Es algo difícil de explicar, sobre todo porque la gente ajena a la aviación difícilmente entenderá la emoción que puede causar la mera posibilidad de trabajar en una compañía aérea que llevará por nombre “Mexicana de Aviación”. E insisto, en los hechos es una compañía aérea totalmente ajena a Compañía Mexicana de Aviación, pero el nombre pesa… Y vaya que sí.
La aviación es apasionante, y entiendo muy bien la expectativa que genera una nueva línea aérea. En estos días he estado en contacto con excompañeros sobrecargos, así como con sobrecargos aspirantes, o que laboraron en otra línea aérea que están buscando ingresar a las filas de la aerolínea del Estado Mexicano.
Desde que salió publicada la convocatoria, todos los días he recibido mensajes en mis redes sociales, mensajes de WhatsApp y correos electrónicos, en los que mis interlocutores plasman sus dudas sobre el proceso. Primero saber sí era real, pues en el medio solemos compartirnos las convocatorias de los reclutamientos.
Y la alta expectativa se da a pesar de toda la mala leche que algunos medios de comunicación, comunicadores e incluso trabajadores de la industria aeronáutica han destilado, dejando ver su descontento ante la nueva línea aérea.
Tengo que destacar el caso de David Páramo, y contarles que, desde el cese de operaciones de Mexicana de Aviación, tuve que soplarme sus columnas donde siempre nos culpó de todo a los trabajadores. Fue hasta fechas recientes que admitió que el quebranto de la aerolínea fue por culpa de Gastón Azcárraga.
Una vez más, el autonombrado “padre del análisis superior”, fiel a su estilo de tirar odio, en el programa de Ciro Gómez Leyva aseguró un día antes de llevarse a cabo la convocatoria para reclutar personal, que esta iba a tener muy poca respuesta.
Sin embargo, Grupo Imagen fue a cubrir la masiva y grabó la gran afluencia de personas; según los organizadores más de mil aspirantes acudieron el día de ayer. Para no quedar como un mentiroso ante las cámaras, David cambió el discurso haciendo cuentas alegres de cuántos tripulantes se necesitan para cada avión, y terminar diciendo que la respuesta había sido “pobre”.
Lo que no dice David Páramo es que no es el primer reclutamiento que se lleva a cabo, y esto lo sé porque en el primero la de la voz estuvo involucrada indirectamente, pues los organizadores y responsables de la contratación de las tripulaciones, querían saber quiénes habían laborado en Mexicana de Aviación y quiénes no, para una primera clasificación de la información.
Por cierto, de este reclutamiento previo, hay personal ya seleccionado y otro que se quedó en “stand by”. Se han seleccionado tanto pilotos como sobrecargos, lo que desde mi punto de vista hace notorio que “el gran fracaso de la línea aérea del Estado Mexicano” que como discurso quiere implementar David Páramo junto a otros es, por decirlo suavemente, erróneo.
Quiero compartirles que durante el día de la jornada de reclutamiento recibí mensajes de compañeros angustiados, porque en su camino encontraron bloqueos que les impedían llegar al lugar donde se llevó a cabo la masiva; incluso hubo una chica que me contactó verdaderamente triste y angustiada porque no pudo llegar, pues varias veces le cancelaron su vuelo a causa del huracán Lidia; tremenda frustración, pues ella cuenta con toda la documentación en regla, pero por causas ajenas a su voluntad no pudo participar y se quedó con su boleto de avión sin utilizar.
Uno más que llegó la noche anterior, y quien me compartió que en esos momentos había más de cien personas formadas, así como lo leen, la noche anterior, este fenómeno se vio en el último reclutamiento masivo que tuvo la empresa Aeroméxico en el Hotel Camino Real de Polanco, nada más que ahora se daba a las afueras del Hotel Fiesta Inn en la colonia Escandón. También me compartió una fotografía donde se puede observar cómo es la recepción de documentos.
Por supuesto, hoy la constante son los mensajes que sigo recibiendo con la pregunta ¿habrá otra convocatoria? Para mí es muy claro, hay interés y mucho. Esta ocasión fue solo para tripulantes: pilotos y sobrecargos, pero a diario me pregunta personal de tierra, de tráfico, mantenimiento y otras aéreas; quieren saber cuándo se van a abrir convocatorias para esos cargos. ¿Por qué sucede esto, si según Páramo y otras voces, nadie está interesado en la nueva aerolínea?
Tomemos en cuenta que las administraciones privadas, las que gestionaron líneas aéreas concesionadas por el gobierno, quebraron. Los casos más recientes son Interjet y Transportes Aeromar. Entre las dos arrojaron a la calle a miles de personas. Para nadie es un secreto, al ser parte de una industria tan específica como la aviación, es muy complicado volver a colocarse.
Yo sé que no los ven, porque se pierden en el maremágnum de desempleados, pero allá afuera hay muchas personas ansiosas de ser recontratados en lo que más les gusta, que es la aviación; y nos los culpo, es lo que saben hacer y en lo que son profesionales.
Ojo con el adjetivo: profesionales, entre los que no solo están los que han sufrido en carne propia el desempleo, sino que hay mucho personal que no se siente debidamente apreciado -como los profesionales que son- en sus actuales aerolíneas, y están buscando una oportunidad en la Nueva Mexicana.
Casos como el de las sobrecargos de Aeroméxico Connect, que no soportan más la insostenible relación que guardan con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Aeroportuaria (STIA), de la familia Romo, que en lugar de defender sus derechos laborales, es el propio sindicato quien las vulnera. Mismo sindicato con el que tiene contratación el personal aeronáutico de VivaAerobus y Volaris. Sus trabajadores en repetidas ocasiones han denunciado que el sindicato, sobre todo en la última aerolínea, permite un maltrato hacia el trabajador, y que cualquiera que levante la voz y se queje del sindicato, es corrido sin miramientos.
Por eso, cansados de la explotación laboral, buscan seguir trabajando en lo que más les gusta, pero con un ambiente lejos del tóxico STIA. Y es que justamente por eso es que la gente quiere entrar a volar a una nueva empresa, pues todo es nuevo, el ambiente no es tóxico y quieren ser parte de un proyecto que busca dar un servicio de excelencia.
Lo conocí desde adentro, el gran éxito que Compañía Mexicana de Aviación tuvo fue gracias al ambiente laboral, pues los empleados nunca fuimos vistos como meros números, ni como un mal necesario. La nueva aerolínea del Estado representa la oportunidad de establecer relaciones sanas con el empleador y que este a su vez sepa que el éxito o fracaso de su compañía en gran medida se deberá al trato que le dé a sus trabajadores.
Por ello, sin duda, la gente busca aires nuevos. Lo digo y lo sostengo, faltan muchas líneas aéreas más en el país, y nos debemos enfocar en buscar que esto se convierta en una realidad, porque se traduce en más fuentes de empleo.
Definitivamente el paso que sigue es el mejoramiento de los salarios, que en las últimas dos décadas han sido pauperizados; tenemos que luchar por salarios dignos y competitivos, pero esto no es exclusivo de la industria aérea, sino a nivel general.
Por todo esto, me da mucho gusto ver que tanto jóvenes aspirantes, como compañeros míos, de Mexicana y otras aerolíneas, acuden emocionados a solicitar se les admita para trabajar en la nueva “Mexicana de Aviación”. Que haya éxito, y permítanme seguirlos llamando “compañeros”.