Sin duda alguna, no termino de entender de dónde viene la maldad de Donald Trump contra los mexicanos y todo lo que tenga que ver con México.
Parece que le atrae y hasta disfruta la grave crisis migratoria que se nos viene. Qué complejo tiene que tanto odia a nuestro país, qué diminuto se debe de sentir para actuar así.
Y esta crisis, la migratoria, no se trata de una crisis que solamente el gobierno de México sufra. Esta crisis nos afectará a todos y todos estamos inmersos en ella.
Parecía lejano que llegara este momento pero el momento llegó.Ya no son nada más amenazas de Donald Trump contra nuestros connacionales ni contra México, ya son hechos y realidades.
La deportación masiva de connacionales ilegales está siendo un hecho. Y uno se imagina o piensa que el migrante es un hombre musculoso y fuerte, tanto, que pudo cruzar nadando las peligrosas aguas del Río Bravo.
No nos “cae el veinte”, como vulgarmente se dice, que el migrante que llegue deportado, presenten problemas delicados de salud. Tampoco pensamos en que las familias mexicanas se irán rompiendo y deshaciendo, que muchos niños y niñas de un día para otro se quedarán sin su padre o madre.
¿Y ellos a dónde van a ir?
La atención al migrante no nada más tiene qué ver con que duerma en un albergue como ha propuesto la presidenta Sheinbaum, tiene qué ver con que deben de recibir atención psicóloga, emocional, intervención en crisis, alguna esperanza para volver a rearmarse otra vez.
Ya ni decir que se requerirá de medicinas, de tratamientos médicos, de alimentación.
Yo veo a una Claudia Sheinbaum en sus mañaneras sonriente y en paz. Creo que el efecto que les causa vivir en Palacio Nacional es como de encerrarse en una burbuja de hierro en donde nunca serán traspasados por esta terrible crisis ni por otras tragedias que se viven en México.
Lo saben… Sí, lo sabe Claudia. Sí, pero ella no aterriza en lo grave, se queda en el aire sonriendo, como burlándose un poquito de Trump y otro poquito de la oposición como para que la gente no entre en pánico por la repatriación de nuestros connacionales y es que me pongo a pensar: Hay un tremendo desabasto de medicamentos psiquiátricos también.
Los migrantes que pisen suelo mexicano, y que requieran de ellos, ¿lo van a obtener?
Luego entonces quizá veremos a migrantes que en su desesperación por mantenerse vivos, cuerdos, ellos y a sus familias quizá opten por delinquir.
Y ya no me sigo porque mi cabeza y mi mente vuelan muy lejos… tanto que me imagino un escenario dantesco.
Pero espero, en verdad espero, estar equivocándome. Y que todo esto que hoy les escribo, nunca vaya a ser una realidad... Confiemos.
Es cuanto.