Una alianza perversa e inhumana entre Donald Trump y Andrés ha dejado muerte, pobreza y devastación en la crisis migratoria, pero ante las declaraciones contra México del racista Trump y de su gente, no hay desmentidos, ni enojo ni por parte de Andrés ni de sus colaboradores, por el contrario, han habido justificaciones y espaldarazos hacia el facho populista. Gringo.
¿Y el humanismo?
Nuevamente se develó la miseria y falta de responsabilidad del presidente, de sus seguidores, de Adán Augusto, responsable del Instituto Nacional de Migración y del canciller Marcelo Ebrard, que se limitaron a buscar a quien culpar sin asumir la responsabilidad por su falta de atención y una política fallida.
Victimizar a las víctimas
AMLO lo dice todo: “Esto tuvo que ver con una protesta que ellos iniciaron a partir, suponemos, de que se enteraron de que iban a ser deportados, movilizados, y como protesta en la puerta del albergue, pusieron colchonetas y les prendieron fuego y no imaginaron que esto iba causar esta terrible desgracia”.
No fue un crimen planeado por el estado, pero sí fue el estado, al tener bajo su custodia a estos seres humanos sin protocolos de seguridad y en condiciones indignas.
Para gobernantes como AMLO y el expresidente Trump, los migrantes son mercancía de cambio, tal como ha quedado consignado recientemente.
Podredumbre social y gubernamental
Durante los más de cuatro años de Andrés Manuel al frente del Ejecutivo, se han registrado diversos actos en contra de los migrantes, han separado familias y afectado a mujeres, niños y hombres por igual. La Guardia Nacional, el INM y el Ejército se han convertido en el mayor flagelo para los migrantes en territorio nacional.
Siempre se han violado los derechos de estos, la diferencia es que hoy es consecuencia de una política que responde a los intereses estadounidenses y las violaciones constantes son minimizadas por los seguidores de la 4T, que se encuentran más preocupados por la reacción de los opositores críticos que por la tragedia.
La violencia oficial en contra de los migrantes es el resultado de los acuerdos que alcanzaron Donald Trump y AMLO. El yerno y principal asesor de Trump, Jared Kushner, reveló que el expresidente propuso en 2018 un pacto al Gobierno del AMLO para ayudarlo con sus prioridades políticas a cambio de que México se enfocara en reducir los flujos migratorios hacia Estados Unidos.
Y, en repetidas ocasiones, Trump ha hecho referencia a cuando amenazó a AMLO con la imposición de aranceles si no desplegaba el programa “Quédate en México”: “Nunca he visto a nadie doblarse así. Entró (a mi oficina) y (el representante de México) se ríe de mí cuando le digo: ‘Necesitamos 28 mil soldados en la frontera, gratis’. Él me miró y me dijo algo como ‘¿(Desplegar soldados) gratis?’ ‘¿Por qué haríamos eso en México?’ Le dije: ‘necesitamos algo llamado ‘Quédate en México’… Después de eso (él) me miró y me dijo: ‘¡Señor: sería un honor tener 28 mil soldados en la frontera! ¡Sería un honor tener ‘Quédate en el Maldito México’! ¡Queremos tener ‘Quédate en México!’”.
Luego vino el libro del exsecretario de Estado de Trump, Mike Pompeo quien aseguró en sus memorias, “Never give an inch. Fighting for the America I Love”, es decir que, sin importar comprometer al país con tal de cumplir con sus ambiciones y afán de poder, AMLO se entregó de cuerpo entero a Trump.
Así no, Sr. Presidente
Defender a México no es envolverse en la bandera nacional y repetir discursos vanos, hubo gobiernos que realmente defendieron a los mexicanos y a los hermanos centroamericanos.
Hay ejemplos de una actitud responsable, fuerte y con principios como en el gobierno del presidente Zedillo, cuando su canciller, José Ángel Gurría y sus secretarios de Hacienda, Jaime Serra Puche y Guillermo Ortiz, doblaron a la administración de William Clinton, no con bravuconadas, ni con ofensas sin sentido, sino con propuestas y negociaciones, poniendo sobre la mesa un programa económico y de seguridad muy ambicioso y realizable. Tan bien llevado que el presidente Clinton se impuso a los conservadores del grupo republicano para destrabar una línea de crédito que, acompañada de políticas de integración económica y social, permitieron corregir la macroeconomía hasta impactar en los que menos tienen reduciendo la exportación de mexicanos.
Pero este señor presidente, se ríe de la tragedia, así de pequeño se ve cuando se refiere a la forma en la que perdieron la vida 39 seres humanos. López Obrador quien prometió un cambio muy necesario para México, muestra una vez y otra, junto con sus seguidores su deshumanización ante tragedias, por cierto ¿dónde está el padre Sollinde que tanto “defendía” migrantes?
Para complacer al imperio han golpeado a nuestros hermanos, los aíslan, los exponen a robos, tráfico de órganos, extinciones, narco y violencia, sin embargo tras la tragedia, para hablar del tema, al presidente le bastaron apenas un par de minutos de su mañanera.
¿Y sus soluciones? Dar dinero a los cristianos en Centroamérica para que se compre criptomonedas en El Salvador o se exporte “sembrando vida” que no ha sido más que corrupción.
Pobre país.
Twitter: @diaz_manuel