IRREVERENTE

Les platico:

La primera anécdota que le escuché fue en Aulas Cinco.

El director de la carrera de Comunicación, Chucho Torres, acostumbraba invitar a David Noel Ramírez, a meterse así sin más a las clases que los profesores del ITESM impartíamos en todas las carreras del Campus Monterrey, para que platicara con los alumnos.

Ese día, cuando llegué, ya estaba sentado esperándome al frente, en un pupitre que acomodó al lado de la silla reservada para el profesor.

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Hasta en eso era respetuoso de las formas, a pesar de que ya para entonces ocupaba un puesto de rango en la estructura administrativa y académica del Tec de Monterrey.

Todavía no daban las 7 de la mañana, me saludó presentándose y preguntó si no tenía inconveniente en dirigirles unas palabras a mis alumnos, antes de que comenzara la clase.

Saludó a cada uno de los chavos conforme iban llegando y cuando el último ya estaba en su lugar, comenzó diciendo que él había nacido en San Juan de los Lagos, Jalisco y varias veces al año iba a ver a sus padres, de quienes se había separado para migrar a Monterrey en busca de estudio, vida y trabajo.

A pesar de que podía viajar en avión desde Monterrey a León o a Guadalajara para de ahí moverse a San Juan de los Lagos, lo hacía en autobús, porque decía que eso le recordaba sus orígenes humildes.

A lo largo de 55 años, fue un extraordinario profesor, director de carrera, titular de departamento académico y división, rector de zona y del sistema Tec, hasta llegar a ser Rector Emérito del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey.

“Ser humano extraordinario, ejemplar e inspirador. Gran líder, esposo, padre, abuelo y amigo”, así lo describe Ricardo Saldívar Escajadillo, presidente del consejo del ITESM.

Testamento:

Lo dejó a sus hijos, a sus nietos, a su familia, pero lo hacemos propio todos quienes tuvimos la fortuna de cruzarnos en su camino:

  1. Sean honrados. No busquen hacerse ricos rápido y fácilmente. Recuerden que la confianza se gana en abonos y se pierde al contado.
  2. Sean emprendedores. En la vida vale más fracasar por intentar el triunfo, que dejar de triunfar por el miedo al fracaso. 
  3. Sean resilientes. El éxito fraguado en la adversidad es más valioso y sabe mejor. 
  4. Sean auténticos ciudadanos. No se quejen de lo que pasa en la sociedad, transfórmenla.
  5. Sean solidarios. Pagar nuestra hipoteca social no es una opción, es una obligación.
  6. Cuiden y fortalezcan a su familia cuando la tengan. Ningún éxito personal o profesional justificará el fracaso de su familia.
  7. Remen contracorriente. Hagan suya la enfermedad incurable de luchar siempre por la verdad.
  8. Sean tolerantes, justos e incluyentes. Quien menosprecia a una persona profana su dignidad, nunca lo hagan. 
  9. Renuncien a la mediocridad. Hagan de su vida una obra maestra, no una obra fallida. 
  10. Hagan de Dios su mejor amigo, su aliado y mentor.
Foto: Plácido Garza

Cajón de Sastre:

  • David Noel era digno miembro de la generación de peltre, de la generación del “O”, porque creció sabiendo que no podía tenerlo todo. O quería esto “o” quería lo otro.
  • En cambio, la generación actual es de cristal, del “Y”: Quieren esto “y” también quieren lo otro.
  • Descanse en paz David Noel Ramírez Padilla.