Sin duda alguna es un tema tan espinoso que no importa la arista desde donde se vea. Pero vayamos al principio, pues es una historia de muchos años y de muy diferentes matices y colores. Si bien es cierto que en 2010 Mexicana de Aviación paró sus operaciones bajo las órdenes de Felipe Calderón y ejecutadas por Javier Lozano y Juan Molinar Horcasitas, secretarios del Trabajo y de Comunicaciones y Transportes respectivamente, el tema de la cooperativa tiene ya varios años madurándose.
Y es que en esa abrupta bajada de vuelo, dichos personajes empujaron a los que entonces eran representantes sindicales a buscar la manera de conseguir un inversionista que pudiera entrarle al toro por los cuernos; y mientras ellos se abocaban de manera desesperada, entre los diferentes grupos de trabajadores comenzó a cuestionarse la posibilidad de crear una “cooperativa”. En 2011 se instaló un plantón a las afueras de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, lugar en el cual se comenzó a cocinar esa idea.
Con el paso del tiempo y las acciones de las diferentes dirigencias sindicales, los trabajadores de la otrora aerolínea bandera, se vieron desmembrados, esto es, cada quien jaló para su lado y comenzaron a aglutinarse en diferentes grupos, ya no en uno solo. Lo que llevó a rencillas y luchas internas, a la luz de la distancia puedo decir que era normal que eso sucediera, con la desesperación a flor de piel y viendo los años pasar sin encontrar una solución al conflicto de Mexicana.
En ese contexto un grupo de sobrecargos jubilados se animó a organizarse en una asociación civil ante la ausencia de trabajo por parte de su sindicato, ASSA de México. Comenzaron a barajear la idea de una cooperativa utilizando lo que aún queda de los bienes de la empresa.
Incluso antes de que llegara la 4T al poder, este grupo acudía a mesas de trabajo con la Secretaría de Comunicaciones y con la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, con la propuesta de crear una empresa de los trabajadores y con ello darle fin al problema que esa administración priísta había heredado de la anterior panista.
Con la llegada del nuevo gobierno morenista, este grupo de sobrecargos jubilados buscó el reunirse con las nuevas autoridades. Tuvieron que hacer una manifestación afuera de Palacio Nacional para poder ser recibidos, así como lo hicieron después otros grupos de trabajadores.
En esa reunión, los sobrecargos jubilados pertenecientes a la AJTEAM (Asociación de Jubilados, Trabajadores y Extrabajadores de la Aviación Mexicana), pusieron en la mesa el tema de la cooperativa. Después el gobierno habló con los sindicatos quienes fueron tajantes, el tema de la cooperativa no les interesaba.
Sin embargo, el gobierno vio una oportunidad, y puso al Instituto Nacional para la Economía Social (INAES) a colaborar con un grupo de trabajadores durante todo un año sobre el tema del cooperativismo. Los sindicatos, que al principio dijeron no estar interesados, han mandado representantes sindicales a estar en esos cursos que impartió dicho instituto y ahora son el punto de partida para el nuevo proyecto de una cooperativa híbrida. Donde se supone los sindicatos no iban a “estar” pero en los hechos, es otra historia, haciendo uso de una dualidad, son representantes y trabajadores de Mexicana de Aviación.
Posteriormente el propio Andrés Manuel López Obrador habló de crear una “cooperativa híbrida” con apoyo de inversionistas privados y de la banca de desarrollo. Sin embargo dejó descartada la propuesta inicial sobre la cooperativa y esto es el utilizar lo que quedan de los bienes de la aerolínea.
El licenciado Joaquín Ortega ha sido enfático: “Lo que sorprende es que Martínez Luvier escuchó ante Gobernación y Lety Ramírez, la propuesta de los sobrecargos jubilados para comprar todos los derechos de Mexicana con parte del FONDO DE RETIROS JUBILACIONES Y PENSIONES que debe restituir GRUPO POSADAS y, DE ESO, nada.”. En efecto, ese punto fue dejado de lado junto la indiferencia de los sindicatos sobre el tema.
Los sobrecargos jubilados han externado su consternación pues al parecer no desean impulsar que se lleve a cabo la creación de una nueva aerolínea y menos bajo la figura de una “cooperativa”, al parecer existe un resquemor con los líderes sindicales, pues tanto el de secretario general de los pilotos como el de los sobrecargos son trabajadores de Aeroméxico, a quien no le gusta la competencia y hace todo lo que está a su alcance para eliminar a cualquiera que busque hacerle sombra.
Así que poder llevar a cabo la encomienda presidencial se antoja sumamente difícil por la cantidad de actores e intereses que hay. Mucho se habla de “la nueva aerolínea”, hasta hacen mofa pero no conocen las entrañas del caso.
En los hechos, hay responsables con nombre y apellido que deberían de estar pagando por la “quiebra fraudulenta” de la compañía aérea más antigua del país. El gobierno de Calderón jamás quiso perseguir a los Azcárraga Andrade y tampoco lo hizo la administración de Peña Nieto, ¿será que en esta administración sí se busque que paguen los responsables?