Irreverente

Les platico: todo el proceso diplomático alrededor del fallido nombramiento de Pedro Salmerón como Embajador de México en Panamá, fue la crónica de un petardo anunciado.

Pedro Salmerón, propuesto por AMLO como Embajador en Panamá

No estoy de acuerdo con quienes señalan a Andrés Manuel como responsable de ese desaguisado, que aquí su irreverente servidor anticipó que iba a suceder desde el 27 de enero pasado.

Cuando la mayoría de mis colegas se devanaban las molleras conjeturando si Salmerón finalmente sentaría sus posaderas en el penthouse de la Torre ADR, sita en la Calle 58 Este de la capital panameña, tuve la osadía de publicar en este mismo espacio que no se le haría ni eso ni caminar por la bellísima cinta costera, con el título de embajador.

Aquí tienen la liga de mi artículo de ese día en SDP:

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Tuve acceso a información de funcionarios muy cercanos a la Canciller Erika Mouynes, y llevando la contra a su comunicado oficial donde anunció que la respuesta de su gobierno había sido entregada al de México, categóricamente afirmé que Salmerón no sería objeto del beneplácito del país canalero.

Me tupieron con críticas, donde las más diplomáticas fueron que estaba violando la sacrosanta secrecía que impera en este tipo de actos, que cómo me atrevía y bla bla bla.

De las más virulentas todavía se debe de estar acordando mi finada y santa madre, por los insignes recordatorios de que fue objeto.

Para afianzar mi postura platiqué con Martha Bárcena, nuestra Embajadora Eminente que lo fue de México en Estados Unidos, y con su marido, Agustín Gutiérrez Canet, diplomáticos de carrera con más de 40 años cada uno de experiencia en sus brillantes desempeños como parte del servicio exterior mexicano.

Martha Bárcena

Autopsia de un error

  1. Marcelo Ebrard pudo alertar al presidente de que antes de animarse a anunciar a Salmerón urbi et orbi en una de las mañaneras, debió de haberse consultado el asunto con el gobierno panameño y dependiendo de la reacción de los canaleros, solicitar o no el beneplácito hacia esa persona. Así lo dicta el protocolo internacional, pero no se hizo.
  2. Si el presidente andaba tan enjundioso con el mentado Salmerón, Marcelo Ebrard pudo haber cabildeado con sus contrapartes de la cancillería panameña para tratar de “vender” ese nombramiento o de perdido explorar cómo tomarían semejante designación. De muy buena fuente sé que ni siquiera lo intentó, con eso de que le falta tiempo para andarse promoviendo con miras al 2024.
  3. Marcelo Ebrard debió haber hecho uso de la autoridad que le confiere su rango como titular de Relaciones Exteriores para no exponer al presidente a lo que ahora ya es un hecho: un error grave de protocolo que deja muy mal parado a México en materia de diplomacia.

Y en medio de todo esto...

Haciendo uso de mis fuentes de información en la cancillería panameña, les digo que los antecedentes de acoso sexual que se le endilgan a Salmerón, claro que influyeron en su postura de no darle su beneplácito.

Ahora se le quiere dar una salida “decorosa” informando el mismo presidente, que fíjense que dijo Salmerón que siempre no le interesa ser Embajador en Panamá.

En dos reuniones posteriores al envío de la respuesta panameña a la propuesta mexicana, la Canciller Mouynes y sus asesores dictaminaron que si México proponía a otra persona sin tantos asegunes, de entrada lo verían con buenos ojos.

Otro factor que influyó para la NO ACEPTACIÓN fue la nula experiencia de Salmerón en el servicio exterior.

Una de las tendencias del actual gobierno panameño es privilegiar en ambos sentidos la experiencia de sus cónsules y embajadores para darles oportunidad a los DIPLOMÁTICOS DE CARRERA.

Esto es, los panameños buscan acabar con el vicio que tuvieron de mandar a esos puestos a políticos afines o contrarios al régimen en turno.

Y lo mismo esperan como contraprestación de los otros países.

Ándale, Jesusa

La nueva propuesta de AMLO para irse como Embajadora a Panamá es Jesusa Rodríguez Ramírez, senadora suplente de Olga Sánchez Cordero, por Morena, y quien tampoco es diplomática de carrera.

Es de hecho la primera senadora abiertamente lesbiana en México.

En su CV se menciona que ha sido activista, directora de teatro, actriz y funcionaria pública.

En 1979 conoció a su actual esposa, la actriz argentina Liliana Felipe y ambas son partidarias del aborto, el veganismo y defensoras del consumo de la mariguana.

La Santa Inquisición, según Andrés Manuel

Otra cosa que tampoco les gustó a los responsables de la cancillería de Panamá fue la mención que hizo López Obrador, al respecto.

“Resulta que lo propusimos para Embajador en Panamá y, como si fuese la Santa Inquisición, la ministra o canciller se inconformó porque estaban en desacuerdo en el ITAM”.

AMLO

“Haiga” sido como “haiga” sido...

Salmerón reculó y escribió una carta diciendo que dejaba a “disposición (del presidente) el cargo que me ofreció”.

Pues ya le contestó el presidente al que se aventó en 2019 la puntada de calificar como “valientes jóvenes” a los asesinos de Eugenio Garza Sada.

Ya le contestó el presidente al que todavía es señalado -y ahora más, gracias a este episodio de notoriedad- como acosador sexual por ex alumnas suyas del prestigiado ITAM.

CAJÓN DE SASTRE

“A ver cómo le va a Andrés Manuel con el nombramiento de Jesusa. Y me refiero al presidente, porque también en este caso, Ebrard sirvió para lo que sirve un florero en medio de la mesa…”, dice la irreverente de mi Gaby.