“El karma existe y no es una venganza, es el reflejo de tus actos.”

Dicho popular

Han pasado más de 20 días de las elecciones en las que Morena y aliados arrasaron en las preferencias. Pese a que estamos pasando a otro momento en la política mexicana, opositores al régimen de Andrés Manuel López Obrador aún tienen resaca.

En este tenor, es curioso observar cómo en el poder económico dos personajes que se han consolidado en las grandes esferas de la política, con vara alta para incidir en las gobernanzas pasadas, hoy la penumbra les ha alcanzando, o como diría un dicho popular: el karma les llegó.

Me refiero a los empresarios Claudio X. González Laporte y Claudio X. González Guajardo, quienes hasta hace 6 años se codeaban con los presidentes en turno (Laporte, al menos, según los archivos periodísticos, desde 1982, con el gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado), y hoy no son más que tristes figuras que han perdido credibilidad ante la polémica que han generado por sus agresivas acciones en contra de la izquierda en México, especialmente, en contra de AMLO.

El jueves pasado circularon las imágenes, tomadas por el fotoperiodista de La Jornada, Luis Castillo, que dan cuenta de cómo Claudio X. González Laporte se quedó esperando por una reunión privada con Claudia Sheinbaum, tras el encuentro que sostuvo la virtual presidenta electa con el Consejo Coordinador Empresarial en la Ciudad de México el miércoles 20 de junio.

En las fotografías se observa al empresario solo, cabizbajo, por momentos sentado en un sillón, por momentos caminando de un lado a otro, esperando sostener el encuentro con la doctora, en el alba de un gobierno que ya sentenció que continuará con las políticas de austeridad, de apoyar primero a los pobres y que va por los impuestos de los grandes contribuyentes que por años evadieron esa obligación, en tanto que ambiciona amplias reformas, como la escandalosa que toca al poder judicial, con respaldo absoluto de casi 36 millones de mexicanos que así lo plasmaron en las urnas el pasado 2 de junio.

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Luego de que, por un buen rato, Claudio X. González Laporte esperó a Claudia Sheinbaum, finalmente el coordinador de los trabajos de transición, Juan Ramón de la Fuente, le notificó que el encuentro no podría ser posible.

¡Inaudito! ¡Inconcebible! Eso en tiempos atrás jamás hubiera sucedido. Habría sido recibido inmediatamente; sin esperar ni un minuto: El consejero patrimonial de Kimberly Clark gozó de mucho poder en gobiernos pasados, como lo he dicho. El propio López Obrador declaró que el empresario siempre fue cercano a los políticos del “viejo régimen”, en especial con Carlos Salinas de Gortari, a quien asesoró económicamente entre 1988 y 1994.

Cuando AMLO llegó a la Presidencia en 2018, González Laporte “hizo las paces” con él. Pero el propio tabasqueño lo ha señalado de ser uno de los financiadores de la campaña negra en su contra en 2006, cuando se le tachó de ser “un peligro para México”. Desde el sector privado, Claudio X. apoyó al panista Felipe Calderón, mientras que en 2012, fue parte del discurso con el que se asustó a los mexicanos para que no votaran por Andrés Manuel, pues ello significaría “el cierre de empresas, desempleo y caos”, según lo plasmó el tabasqueño en su libro “La mafia que se adueñó de México y el 2012″.

Hoy, el saliente mandatario mexicano pidió tener respeto para Claudio X. González Laporte, tras quedarse esperando a Claudia Sheinbaum sin ser recibido. Pero el escarnio, la mofa y hasta el placer por la desgracia ajena ya están hechos. Los mexicanos no olvidan que el líder empresarial siempre se benefició en las administraciones pasadas para acrecentar su emporio, sin importarle que para que ello cayera en actos de corrupción como el que evidenció la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) en octubre de 2021.

El organismo determinó que bajo el liderazgo de Kimberly Clark de México (KCM), las empresas Productos Internacionales Mabe y Essity Higiene y Salud México se reunieron en secreto para acordar el aumento a precios y quitar promociones de pañales para bebé, productos para la gestión menstrual y para la incontinencia.

