Durante años el Partido del Trabajo ha sido un fiel compañero de la lucha social y democrática del movimiento progresista. Quienes hemos atestiguado las últimas contiendas presidenciales nos percatamos de esa situación. Con esa política estratégica y afín, el PT ha sumado votos importantes a la causa del lopezobradorismo a través de esta coalición histórica. También, gracias a ello, se pudo construir un bloque de aliados en el legislativo federal que, con una participación importante, se han podido sacar leyes y reformas constitucionales.
En ese sentido, entiendo perfectamente el posicionamiento del presidente hace una semana en conferencia matutina. Le mandó un duro mensaje a Mejía, exfuncionario de su gobierno y, a su vez, lanzó un exhorto a los partidos que han acompañado la lucha para que cerraran filas. Lo hizo con su propio estilo y, con esa narrativa, se entendió claramente que había un grado de molestia por cómo se dio el proceso interno en la entidad de Coahuila.
Al final de cuentas, lo que se efectuó fue una fuerte presión que salió desde Palacio Nacional con dedicatoria especial a las dirigencias del PT y PVEM. Por esa razón, las decisiones que tomaron ambas estructuras son, políticamente, sumamente inteligentes en medio de un proceso electoral que lo que necesita es, sin duda, reivindicar ese compromiso que signaron hace años.
De hecho, la incorporación, aunque sea tardía, ayuda mucho a Armando Guadiana, abanderado de Morena. Con ello, la contienda se torna favorable para el candidato del lopezobradorismo, pues los votos que sumen ambos son una gran proporción numérica que lograría, al final de cuentas, hacer la diferencia para ganar.
En el caso de Guadiana, de acuerdo a los propios sondeos, iba un poco atrás del candidato de la alianza Va por México. Sin embargo, el llamado de las dirigencias, y el impulso que le ha dado el presidente López Obrador al abanderado de Morena, fortalece su aspiración por ganar el escrutinio público el próximo fin de semana. Aunque eso se confirmará el domingo antes de la medianoche, los pronósticos son inmejorables para el partido guinda después de lo que pasó en la recta final de campaña.
Después de todo, se notó la mano del presidente, así como la presión que ejercieron varios referentes del movimiento que, ante el llamado desde distintas trincheras, invitaban al PT a cerrar filas con el candidato de Morena. Fue, ni más ni menos, un duro golpe para Mejía, pero políticamente una buena decisión porque, en medio de ese proceso, estaba en juego la continuidad de una alianza histórica que no podían comprometer por un capricho personal del ex-funcionario federal que, evidentemente, no tiene posibilidad alguna de competir.
El destino político de Mejía, después de fijar su postura del anuncio que hicieron ambas dirigencias nacionales, es la orfandad política. Es decir, el candidato del PT se quedará solo ante la oleada del éxodo a favor de la causa de Guadiana. De hecho, fue un error estratégico abrirle cancha a Mejía, pues iba a llegar muy desgastado y, lo peor de todo, estaba dividiendo el voto. A la par, impulsaba paradójicamente al candidato de la alianza Va por México, porque entre más abanderados, más se fragmentaba el voto de la población civil.
He ahí la clave de la intervención oportuna del presidente López Obrador. Esa presión fue, a todas luces, la clave de una operación política estratégica. Con ello, se entiende perfectamente que López Obrador le apuesta a ganar las dos elecciones y, de paso, fortalecer la estructura territorial para el ejercicio electoral del 2024, donde, por cierto, Morena es ampliamente favorito para refrendar el triunfo histórico del 2018.
Desde hace tiempo venimos asegurando esa hipótesis, máxime porque la oposición, en estos momentos, está totalmente noqueada y sigue, en esta etapa coyuntural en que Morena continúa ganando terreno, sin tener un perfil que haga la diferencia y contrarreste el poder dominante de la tribuna presidencial. No lo hay y, todo parece indicar, que ese actor político está a años luz de un contrapeso derrotado.
Finalmente, tarde, pero en un momento coyuntural clave, el Partido del Trabajo declina a favor de Armando Guadiana. Con ello, no solo fortalece la aspiración del candidato de Morena, sino también reafirma un compromiso histórico con la causa del lopezobradorismo. En otras palabras, una decisión congruente en una etapa de definición política.
Notas finales
Hace un par de días se llevó a cabo un ejercicio con las secretarías de seguridad pública federal y legisladores para revisar las estrategias desde la Cámara Alta. En ese marco, y en cumplimiento con la responsabilidad de rendir cuentas a la población civil, el ambiente de la comparecencia concluyó con datos muy alentadores e interesantes en términos de eficiencia en los controles de seguridad. De hecho, se entregó el Primer Informe Semestral de Actividades de las Fuerzas Armadas en las tareas a lo largo y ancho del país y, con información precisa, hay razones para poder mencionar que, el gobierno de la República, en coordinación con las entidades, están haciendo una labor de colaboración efectiva.
Por ejemplo, Michoacán, que es gobernado por Alfredo Ramírez, tiene una percepción positiva de aceptación hacia las Fuerzas Armadas. En efecto, los índices de aprobación son de casi 90%. Es decir, la población civil ve con buenos ojos los mecanismos que han puesto en marcha durante la gestión actual. Incluso, eso se ha visto reflejado ya que el mandatario Bedolla, tiene un porcentaje de apoyo de más del 54%. Dicho en otras palabras, una base de respaldo significativa porque cuenta, ni más ni menos, con más de la mitad de la sociedad a favor de las políticas públicas que él encabeza.
La cuarta transformación se consolida en Michoacán.