Bienvenidos amantes de la gastronomía. Después de las grandes comilonas de las fiestas decembrinas y la rosca del “Día de Reyes”, es necesario bajarle el ritmo, pues nuestro cuerpo pide un poco de paz y calma ante esos atracones que con gusto y placer nos dimos.
A diferencia de Shakira, nosotros no vamos a hacer una canción sobre nuestro ex y su nueva novia, Clara Chía, pero sí hablaremos de una maravillosa semilla, homónima, que en estos momentos nos puede ayudar a regular nuestra dieta.
La semilla es originaria de nuestro país, así como de El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Costa Rica y Paraguay. También tiene fama de ser un “super alimento”, ya que es rica en calcio, omega 3, vitamina B, antioxidantes y proteínas.
Es una planta que llega a medir hasta un metro de altura como máximo, y sus hojas son de color verde profundo, de alrededor de 8 centímetros; consta de flores de colores, que van desde el blanco hasta el morado, y su característica principal es que son hermafroditas.
Las flores dan fruto entre los meses de julio y agosto, y de ahí obtendremos la tan anhelada semilla, pequeñita, no mide más allá de 2 milímetros de largo por 1,5 milímetro de ancho, es de forma ovalada y con color parduzco, es decir, no sabemos si es negro, gris o café o una mezcla de estos colores.
Una de las cosas que hace más atractiva a la chía, y por lo que muchos médicos recomiendan que la incluyamos en nuestra dieta diaria, es el gran aporte de calcio que hace. Esto es importante para las personas que sufren de intolerancia a la lactosa, pues la chía tiene nada más y nada menos que 5 veces más calcio que la leche entera.
La chía forma parte de mi memoria infantil. Recuerdo que al llegar del colegio me recibían en casa con un gran vaso de agua de limón con semillas de chía. Según mi madre eso hacía que fuera más “refrescante la bebida”; no sé si eso era cierto, lo que sí es seguro es que en esos momentos me sabía a gloria,
Pero la chía no solo se limita a hacerla en algún agua fresca, como el agua de limón o limón con pepino, hay muchísimos usos que se le puede dar dentro de la gastronomía.
Comenzando por que se pueden espolvorear las semillas en ensaladas, cocteles de frutas, o tal vez se le antoje en el yogurt griego de la mañana. Gelatinas con chía, también se pueden preparar panes, bizcochos, magdalenas, cupcakes de camote con chía, muffins de chía y manzana. No solo se puede usar la chía con cosas dulces, ¿no se le antoja una crema de brócoli con chía y tocino?
Que tal un pudín de chía con frutos rojos, que es muy sano pero sobre todo muy fácil de elaborar. Solo requerimos yogurt bajo en grasa -o el de su preferencia-, avena y frutos rojos, se endulza con miel de abeja y canela para darle un toque picosón; se mete al refrigerador unas 12 horas, para posteriormente degustarlo acompañado de un café.
Sus beneficios a nuestra salud es la mejor parte. Como no contiene gluten es apto para personas que son celiacas, así como para reducir factores de riesgos en personas con diabetes tipo 2, y gente que sufra de hipertensión cardiovascular, pues reducen los niveles de azúcar en la sangre.
Y créanme que después de todo lo que hemos estado comiendo por las fiestas navideñas, hay que estar sanos para poder seguir probando nuevos alimentos o redescubriendo comidas. Además, esta chía si nos gusta.
¡Bon appétit!
Cat Soumeillera en Twitter: @CSoumeillera