Creo que esta es la pregunta más importante de la encuesta publicada hoy martes en los periódicos del Grupo Reforma: ¿La oposición aún puede ganar? En diciembre de 2023 el 48% de la gente encuestada lo creía posible. Ahora, en marzo de 2024, menos personas, el 34%, piensan que Xóchitl Gálvez pueda superar a la que se ve como casi segura ganadora, Claudia Sheinbaum.

Cito lo publicado por los diarios Reforma, de la Ciudad de México; El Norte, de Monterrey, y Mural, de Guadalajara:

  • “La encuesta de Grupo Reforma sobre preferencias electorales da una ventaja de 24 puntos a Claudia Sheinbaum sobre Xóchitl Gálvez rumbo a una elección en la que prácticamente la mitad de los encuestados ya decidió su voto para el 2 de junio, según el estudio”.
  • “La probabilidad de que la morenista Claudia Sheinbaum gane la elección del 2 de junio es muy alta, según la encuesta de Grupo REFORMA. El 65 por ciento de los encuestados cree que ella ganará la elección e, incluso, un 61 por ciento considera factible que obtenga una votación superior a la que AMLO logró en 2018″.
  • “La percepción de que la elección ya está muy definida en favor de Morena también predomina, aunque en menor proporción, 48 por ciento, frente a un 34 por ciento que aún le ve posibilidades de triunfo a la oposición”.

Si alguien cree en la seriedad de las encuestas de tales diarios —que son muy buenas, sin duda— es el historiador Enrique Krauze. En su artículo del pasado domingo él reconoció que Claudia supera a Xóchitl, pero dijo algo que es falso según los estudios demoscópicos de Reforma, El Norte y Mural: que Xóchitl la persigue “a ritmo acelerado”.

Objetivamente hablando no se percibe el “ritmo acelerado” de la candidata X, al menos no en las encuestas de Grupo Reforma —ni en las de MetricsMx, de SDPNoticias; De las Heras Demotecnica, que publica en La Vanguardia, de Barcelona; Covarrubias y Asociados, en El Heraldo de México; Buendía & Márquez, en El Universal; Enkoll, en El País, de España también análisis realizados con absoluta seriedad—.

Así las cosas, no es un diagnóstico del todo confiable el que hizo Enrique Krauze, por cierto tomando prestada una expresión de su colega intelectual Héctor Aguilar Camín: que el arroz no se ha cocido.

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Si cada día más mexicanos y mexicanas ven ya muy cocido el arroz de la elección presidencial, sin duda se debe a que está casi a punto: solo falta el trámite de ir a las urnas.

Me mostraron hace días los apuntes que usó un conferencista del IPADE —Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa—, que es la escuela de negocios que educa al sector más rancio de la derecha mexicana. Después de analizar números de encuestas, el analista pronosticó el futuro de las dos candidatas: el de Claudia Sheinbaum, gobernar México; el de Xóchitl Gálvez, la irrelevancia.

La candidata X es, como la marca más conocida de las empresas de su patrocinador don X. González, una candidata kleenex: la están usando para mejorar la posición del PRI y del PAN en el Senado y la Cámara de Diputados y Diputadas, y después la van a desechar. Así lo aceptó ella, así ocurrirá.

Ya se verá cómo viene la elección para quienes integren el poder legislativo. No está claro en el estudio de Reforma, El Norte y Mural que Morena vaya a tener la mayoría que necesita para cambiar la Constitución sin negociar con grupos minoritarios. Ojalá el partido en el poder no la consiga: México retrocedería con un partido único, aunque así luzca en estos momentos el morenismo, al que benefician factores como AMLO, el presidente más popular que ha existido; la biografía académica y política de Claudia, quien ha realizado una campaña sin errores, y la incompetencia de la oposición.

Lo que sigue es la reconstrucción de las opciones opositoras, algo que quizá requiera primero de la muerte del PRI, que no tiene remedio, y de una higienización muy profunda del PAN, que todavía puede ser rescatado.