La indignante práctica se llevó a cabo por un lapso de 6 años, de 2008 a 2014, según el expediente IO-004-2017 de Cofece, cuya investigación inició en noviembre de 2017, lo que provocó, dijo, un daño aproximado de mil 567 millones 36 mil 589 pesos en el mercado involucrado y por lo que se impusieron multas por un total de 313 millones 473 mil pesos a las 3 empresas.

Sí. Campañas contra la izquierda mexicana, fraudes electorales y actos de corrupción que involucran a empresas y a regímenes, como el propio AMLO lo ha dicho, envuelven a Claudio X. González Laporte, padre de un personaje que ha seguido sus pasos, aunque con menos astucia en el arte de hacer política.

No, México no será como Venezuela... ¡Hasta ahora sale a ‘revelarlo’ Claudio X. González!

La noche ha sido larga y lo seguirá siendo para Claudio X. González Guajardo, fundador de la organización en favor de los empresarios Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) y considerado el jefe político del PAN, PRI y PRD.

Su liderazgo y poder de convocatoria han mermado. Se encuentra en el ocaso de su credibilidad no solo por la estrepitosa derrota política en las elecciones presidenciales, sino porque fue señalado de estar detrás de la campaña de desprestigio y desinformación con una gran inversión de recursos para tratar de dañar la imagen de Claudia Sheinbaum durante la campaña electoral, en la que además, se señaló, el también accionista de Kimberly Clark fue quien eligió a Xóchitl Gálvez como la candidata de la oposición.

(Para AMLO, uno de los orígenes del enojo de González Guajardo es que MCCI ha sido financiada por muchas empresas que no pagaban impuestos y que han tenido que hacerlo por obligación del actual gobierno.)

Pongo énfasis en su credibilidad porque recientemente él mismo echó abajo una de las consignas que siempre pregonó y con la que buscaba infundir miedo en los mexicanos para desestabilizar el proceso electoral y era que México sería como Venezuela si la izquierda llegaba a la Presidencia.

En abril de 2021, para citar un ejemplo, afirmó que México iba hacia un futuro de autoritarismo y destrucción como el de Venezuela. Inclusive, como en este espacio se lo dimos a conocer, apenas el 18 de marzo de este año, Claudio X. González comparó a Claudia Sheinbaum con el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y a Andrés Manuel López Obrador con el expresidente de dicho país, Hugo Chávez.

Y así, por lo menos desde 2006, el fundador de MCCI, su padre y otros del gremio empresarial estuvieron advirtiendo que si AMLO era titular del Ejecutivo el país padecería con gobiernos como Venezuela, Cuba o Nicaragua...

Pues ahora, luego del aplastante triunfo de Claudia Sheinbaum, Claudio X. González negó esa teoría que él mismo impulsó, aunque dijo que ello es gracias a las políticas económicas que se han emprendido en México.

“No creo que vamos ser Venezuela, Nicaragua o Cuba”, afirmó el empresario a pregunta expresa durante un encuentro con simpatizantes de Sociedad Civil en Edomex, evidenciado el cinismo y poca responsabilidad con la que se ha manejado en sus discursos para tratar de convencer a la población de que lo que decía era verdad con el propósito de manipular para favorecer sus propios intereses.

Hoy, tanto Claudio X. González Laporte como Claudio X. González Guajardo están en decadencia. El padre, de 90 años de edad, ya no volverá a gozar de los grandes beneficios económicos que obtuvo en los gobiernos anteriores. Su hijo podría reivindicarse y entender que el pueblo mexicano está cada vez más informado, con mayor capacidad de crítica y difícilmente se dejará persuadir para afectar el ejercicio de gobierno.

El “altruismo” que ha querido resaltar González Guajardo como dirigente de la sociedad civil ya no convence ni a esa sociedad ni a quienes tuvo como aliados en su férrea oposición a AMLO; ahora debe ofrecer transparencia y rendir cuentas, por lo que un poco de autocrítica, sinceridad y solidaridad quizás le ayude a sobrellevar estos 6 años que están por comenzar con un gobierno que seguirá luchando por una transformación que comenzó en 2018 y cuyos resultados han sido aprobados, hasta ahora, por millones de mexicanos que están dispuestos a que haya continuidad en el proyecto de izquierda.