Como sabemos, se han cerrado los cómputos finales del proceso electoral del pasado dos de junio. De hecho, el propio INE ha dado a conocer los resultados o los porcentajes definitivos. Morena, por ejemplo, concentró la mayor parte de la votación en las urnas. No solamente conquistó la presidencia de la república con una ventaja abrumadora, sino la mayoría de posiciones que se jugaron a la par. Tal y como se había previsto, la coalición se llevó carro completo con las diputaciones y senadurías, lo mismo que los ayuntamientos más importantes que, a la postre, son la punta de lanza en las entidades federativas.

Como mencionamos ayer, fue una aplanadora la que le pasó por encima al Frente Amplio por México. Inclusive, hablamos de la decadencia que vive la oposición que, además de ser profunda, coadyuvó en el triunfo contundente de la izquierda. Desde luego, el mérito se lo lleva Claudia Sheinbaum y el movimiento que ella, desde hace muchos meses, encabeza con el bastón de mando que recibió de manos del presidente López Obrador. Del mismo modo, la gran diferencia la hizo el equipo de campaña que la misma Sheinbaum diseñó a lo largo y ancho del país. El propio Ricardo Monreal, coordinador de planeación y organización de enlace territorial, realizo un papel crucial, que se reflejó en la eficiencia estratégica, específicamente a ras de tierra.

Debido a ese gran impacto, también trascendieron los coordinadores de cada una de las circunscripciones. Todos, en definitiva, hicieron un papel muy importante que sumó a favor de la victoria contundente de Claudia Sheinbaum. Eso sucedió en las 32 entidades federativas que, por mucho, respondieron al llamado de unidad y, por tanto, al Plan C que diseñó el presidente López Obrador. Por eso seguimos insistiendo, fue una aplanadora la que, desde hace meses, había manifestado su apoyo al proyecto de la Cuarta Transformación. Siendo así, de todas las circunscripciones que integran el mapa electoral, por cierto, debemos darle el mérito a la segunda circunscripción. De hecho, si analizamos detenidamente lo que constituye cada estado, fue un enorme reto el que asumió Néstor Núñez. Él, a propósito, no solamente entregó buenas cuentas a Sheinbaum, sino que superó todas las expectativas.

Tan solo en resultados, Morena ganó Tamaulipas, Guanajuato, Nuevo León y Zacatecas, y en San Luis Potosí, queda claro, podemos decir que tendrá un aliado incondicional en la Cámara Alta. Hablamos de las senadurías que conquistó el lopezobradorismo. Inclusive, se hizo un esfuerzo mayúsculo en Querétaro y Aguascalientes, donde la izquierda logró la primera minoría en ambos estados. Lo más importante de ello es que Morena ganó terreno y presencia para las próximas elecciones intermedias del 2027, especialmente con una oposición en franca decadencia y mermada por la sacudida que recibieron a nivel nacional. Por cierto, para la presidencia de la república, los resultados dieron un giro preponderante si hablamos de porcentajes. Siendo así, Néstor Núñez cumplió al pie de la letra la encomienda que le delegó Claudia Sheinbaum.

En Aguascalientes, único estado que conquistó Xóchitl Gálvez, la diferencia fue mínima. Hablamos de poco más de veinte mil votos o, en su defecto, 3% de margen, un número muy cerrado que, de manera particular, habla del terreno que ganó Morena en aquel punto del país, la coalición Seguimos Haciendo Historia logró concretar aplastantes triunfos en casi todo el territorio, pero específicamente en los distritos locales.

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Y con numerosos congresos y la mayoría de ambas cámaras federales, Morena tiene las condiciones dadas para concretar el Plan C. Hablamos, naturalmente, del respaldo incondicional que tendrá Claudia Sheinbaum para que los proyectos se aprueben sin contratiempos, tanto en San Lázaro como en el Senado de la República. Como sabemos, se tiene previsto que —durante el transcurso del mes de septiembre— se analicen y se voten las iniciativas de reforma al marco constitucional. Por su importancia, podemos ir anticipando que, entre las prioridades que se pondrán sobre la mesa, serán la reforma al poder judicial y, desde luego, el tema electoral.

En este caso, el propio Ricardo Monreal, con toda la experiencia y oficio que tiene, ha dicho que el curso seguirá su naturaleza legislativa. Es decir, se dialogará con todas las fuerzas de la oposición, incluyendo las minorías, para poder encontrar puntos de coincidencia. Él, por su parte, se ha comprometido así, tal y como sucedió estos seis años, en un clima de flexibilidad y apertura.

Lo más importante de todo es que, a menos de cuatro meses, el triunfo contundente de Claudia Sheinbaum sigue impactando positivamente. Ayer, por ejemplo, la ganadora de los comicios presidenciales se reunió con el mandatario federal, Andrés Manuel López Obrador. Fue, no cabe la menor duda, un momento histórico que quedará grabado con el recibimiento en Palacio Nacional. Es, en pocas palabras, el retrato de la continuidad del proyecto de transformación que comenzará a partir del primero de octubre. No pudo existir mejor postal que la que retrató el saludo al pie del Zócalo de la Ciudad de México. Son dos personajes que comparten una visión de país más humanista y, desde luego, más democrática. Seguramente así será. El presidente —si así lo decide— se podrá ir tranquilamente a descansar, pues sabe, por la capacidad que la doctora nos ha demostrado, que dejara el país a buenas manos.