La cumbre climática COP26 en Glasgow llegó a su fin. Casi 200 naciones llegaron a un acuerdo el sábado. Por primera vez se incluye una referencia al papel de los combustibles fósiles en la crisis climática. El carbón es la principal fuente de gases de efecto invernadero. En las 25 COP anteriores a Glasgow, nunca un acuerdo había mencionado al carbón, el petróleo o el gas, o incluso los combustibles fósiles en general, como impulsores —y mucho menos como la causa principal— de la crisis climática. El texto también incluye lenguaje en torno a la obligación de alejarse de los subsidios a los combustibles fósiles.
Fueron más de dos semanas de negociaciones, anuncios, reuniones a todas horas del día. El acuerdo final de la cumbre, conocido como el Pacto Climático de Glasgow, ha sido firmado por 197 países, que van desde los grandes emisores como China e India hasta los pequeños estados insulares cuya existencia misma se ve amenazada por el calentamiento global.
Alcanzado por consenso, el documento tiene como objetivo mantener vivas las esperanzas de mantener las temperaturas globales en 1.5°C por encima de los niveles preindustriales para finales de siglo, la aspiración original del Acuerdo de París.
A continuación mencionaré algunas de las conclusiones clave del acuerdo que tendrán un impacto en el gobierno de México.
- La 4T ya tiene tarea para el próximo año. El nuevo acuerdo establece que se solicita a los países que revisen y fortalezcan sus planes climáticos para 2030, y los presenten antes del fin de 2022. Es un avance. Porque no se esperaba que los países expusieran sus planes nacionales sobre el clima hasta 2025.
- Así que la 4T tiene que hacer su tarea a conciencia. Y es muy claro que los planes de la CFE, con la reforma eléctrica de Bartlett, son un estorbo para este propósito. El éxito de la política ambiental de México dependerá de si asiste a la COP27, en Egipto, el próximo año con compromisos más ambiciosos para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero.
- Es muy relevante este acuerdo de adelantar planes. Se obliga así a los países a reforzar sus políticas públicas. Con los compromisos anteriores a la COP26, el resultado de los planes de los países para 2030 tenían como resultado 2.4°C de calentamiento global para 2100, muy por encima del objetivo de París de mantener las temperaturas por debajo de 2°C con la aspiración de mantenerlas en 1.5°C.
- Otro elemento clave del texto es un llamado a acelerar la “eliminación gradual” de la energía del carbón sin cesar y la eliminación gradual de los “subsidios ineficientes a los combustibles fósiles”. Ahí le hablan a la CFE.
- Cada palabra en el lenguaje de las resoluciones multilaterales siempre cuenta. Fue muy interesante ver los detalles de las negociaciones durante los últimos días, porque el lenguaje en esta sección se debilitó en el último minuto. La India pidió una “reducción gradual” para reemplazar una “eliminación gradual” de la energía del carbón, más firme durante el plenario final de la conferencia el sábado por la noche.
- A pesar de esto, es la primera vez que se incluye una mención a los combustibles fósiles, el principal impulsor de la crisis climática, en un documento sobre el clima de la ONU de este tipo.
- El texto expresa “alarma y máxima preocupación” de que los seres humanos ya han provocado que las temperaturas globales aumenten 1.1°C desde el inicio de la era industrial, lo que ha provocado impactos en “todas las regiones” del mundo.
- El acuerdo final de Glasgow expresa un “profundo pesar” porque no se cumplió una promesa de larga data de las naciones ricas de proporcionar 100 mil millones de dólares en fondos a los países más pobres que luchan contra los impactos climáticos para 2020.
- Esta fue una demanda específica de las naciones del mundo en desarrollo, quienes dicen que el incumplimiento de la promesa ha dañado irrevocablemente la confianza. El texto también pide a los países desarrollados que entreguen los 100 mil millones “urgentemente”, de aquí a 2025.
- Como parte del pacto, los países desarrollados se han comprometido a duplicar la cantidad que gastan en ayudar a los países más pobres a adaptarse a los impactos climáticos, a partir de los niveles de 2019, para 2025.
- Muchos países en desarrollo habían pedido la creación de un programa de asistencia financiera para ayudarlos a hacer frente a las “pérdidas y daños” causados por la crisis climática, como la pérdida de vidas humanas durante los fenómenos meteorológicos extremos. Esto fue rechazado por Estados Unidos y la Unión Europea. Causó decepción e insatisfacción de los países en desarrollo.
- Se hizo un fuerte llamado para frenar el metano para 2030. El texto invita a los países a considerar cómo reducirán el metano, un gas de efecto invernadero de corta duración, pero potente, creado por la agricultura animal y la producción de combustibles fósiles, durante la próxima década.
- México, junto con alrededor de 100 países más, firmó un compromiso global para reducir las emisiones de metano en un 30 por ciento para 2030, en comparación con los niveles en 2020. China también acordó reducir sus emisiones de metano en un acuerdo separado con Estados Unidos.
- Una mala noticia para las ilusiones del gobierno de la 4T es que se eliminó del acuerdo final la mención de “soluciones basadas en la naturaleza” como herramientas para abordar la crisis climática mediante el aprovechamiento de los hábitats naturales. En el acuerdo sólo se señala “la importancia de proteger, conservar y restaurar la naturaleza y los ecosistemas”.
- Otro reto para el gobierno de la 4T es que se avanzó en las reglas del Acuerdo de París. Ahora sí se sabrá quién cumple y quién no. Hay nuevas reglas sobre “transparencia”. Todos los países ahora tendrán que informar sobre las emisiones y el progreso cada dos años. Hay disposiciones que cubren los mercados de carbono y otras formas de cooperación internacional.
- El texto final de Glasgow hace una mención específica al “papel importante” que juegan “los pueblos indígenas, las comunidades locales, los jóvenes, los niños, los gobiernos locales y regionales y otras partes interesadas” para abordar la crisis climática.
- En el marco de la COP26, México firmó la declaración para acelerar la transición a 100% de vehículos de autotransporte cero emisiones.
- Jóvenes activistas climáticos organizaron múltiples protestas en Glasgow para escuchar las “voces de los niños”.
El mundo necesita reducir la tasa de emisiones de gases de efecto invernadero en casi 27 mil millones de toneladas métricas al año para limitar el calentamiento global a 1.5°C para 2030. Pero las promesas que se concretaron en la COP26, alcanzan para aproximadamente una cuarta parte del camino.
Nadie quedó totalmente satisfecho. Los ecologistas criticaron la falta de ambición de los países para poner en marcha las medidas inmediatas para hacer frente a la crisis climática. Los países más dependientes del carbón y algunos de los mayores productores de petróleo y gas consiguieron suavizar el lenguaje de la declaración final.
Con todo y sus limitaciones, la suma de los esfuerzos colectivos de todos las naciones debe llevar a que en 2030 las emisiones de dióxido de carbono sean un 45% menores que en 2010. La verdadera tarea para México comienza ahora, ya que todos los países deben regresar a casa y cumplir sus promesas de Glasgow. La reforma constitucional en materia eléctrica de Bartlett es una política que va, peligrosamente, en el sentido opuesto.