La noche de este jueves, se publicó el tercer bloque con las fórmulas de Senadurías de la República por parte de la coalición “Sigamos Haciendo Historia”. El dirigente morenista Mario Delgado dio a conocer la lista que se realizó a través de un proceso transparente, abierto y democrático, con la finalidad de garantizar espacios de participación altamente competitivos para las mujeres y las acciones afirmativas para los grupos de atención prioritaria en términos de las disposiciones electorales.

El resultado se presta para el análisis y vaya que hay tela de dónde cortar.

En la CDMX, la primera fórmula la encabeza Omar García Harfuch, quien, a pesar de haber ganado la encuesta de Morena en la capital, declinó por un tema de género en favor de Clara Brugada. La ex fiscal capitalina, Ernestina Godoy, le acompaña en la segunda fórmula tras no lograr ser ratificada por el Congreso local. Estas posiciones ameritan una lectura más profunda.

En el caso de Sinaloa, desde hace tres meses he mencionado estos nombres como dupla al Senado. Que la senadora Imelda Castro buscaría repetir vía primera fórmula y Enrique Inzunza, Secretario general de gobierno, encabeza la segunda fórmula. La propuesta original tenía al oriundo de Badiraguato en primera fórmula, sin embargo, algo sucedió que hubo cambio.

En mi opinión, pensar en el enroque desde la perspectiva de género sería lo más simple, pero, revisemos bien el caso, creo que hay elementos que vale la pena analizar.

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Quien lleva los hilos del poder en la entidad es el gobernador Rubén Rocha Moya, y en su semanera admitió el interés de que sean cuadros morenistas los que encabecen el actual proyecto electoral, incluso, dijo que podrían competir en coalición en lo local. Con esto, habrá quienes pretendan restarle fuerza al equipo del gobernador, sin embargo, me parece que ese movimiento encierra una jugada política que implica lecturas. Y seguramente se irá desdoblando.

Ahora bien, todas las encuestas colocan a la 4T ganadora de las elecciones en Sinaloa. El cambio en el orden, a priori, no representa mayor impacto. Con la seguridad que dan los números y sin falsos triunfalismos, creo que había condiciones para realizar una maniobra política que termine beneficiando al grupo del mandatario, aunque más de uno se niegue a verlo de esa manera.

Dicho esto, habría que ponderar el cambio como una concesión política del grupo del gobernador en favor de la unidad y la equidad de género para el Plan C. Primero, porque no parece una imposición desde el centro y segundo, porque Imelda Castro es un cuadro valioso para el morenismo, “se la jugó” con Claudia y es digna representante de las mujeres en la configuración de los bloques de candidaturas.

Haber cedido la primera fórmula del senado le otorga una importante baza negociadora al primer morenista sinaloense para llevar mano en la configuración de los proyectos locales, reduciendo al máximo las opciones de los indisciplinados morenistas que pretendían “brincarse” el liderazgo del gobernador.

A reserva de más información, sería iluso de nuestra parte decir que la jugada parte de la generosidad política del Dr. Rocha Moya, en el ejercicio del poder y la política, no se puede ‘jugar’ así. Esta jugada es, más bien, una de esas que hay que encajar en beneficio de un bien mayor para el equipo.

Claudia Sheinbaum sabe que cuenta con la amistad y el apoyo del gobernador sinaloense. La lealtad y el reconocimiento es mutuo. México tendrá mujer presidenta, el éxito del Plan C depende en gran medida de la unidad y de no confiarse. Mientras, ya iremos viendo cómo se dan las cosas.

Vanessa Félix en X: @vanessafelixmx