Es tiempo de ser valientes, de que cada ciudadano, sin importar su ideología o simpatía partidaria, defienda sus creencias y luche por sus convicciones. Pero eso no implica que el contraste de ideas deba de convertirse en una guerra de ladridos o en una riña por el insulto más ruidoso.

Dice un dicho que “lo cortés no quita lo valiente” y eso es lo que nos ha demostrado seis veces en seis meses, el hoy presidente del Congreso de la Unión, Santiago Creel.

Estas son las seis ocasiones en las que Creel Miranda mostró valentía pero siempre mantuvo las formas. Algo que se agradece en un país donde la polarización y las declaraciones subidas de tono están a la orden del día. Aquí el recuento.

1. No aplaudió al general secretario

Fue el 13 de septiembre de 2022 en el evento de los Niños Héroes cuando el general secretario en su discurso tomó una postura que parecía más de carácter político e ideológico que institucional militar. En pocas palabras llamó ambiciosos a aquellos mexicanos que están en contra del creciente protagonismo militar en áreas civiles del gobierno. Además dijo que debía “discernir” de ellos, es decir, que el Ejército debía distinguirlos sobre el resto. ¿Algo más grave que el discernimiento militar a los mexicanos por las posturas políticas?

Bueno, al terminar esa parte de su discurso, el presidium, integrado mayormente por el gobierno federal, estalló en aplausos. Todos aplaudían, menos uno: Santiago Creel. Enviaba así el mensaje de inconformidad ante tales declaraciones.

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2. No aplaudió a Evo Morales

Tres días después, el 16 de septiembre, se celebraba el tradicional desfile militar, al que el presidente López Obrador invitó a los expresidentes José Mujica y Evo Morales. Cuando anunciaron la presencia de Mujica, Creel le aplaude, cosa que no sucede cuando se saludó la presencia de Evo Morales. Mostraba así su inconformidad por la invitación de quien intentó reelegirse como presidente de Bolivia sin el permiso constitucional y el deseo de la mayoría del pueblo.

De hecho, al término del evento el diputado presidente comunicó en sus redes sociales que no aplaudió a Morales y compartió anécdota con Pepe Mujica. Santiago escribió: “En el desfile, saludé al presidente Mujica, le compartí que yo era el único opositor en el presidium. Esto me contestó: ‘Sin pluralidad y voces críticas no hay democracia, y aunque es un sistema muy difícil de gobernar, es el mejor que tenemos, hace usted muy bien de estar aquí’ “.

3. Criticó la intromisión en el Legislativo

Estaba por terminar septiembre, los ánimos políticos en el país estaban caldeados por la presentación de una iniciativa que mantenía la presencia de las fuerzas armadas en tareas de seguridad pública hasta el 2028. Ante la polarización que se generó y la incertidumbre de si se aprobaba o no, el presidente López Obrador anunció una consulta sobre el tema.

Ahí es donde Santiago Creel, presidente de la Cámara de Diputados, salió al quite a defender la autonomía y valor del Poder Legislativo. Envió un mensaje duro pero respetuoso al presidente de la República. En pocas palabras, le dijo que su consulta era una indebida intromisión en el proceso legislativo que estaba llevándose a cabo y que era su manera para presionar a los legisladores. Le pidió que evitara la confrontación de poderes y que respetara las facultades de cada poder.

4. Ejerció sus facultades ante la SCJN

Aprobada la iniciativa de mantener la militarización de la seguridad pública hasta el 2028, se presentaron nuevas acciones de inconstitucionalidad y acumularon entonces 10 asuntos pendientes en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, algunos con más de 40 meses sin resolver por la Corte.

Ante ello, el presidente de los Diputados anunció que usaría su facultad constitucional para solicitar a la Suprema Corte que atendiera de manera prioritaria los asuntos pendientes sobre la constitucionalidad o no de la militarización de la seguridad pública. De nuevo, sin mayores aspavientos y usando la fuerza de la Constitución actuó ante un tema sensible para los mexicanos.

5. No permitió armas en el Salón de Sesiones

El primero de febrero de cada año inicia el segundo períodos de sesiones del Congreso. Un acto meramente protocolario donde se reúnen diputados federales y senadores. Rinden honores patrios y se declaran listos para trabajar. La verdad es que todos los años pasa desapercibido, pero no este año. Todo porque el presidente Creel no permitió que entrara la escolta que venía armada con fusiles de alto poder. La discusión inició. Por un lado Morena y aliados que criticaron que se haya impedido la entrada, por el otro la oposición que estuvo de acuerdo.

El argumento de Santiago fue que las leyes prohíben que haya armas en el salón de sesiones, algo obvio si pensamos que ahí se discuten leyes y se espera que los argumentos sean la única arma para convencer sobre el sentido del voto. Así el quinto acto que nos presentó una acción valiente porque no era la decisión que quería la mayoría, pero sí la que le permitía la ley.

6. Su discurso del 5 de febrero

Por último tenemos la reciente celebración del 5 de febrero donde hubo de todo. Primero con la ministra presidenta de la SCJN que no se puso de pie para recibir al presidente de la República, acto que aplaudió Creel. Después, fue notorio que el único aplauso que le dieron Santiago Creel y Norma Piña al presidente López Obrador fue al término del discurso. Durante todo el mensaje de AMLO sus palmas permanecieron separadas sin aplaudir el contenido.

Para terminar, y quizá lo más importante y significativo, es el contenido del discurso que dio Santiago, quien tuvo el valor de decirle de frente a Andrés Manuel muchas palabras duras, eso sí, en un lenguaje respetuoso y cortés. Incluso por momentos Santiago volteaba hacia el presidente para verlo a la cara y hacer énfasis en su mensaje. Para no reproducir su mensaje, aunque recomiendo leerlo, resumiré algunas de sus posturas.

Le dijo a AMLO que en el país faltaba diálogo con todos, que la división nacional era su responsabilidad, que el pueblo del que tanto habla el Presidente es solo una parte del pueblo y no todo. Que el plan B de la reforma electoral es un error que nos hará regresar al pasado. Que todos pueden pensar y defender lo que quieran pero que el límite es la Constitución. Que los problemas del país no se han resuelto porque no quiere dialogar con nadie. Que en lugar de insistir en modificar leyes a su antojo, mejor se ponga a resolver los problemas nacionales.

Que ningún proyecto de gobierno debe ser contrario a la Constitución. Que la democracia también es incluir a todos, que si excluye a los críticos entonces mancilla la democracia y la soberanía nacional. Que la unidad se construye dialogando no imponiendo una visión única. Que la Constitución no es un bonito libro, sino que es la Ley fundamental del país y debe respetarse. Que para honrar la Constitución hay que cumplirla, obedecerla.

Así las palabras, las acciones, la valentía y la cortesía. Por cierto, reconozco la misma valentía cortés en la ministra presidente Norma Piña y en el gobernador Mauricio Kuri, que sin aspavientos ni teatros escandalosos han fijado una postura contundente que seguro incomodó a Palacio Nacional pero que es muestra como dije al inicio que: “lo cortés no quita lo valiente”.