La candidata de la coalición encabezada por Morena está en más apuros de los que muestran las encuestas. La profesora Delfina Gómez se encuentra en peores condiciones que hace seis años. Ahora la conocen más, sus negativos son muy elevados y la intención de voto está en su punto más elevado; es decir, todo o que venga será a la baja.
Delfina debió ganar en la elección anterior. Tenía todo. Un factor fue que López Obrador se contuvo de participar activamente. Por alguna razón el entonces aspirante y principal activo de Morena no se empeñó para que la profesora ganara. En la recta final mucho contribuyó la campaña del candidato del PRD, Juan Zepeda. En Morena no lo vieron venir, lo subestimaron y su crecimiento fue en los territorios afines a Morena, el oriente del Estado, con votantes que hubieran votado por la profesora.
También mucho tuvo que ver el esfuerzo que hizo el gobernador Eruviel Ávila. Él y los suyos dieron su resto para que su partido ganara. La estructura de gobierno trabajó con singular disciplina para que Alfredo del Mazo sumara el voto duro del PRI y el derivado del trabajo territorial, especialmente en las zonas rurales. La presidencia de Peña Nieto poco contribuyó, de hecho, por la perfidia de la otrora responsable de comunicación de Felipe Calderón y acérrima enemiga de Josefina Vázquez Mota logró que desde el gobierno federal se emprendiera una acción mediática devastadora a la candidata del PAN y, como ocurrió en la elección de 2018, el voto potencial del PAN transitó hacia Morena, origen de la ruptura de Ricardo Anaya con Peña Nieto.
La elección ha cambiado. Ahora hay una coalición que incluye PRI, PAN y PRD. Por otra parte, si bien es cierto que el gobernador del Mazo se mantiene y mantendrá distante, el perfil de la candidata y la coalición social, política y partidaria en su entorno le da un significativo potencial. Por ahora existe una diferencia en la intención de voto respecto a la candidata de Morena, pero hay un dato muy revelador, es menos conocida que la profesora Delfina, la opinión positiva de quienes la conocen es de dos a uno, mientras que su rival prácticamente iguala la positiva con la negativa. Ciertamente, la profesora Delfina estaba mejor hace seis años que hoy y Alejandra del Moral tiene mucho para crecer.
¿Puede perder Morena la gubernatura? Sí, sin duda y esto será resultado de dos procesos. En primer término, del perfil de campaña que realice Alejandra del Moral; son dos los factores que tendrá que administrar: la baja opinión sobre el desempeño del gobernador Alfredo del Mazo y la del PRI. Su oportunidad es presentarse como es, una fortaleza que ha ido acreditando y que conforme aumenta su conocimiento crece la intención de voto.
El segundo elemento para la derrota de Morena es, una vez más, el crecimiento de Juan Zepeda. En la pasada elección con un mes más hubiera igualado y quizás ganado. Es un candidato competitivo, con buena comunicación y que plantea una alternativa a las dos mujeres que por ahora encabezan la contienda. Por el momento los estudios de intención de voto registran números bajos, pero, al igual que Alejandra del Moral, conforme aumenta su conocimiento se incrementa su opinión positiva y, consecuentemente, la intención de voto.
El presidente López Obrador tiene elevados números en la entidad al igual que en todo el país. Sin embargo, no debe desestimarse el 2021, cuando también hubo coalición PAN, PRI y PRD, la que ganó con claridad la entidad. Muchos de los municipios gobernados por Morena vivieron la alternancia, además de perder la mayoría en el Congreso local. La historia puede repetirse.
La razón para entender el comportamiento del elector es que se trata de una elección local. Por ello, las razones y las motivaciones de las campañas de los candidatos son esencialmente locales; los temas nacionales, donde Morena tiene ventaja por la popularidad de López Obrador no impactan de manera relevante.
La derrota de Morena es posible. Alejandra del Moral tiene todo para ganar, donde un factor adicional del desenlace será Juan Zepeda.