Hoy el mundo celebra el Día Internacional de la Mujer. El 8 de marzo, también conocido como el 8-M ha devenido en un símbolo de la lucha en favor de la igualdad de género. A lo largo de los últimos años, el papel de la mujer en la vida pública ha sido fortalecido gracias a la evolución de la conciencia social y al despertar de niñas y mujeres en torno a sus derechos fundamentales y sobre cómo ejercerlos.

Hoy vemos un creciente número de mujeres que ocupan cargos de alta responsabilidad en el mundo. México no es la excepción. Al día de hoy, más y más mujeres engrosan las filas de futuras gobernadoras.

En 2023, el Estado de México se sumará a la lista de entidades federativas gobernadas por una mujer. Trátese de Alejandra del Moral o de Delfina Gómez, el estado más grande del país, por primera vez en su historia, tendrá a la cabeza del poder Ejecutivo estatal a una mujer que guíe los destines del estado.

Y aun más, Claudia Sheinbaum encabeza hoy las preferencias rumbo a las elecciones presidenciales de 2024. Por tanto, existe una buena posibilidad de que una mujer, en un hipotético escenario, se siente en la silla presidencial, lo que sería un evento sin precedente en la historia del país.

A pesar de estos avances en materia de equidad de género, aún persisten enormes desafíos que inhiben y obstaculizan la lucha en favor de los derechos de las mujeres. Se trata, en primer lugar, de la inequidad en términos de acceso a un trabajo digno y a salarios equiparables para la misma clase de labores profesionales u oficios.

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A la luz de todos los estudios, tanto nacionales como conducidos por organizaciones internacionales como la OCDE, en México las mujeres aún sufren de discriminación por motivos de género. En promedio, pues, un hombre percibe un salario más alto que una mujer por las mismas labores dentro de una empresa. En adición, las mujeres que trabajan se ven sometidas a situaciones de acoso laboral.

Por otro lado, las mujeres mexicanas sufren hoy también de la denominada violencia vicaria. Este tipo de machismo consiste en la utilización, por parte de los padres varones, de formas manipulación y amedrentamiento con los hijos para colocar a sus esposas en situaciones de indefensión. Esto se ha traducido en una degradación de la salud mental de las mujeres y en daños inconmensurables para los menores de edad.

Sin embargo, persiste en México una crisis de mayor dramatismo. Se trata, sin duda, de los feminicidios, es decir, los asesinatos cometidos contra mujeres por el hecho mismo de ser mujeres. Éste representa el mayor desafío para el Estado mexicano y para la sociedad en términos de la lucha por la equidad de género.

En suma, el 8 de marzo invita al gobierno, a los otros poderes del Estado y a la sociedad mexicana a realizar acciones positivas para erradicar, de una vez por todas, cualquier forma de discriminación contra las mujeres. Ello va de desde la educación recibida en casa hasta los valores inculcados en el colegio.

Abarca también, desde luego, el quehacer publico de los responsables de Estado para poner en marcha mecanismos que permitan reconstruir el tejido social y vivir en un genuino Estado de Derecho. Ellas son un pilar fundamental para el desarrollo y para el avance democrático. Es un deber defenderlas.