Lo que está sucediendo en la Universidad Autónoma de Occidente está dando mucho de qué hablar, y está dando mucho más para el análisis. La dirigencia de las dos universidades autónomas en Sinaloa ha colocado a sus respectivas instituciones en el ojo del huracán y se han convertido en la comidilla de la comentocracia.

Me parece justo abordar el tema, porque no es poco el revuelo que se está causando, la sociedad sinaloense en pleno cierre de año, verdaderamente está hablando de estos temas.

Comenzamos. Primero habría que hacer los paralelismos entre una institución y otra. La Universidad Autónoma de Sinaloa tiene un historial de lucha y autonomía de años. La UAdeO, es joven en ese sentido, recién está conociendo el autogobierno. Ambas universidades tienen muy claro su proceso para elegir al rector, en su Ley Orgánica se plasma el método, y en razón de ello, todos los nombramientos conforme a la ley son completamente legales.

La realidad es, que en la UAS se enquistó en el poder el grupo político del ex rector Héctor Melesio Cuén Ojeda, mismos que con los años fueron ocupando espacios y más espacios de poder, al grado de controlar a su antojo el consejo universitario y los demás órganos internos, siendo así, unos cuantos quienes toman las decisiones de Casa Rosalina, sin tomar en cuenta la comunidad universitaria en pleno. Si lo comparamos con un sistema de gobierno, es una especie de oligarquía que más bien, parece una oclocracia cuando intentan parecer demócratas, que definitivamente, no lo son.

En el caso de la UAdeO, aquí viene la parte más interesante. La ley orgánica es clara, es una junta de gobierno la que elige al rector, y en este caso, se han decantado por el Dr. Pedro Flores Leal. Un personaje de pocos años en la comunidad Lince, y que llegó de la mano de la rectora Sylvia Paz Díaz Camacho, pero que cumple con todos los requisitos para ocupar el cargo.

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Pues bien, en esta ruta de ‘espejear’, lo que sucede en una institución y la otra, el nombramiento del nuevo rector “guinda”, ha despertado a la comunidad universitaria de la UAdeO. Es, en mi opinión, bastante relevante el sentimiento de insurrección que se está gestando, pues más allá de los maestros y sindicatos, el tema ya encendió a los alumnos, y ojo cuando los jóvenes abrazan y abanderan una causa.

¿Por qué es interesante lo que está sucediendo? Porque la sociedad que integra la UAdeO ha visto la oportunidad de rescatar a tiempo la institución de que se instaure un cacicazgo universitario, justo como sucedió en la UAS. La casa Lince no puede darse el lujo de dejar pasar un periodo más con la ley orgánica actual, pues con el poder de rectoría será irremediable que el mismo grupo continúe acaparando espacios de poder, control y toma de decisiones.

Desde la comunidad universitaria -cómo dicen en mi rancho- “ventearon” el tema, y es de ahí la reacción insurgente. Poderosamente llama la atención que poco a poco el movimiento ha ido creciendo y trascendiendo las vallas universitarias para convertirse en tema de conversación de familias y sociedad.

El discurso de los inconformes ya va en ruta de solicitar reformar la ley orgánica y de exhibir algunas situaciones que no gustan para nada en la base universitaria y que pegan directo en rectoría y la junta de gobierno. Videos, comunicados, memes, notas periodísticas, mesas de análisis, columnas de opinión y portales, todos los espacios ocupados para defender lo que llaman “cultura de la libertad”.

En mi opinión, la situación se puede volver más tirante políticamente al interior de la UAdeO, sin embargo, el nombramiento del rector ya está hecho. Craso error sería que desde la dirigencia universitaria se negaran -como en la UAS- a reformar la ley orgánica para abrir y democratizar el proceso de elección del rector.

Así como señalé que Jesús Madueña Molina tuvo la oportunidad de ser el rector que diera paso a la democracia y otorgara el poder a la comunidad universitaria, en esta ocasión, el Dr. Pedro Flores Leal tiene la misma coyuntura para la UAdeO y pasar a ser el reformador que entienda la necesidad de otorgar el peso de las decisiones a la base universitaria en pleno.

De lo anterior, considero que sería un error de la rectora Sylvia Paz involucrarse en querer legitimar al nuevo rector, y defender el proceso. No puedo decir que su rectorado fuese ostensiblemente malo, tampoco la culpo de querer dejar a uno de los suyos en el poder tras su salida, al contrario, es lo más normal desde la óptica del poder. Sin embargo, ya logrado el cometido, creo que toca escuchar a la base universitaria que se está manifestando, atender su reclamo y establecer mesas de diálogo para salir adelante de la situación actual. Defender el proceso e intentar legitimar al nuevo rector, va en la ruta de polarizar a los universitarios, y si resulta cierto el señalamiento de hostigamiento y amenazas a la oposición, el nuevo periodo del rector será uno de cuesta arriba, con cuestionamientos desde el día uno.

La comunidad Lince ya despertó, y entienden que no pueden permitir que la UAdeO se convierta en la franquicia de unos cuantos. Se ven en el espejo de la UAS, y saben que no pueden quedar a merced de las decisiones de unos cuantos.

El Congreso del Estado funge como la ‘caja de resonancia’ del pueblo, los diputados deben recoger el sentir de la gente y actuar en consecuencia. La ley orgánica de las respectivas universidades, sirvieron para lo que sirvieron en su momento, y en el contexto actual, todo indica que ameritan un nuevo cambio. El paradigma de la democracia debe prevalecer. Hasta ahí, normal todo. La autonomía universitaria no se toca, pero los diputados deben adaptarlas a la realidad actual, porque el poder reside en la gente.

Vanessa Félix en X: @vanessafelixmx