Ha sido muy notorio que, a raíz de la pandemia y en medio de ella, muchos trastornos mentales, afectivos y emocionales se “destaparon” en cientos y cientos de mexicanos, en niños, jóvenes,  adultos, personas de la tercera edad; hombres, mujeres.

Antes de la pandemia, en otros gobiernos (me consta porque trabajé en el área de salud mental antes de este Gobierno) había más atención a la salud mental, porque había más presupuesto. De alguna manera se buscaba la manera de que el paciente recibiera atención psicológica  gratuita.

Pero ahora el panorama es diferente. En definitiva el presidente Andrés Manuel López Obrador no ha querido apostarle a la salud mental como tema central de su gobierno, y tan es así que ha incluso ha querido borrar del “mapa” el tema al decidir desaparecer psiquiátricos en toda México.

Hoy en el Día Internacional por la Concientización por el Cáncer de mama, me puse a pensar que la cosa es más grave. Pues las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama ni siquiera tienen acceso a una atención psicológica porque apenas pueden conseguir sus medicamentos y tratamiento.

Así que no solo hay desabasto de medicinas, sino desatención en el área de la salud.

Las columnas más leídas de hoy

El tema es que ahora hay más personas que requieren apoyo psicológico incluidas estas mujeres con cáncer de mama , pero hay menos psicólogos y psiquiatras para su atención.

La gente está sufriendo, en verdad está sufriendo, de depresión, ansiedad, angustia, violencia, pero no saben exactamente qué hacer o adónde ir.

Y una mujer con cáncer no solo sobrevive por sus tratamientos sino por el apoyo y blindaje que se le da de manera psicológica y emocional. Pero para el presidente este no es tema que le agobie.

Los gobiernos estatales me consta también,  se rompen el alma y la cabeza por tratar de cubrir estas  enormes y múltiples necesidades. Crean extraordinarios programas donde se pueda abordar el tema y están creando brigadas de personas voluntarias que están dispuestas a darle apoyo emocional a alguien más.

Las consecuencias de la desatención en la salud mental están a la vista de todos: un aumento en los suicidios es evidente y mujeres sometidas a mastectomías (extirpación del seno) caen en una profunda depresión.

Hace unas semanas el subsecretario de salud, Hugo López-Gatell dijo que, efectivamente, había una alza en  los suicidios, pero que no era alarmante.

Y cuando Gatell dice que algo  no es alarmante, es porque sí lo es.

¿Qué nos toca hacer como ciudadanos? Quizá detectes que tu vecino o vecina está muy deprimido o algún familiar cercano, que alguna mujer que conozcas con cáncer no está pudiendo sobrellevar la enfermedad.

Invítalo a hablar, que sepa que no está solo. Acompáñalo a que tome terapia, que haga ejercicio, que recupere amistades y actividades y que encuentre espacios para desahogarse.

Unos a otros es como podremos tender puentes de ayuda para otros, porque si no lo hacemos nos hundimos todos. Una madre o un padre deprimido no podrá hacer nada por sus hijos quienes a su vez estarán deprimidos y así, de manera cíclica en su entorno habrá confusión y tristeza.

Con que intentemos poner a salvo a una sola persona, estamos caminado por la ruta correcta.

A ti que me lees: Que no te de pena solicitar apoyo psicológico, acerca, pide ayuda, alza la voz, alza la mano, pide ayuda para otros . Ayuda a su vez a otros.

Médicos que me leen: como sobreviviente de cáncer de mama les ruego que refieran a sus pacientes a consulta con psicólogos y/o psiquiatras. Generalmente no lo hacen porque su prioridad es salvar vidas, pero la salud mental juega un papel muy importante en la sanación en todos sentidos.

Pongamos nosotros atención en la salud mental, porque la salud mental  de las personas la abandonó el presidente.

Pero nosotros no lo vamos a hacer.

Es cuanto.