como en las épocas de Manuel Bartlett, intentan que el Consejo este al servicio de él, de su gobierno y de su partido.
Catafixió crecimiento por pobreza
México había sostenido una estabilidad macroeconómica. Desde hace más de 20 años, prácticamente desde el sexenio de Salinas, desaparecieron las crisis sexenales, el nulo crecimiento y el endeudamiento atroz. Desde Zedillo hasta Peña Nieto y, a pesar de los vaivenes, no se presentó una sola crisis de fin de sexenio. Los gobiernos anteriores dejaron el país en crecimiento, si se quiere mediocre, pero se alcanzó más del dos por ciento en promedio.
En 2019, a la llegada de AMLO, México registró su primer decrecimiento en años, un -0.01% y sin factores coyunturales como la pandemia o la guerra. Pasada la crisis del Covid-19, México ha sido de los pocos países que no ha logrado recuperar el nivel prepandemia, además registra una inflación de las más elevadas en Latinoamérica.
AMLO nos catafixió, de ser la doceava economía del mundo a ocupar el sitio 18 y nos cambió, según datos de CONEVAL, la tendencia a la baja de personas en pobreza para aumentarla en cerca de tres puntos, es decir, más de 10 millones de personas pasaron a ese rango.
Catafixió corrupción por cinismo e impunidad
Mucho se habló de la corrupción en el gobierno de Peña Nieto, y AMLO prometió erradicar ese flagelo, o al menos esa fue la esperanza en la Catafixia.
Lamentablemente, Peña parece un niño de pecho frente a la corrupción de la 4T. La corrupción en esta administración aparece en todos los niveles, los familiares de AMLO recibiendo cash, el secretario particular Esquer organiza “carruseles”; el desfalco de Ignacio Ovalle a Segalmex mayor al de la Estafa Maestra; Conade, Dos Bocas y los compadres de Nahle; la nuera y el hijo y su casa gris; las compras de PEMEX, los contratos a los hijos de Bartlett y Gertz y sus paraísos fiscales y un largo etcétera.
Y así, más y más catafixias,
Hablaba de la mafia en el poder y ahora gobierna con la oligarquía “cuatrotera”, cuyos nombres ya conocíamos, Slim, Peralta y Raúl Salinas, Daniel Chávez de Vidanta, el compadre Miguel Rincón, el heredero del grupo Atlacomulco, Carlos Hank González, Ricardo Salinas, la Familia Vázquez, entre otros.
Prometió acabar con la “lacra del nepotismo”, hasta su llegada casi imperceptible, pero que regresó con toda su fuerza. El gobierno de AMLO es “familiar”: La familia Concheiro, la familia Alcalde Lujan, la familia López Hernández, la familia de Rosa Icela Rodríguez, más el compadrazgo y amiguismo, donde los más beneficiados son los hijos del presidente, que han incrustado en las esferas del gobierno a todos sus cuates.
Al menos en la catafixia de Chabelo, había la esperanza de llevarse un mueble de Troncoso, pero en la de AMLO, nada nos ganamos.
Twitter: @diaz_manuel