Claudio Xicoténcatl González Aporta, y una imagen tanto demoledora cómo ilustrativa es la de este señor, un hombre de negocios que no supo leer el fin de una época, que no quiso acatar las reglas de un nuevo régimen, que ya se venía anunciando desde el 2006; pensó que, no sólo en las elecciones del 2018 que podía manipular a la gente de a pie tan fácil cómo, aparentemente, les había resultado por ya muchos años.

Claudia Sheinbaum Pardo, la virtual presidenta electa qué ya incluso empezó a anunciar su próximo gabinete, se negó a recibirle luego de una reunión con parte de la cúpula empresarial mexicana, enviando una importantísima señal de congruencia, dignidad y firmeza, a un viejo magnate con un pesar muy grande a cuestas, un Claudio X. González que nos enseña un ejemplo de cómo el ser humano rara vez es feliz conformándose con lo que tiene, así sea eso mucho; un hombre (paradójicamente) ya no derrotado sino que vencido en su estampa. Es tal el costo pues de no haber sabido leer los tiempos, de haber intentado desafiar una realidad que día a día lucia cómo menos posible: la de regresar al poder económico a tomar las estructuras del Estado mexicano para así obtener ventajas, tanto ilegítimas cómo de plano obscenas.

En mala hora pues, envió a su hijo del mismo nombre, pero de talento más que cuestionable, a ya no una batalla sino a una guerra perdida, que el hombre seguro no cayó en la cuenta sino hasta ver los aplastantes resultados en las urnas en favor del oficialismo en mismo domingo 2 de junio por la noche. Una serie de cuatro fotografías que tienen mayor significancia de lo que la mayoría pudiera pensar, ya que envía una serie de mensajes lapidarios para los grandes empresarios (a los que, por cierto, no les ha ido nada mal en el primer sexenio de la 4T) y a otros sectores de la sociedad mexicana qué aún hayan albergado alguna ingenua esperanza del retorno del ‘status quo’ de privilegios comenzado a desmontar en diciembre del 2018, y a la voz de ¡ni un paso atrás! casi todos los medios de comunicación difundieron ayer al pie de la nota.